Cerraron “La Capital”

De manera imprevista la icónica confitería La Capital, ubicada en pleno centro de la ciudad, cerró sus puertas. El grupo propietario del salón reunió a sus empleados a las 15 de ayer–cuando se juntan los trabajadores de los turnos mañana y tarde- y les anunció que en ese mismo momento dejaba de estar abierta al público.

 

Cómo se sabe, había sido inaugurada en 1941, fundada por don Martín De La Mata, aunque ya en ese momento el comercio era manejado por su hijo Oscar (ya fallecido), padre del actual propietario del mismo nombre.

 

La familia que es dueña de esa esquina está conformada hoy por Oscar De La Mata, su esposa Àngela González (ambos arquitectos); y sus hijos: Elgar (contador), Axel (escribano), Niara (repostera) y Aixa (periodista, y que hoy tiene un comercio pegado a la confitería).

 

“Decisión dura”.

 

“Fue una decisión muy dura”, le comentó por estas horas Oscar De La Mata a LA ARENA. ¿Por qué el cierre? “La tuvimos que tomar porque había dejado de ser rentable, por lo menos desde hace un año”, explicó el titular.

 

De La Mata amplió señalando que “además la construcción de la semipeatonal fue para nosotros muy contraproducente. ¿Si pienso que más adelante puede ser beneficiosa para los comercios?… La verdad es que tengo mis serias dudas que sea así”, afirmó.

 

Lo cierto es que el anuncio tomó por sorpresa a los empleados –personal de cocina, cafeteros y mozos-, que ayer se desayunaron de lo que estaba sucediendo.

 

La alquilan.

 

Aunque por ahora De La Mata no reveló quiénes la integran, se sabe que la familia alquilará el salón a una sociedad (si reveló que “uno de los socios tiene que ver con el rubro gastronómico”). Los arrendatarios tendrían decidido reabrir en el mes de octubre conservando el nombre. “Hemos permitido que lo sigan usando”, agregó.

 

“Los que se hagan cargo también alquilan la planta alta”, por lo que se infiere que la confitería podría ampliarse en el futuro.

 

Con respecto al personal, la promesa es que los nuevos titulares de La Capital van a tomar a los mismos empleados, por lo que no se perdería esa fuente laboral.

 

Reabrirá más adelante.

 

La confitería es emblemática para los santarroseños, y por décadas ha sido punto de encuentro de quienes gustan de la tertulia, café de por medio. Se recuerda también que muchos años atrás en su salón de la planta alta se hacían reuniones bailables que juntaban multitudes.

 

Al menos por ahora, permanecerá cerrada. Dicen que la intención de quienes se hacen cargo sería la de remozarla para en algunas semanas reabrir sus puertas.

 

Los habituales parroquianos tendrán que buscarse otro sitio durante algún tiempito.