Domingo 06 de julio 2025

La navegación libre y segura

Redacción 06/07/2025 - 00.18.hs

Qué pena estar tan lejos de la Madre Patria este 4 de julio, que se festejaba el día de la independencia. Qué no diera uno por estar, por ejemplo, en el Parque Golden Gate, en San Francisco, atiborrándose de hotdogs, pretzlers y cerveza, al calor del verano recién inaugurado, esperando el festival de fuegos artificiales. Qué puede haber más norteamericano que ese espectáculo maravilloso, inventado por los chinos, que ahora con las tarifas de Trump corre peligro, precisamente, porque son los chinos los proveedores casi exclusivos de esos productos, altamente regulados y de peligrosa fabricación. Ah! Cuánto nos cuesta hacer a América grande de nuevo.

 

Prisión.

 

Sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión del Hemisferio Sur, soportando la ola polar (que por lo pulsuda ya parece bipolar) y el subdesarrollo. Lo único que se puede hacer por esta gente es no pensar.

 

Para colmo esta semana tampoco nos llegó la invitación a la fiesta (la semana pasada, recordará el lector, fue la boda Bezos-Sánchez en Venecia). La fiesta, por supuesto, es la que se hace todos los años en la Embajada de EEUU, o mejor dicho, en la residencia del embajador... ¿o debiéramos decir, virrey? Aunque claro, en este momento no tenemos embajador, ya que le caducó el mandato a Marc Stanley, designado por el presidente anterior. El actual todavía no consigue que los senadores le aprueben la nominación de Peter Lamelas, un cubano de nacimiento, ya que todavía están averiguando si es lo suficientemente cretino.

 

La recepción del viernes, entonces, estuvo a cargo de la encargada de negocios, Abigail Dressel, que para colmo pronto nos va a abandonar: en pocos días viajará para asumir como embajadora en Mozambique. Eso, en la diplomacia estadounidense, es considerado un ascenso. Así es la alta estima en que tienen a la Argentina.

 

Órgano.

 

Nos enteramos de todo este chismerío -no sin ponernos verdes de envidia- gracias a los buenos oficios del órgano de prensa oficial de la Embajada, también conocido aquí por su nombre de fantasía, Infobae. En una cobertura lujosa, digna de la revista Caras, nos regala un álbum con casi cien fotos donde se puede observar, en sus mejores galas, el verdadero "quién es quién" en la administración colonial. Aunque, claro, hay personas que aparecen en las fotos y no se identifican en el epígrafe, así que habrán concurrido allí en carácter de chongos, o simplemente de chupamedias.

 

Este año, por suerte, no fue fiesta de disfraces. Recordará el lector hace unos años a la actual ministra de Seguridad, vestida como cowboy, un outfit que no la favorecía en absoluto. Uno tiembla pensando en qué personaje de la cultura popular norteamericana elegiría hoy para disfrazarse: ¿Rambo? ¿Robocop? ¿Terminator? Dios nos libre.

 

La cuestión es que estaba casi todo el gabinete. El ofendido jefe de gabinete, recién profugado de su interpelación en el Congreso. El ex presidiario ministro de Justicia. El ministro de Salud Pública, que en realidad no es ministro, y para el caso, tampoco existe la salud pública. Un surtido delicioso. Sólo faltaba el patillas.

 

Justicia.

 

Llamativa la masiva presencia de jueces, a cual más emperifollado, en la recepción. Apenas si tuvieron tiempo de ponerse la ropa de gala, recién llegados de Lago Escondido, donde habrán disfrutado, a no dudarlo, de la exquisita hospitalidad de otro reo convicto, el inglés Lewis. Hay que entenderlos a los jueces: tienen que ir a la Embajada para enterarse a quién hay que meter en cana ahora: esas cosas no pueden dejarse al mero criterio de las leyes procesales y penales argentinas, que por otra parte, se resisten a estudiar.

 

En las fotos se los ve a todos confraternizando, aunque algunas coincidencias en la festichola hacen un poco de ruido. Por ejemplo, estaba esta jueza de San Isidro, que ha sido la estrella esta semana con su desempeño en la investigación de una causa penal de alto impacto (y fetidez), en virtud de la cual tiene detenida a media docena de chicas que depositaron una cantidad indeterminada de materia fecal frente a la vivienda de un diputado oficialista. El legislador en cuestión, presunta resurrección del cantante Heleno (o acaso, del modelo de la propaganda de Geniol) estaba también invitado con un traje negro que brillaba incluso más que su pelada.

 

Todavía no se sabe bien de qué están acusadas las detenidas. Aparentemente, más que el Código Penal, les están aplicando el sistema de Bristol, ya que aparentemente los soruyos que arrojaron carecerían del nivel de rigidez exigido por la ciencia.

 

Total, que Abigail nos regaló un bonito discurso antes de abandonarnos por las cálidas estepas africanas. Destacó cómo la asociación de nuestros países ha contribuido a crear "un mundo más seguro" (no aclaró en qué galaxia), y recordó cuando vino la jefa del Comando Sur y viajaron a Ushuaia (ahí nomás de Malvinas) "para dialogar sobre la navegación libre y segura, y sobre cooperación en la Antártida".

 

Por una de las fotos del álbum nos desayunamos que durante los fastos se escucharon las estrofas del Himno Nacional Argentino. Muchachos, no se hubieran molestado.

 

PETRONIO

 

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