“Casas muy precarias y sin agua potable”
“Encontramos irregularidades de todo tipo. Observamos condiciones habitacionales de mucha precariedad y decadencia, muchas veces sin los elementos mínimos que debe tener una vivienda, sin agua potable, con baños retirados de la casa. En algunos establecimientos todavía mantienen viejos excusados y mucha precariedad, es una cuestión que no deja de sorprendernos”, confesó Nora Andrada, subdelegada de Uatre La Pampa.
En una entrevista realizada en Radio Noticias (FM 99.5) contó que el viernes 10 de enero los delegados locales de Uatre acompañaron “inspecciones realizadas por la Secretaría de Trabajo de la provincia en tres campos dedicados a la cría de ganado”. Mediante un comunicado difundido a través de la Agencia Provincial de Noticias (APN), el organismo provincial a cargo de Marcelo Pedehontaá informó que las inspecciones respondieron a “una denuncia anónima sobre un establecimiento rural de Winifreda” y enumeró algunas de las irregularidades constatadas en los campos: “informalidad laboral, falta de limpieza, ausencia de botiquín de primeros auxilios, carencia de ART y deficiencias en la provisión de agua potable”.
“En La Pampa venimos haciendo estas observaciones desde hace dos años, cuando asumió la nueva conducción de Uatre, que habilitó a los delegados para que pudiéramos movernos en los campos, y para ellos contamos también con un gran apoyo de la Secretaría de Trabajo”, añadió Andrada. Además de dignas condiciones habitacionales y de alimentación, el sindicato controla “que todos los trabajadores de encuentren correctamente registrados en el Renatre, porque seguimos luchando contra el trabajo en negro: el empleo registrado sigue siendo una gran prioridad para nosotros”, aclaró.
“Gente del norte”.
Según el informe emitido por la cartera laboral, “la denuncia indicó la presencia de trabajadores contratados de manera informal, varios oriundos de provincias del noreste (Corrientes, Entre Ríos, Formosa) y algunas familias con menores”. Andrada coincidió con este informe: efectivamente, muchos productores están trayendo gente del norte. Vienen familias enteras y comprobamos que algunos municipios se encargan de trasladar hasta la escuela a los hijos en edad escolar”.
No obstante, aclaró que “en uno de los campos que inspeccionamos el viernes, donde los baños eran muy precarios, había peones de Chaco y Formosa, pero sin sus familias. Si bien estaban registrados, residen en forma muy precaria, no les daban la ropa de trabajo y faltaban botiquines en los galpones”.
En cuanto a los empleadores, advirtió que “cuando encontramos situaciones muy precarias, la Secretaría de Trabajo directamente ordena una clausura por 10 ó 15 días, lapso en el que el empleador debe mejorar las condiciones”. Y comentó que “recientemente fueron clausurados algunos establecimientos rurales en la zona de General Pico por las pésimas condiciones en que se encontraban los trabajadores”
Andrada recordó que “en la actualidad, el salario básico del peón rural llega 745 mil pesos, por una jornada de ocho horas de lunes a viernes y sábado medio día”. Además, los peones “hacen guardias alternadas los fines de semana, por lo cual salen del campo cada 15 días”.
“Cada vez más denuncias”.
Consultada sobre la alimentación de la peonada explicó que “algunas estancias tienen cocineras que elaboran la comida y en otras uno de los peones está dedicado a cocinar”. El empleador se encarga de proveer los alimntos y desde el gremio tratan de controlar que “reciban comida digna y ración suficiente, incluyendo carne, pan, cebollas, tomates, zanahorias, alimentos no perecederos y, sobre todo, agua potable”.
Los empleadores aprovisionan los campamentos “una vez a la semana, cada quince días o una vez al mes”, dependiendo de cada establecimiento, aunque “en época de verano, cuando hace mucho calor, recomendamos que sean lapsos más cortos para evitar que la comida se estropee, aunque en la mayoría de los establecimientos hay freezers y heladeras para conservar los alimentos”.
Finalmente, comentó que “hasta hace algunos años los peones eran muy reacios a hacer denuncias, por miedo a perder el trabajo, pero ahora se están animando más a denunciar, preguntar y pedir asesoramiento sobre sus derechos”. Según Andrada “existía una gran falta de información”, problemática que pudieron resolver porque “hay internet en la mayoría de los campos y estamos utilizando redes sociales para subir información sobre los derechos laborales, las vacaciones y vivienda digna”.
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