Domingo 03 de agosto 2025

Clima enrarecido en la U4: rompieron las parrillas donde se reciben visitas

Redaccion Avances 12/06/2024 - 19.42.hs

Un clima de cierta tensión sobrevuela las instalaciones de la Colonia Penal U.4, y se tensa a partir de algunas cuestiones que se dieron a conocer la semana anterior en este diario, y otras que se conocieron en estas horas. Los detenidos están molestos no sólo por los modos del actual director de la Unidad, sino también porque se dan situaciones que lejos de ayudar a que haya cierta armonía por el contrario alteran el ánimo de los internos.

 

En estos días hubo un suceso que llamó la atención, y que desató el disgusto de quienes cumplen condenas en el establecimiento.

 

Parrillas destruidas.

 

¿Qué pasó? Una mañana, cuando salieron de las celdas y fueron al patio advirtieron que todas las parrillas del lugar de visitas estaban destruidas. Al parecer a alguien se le habría ocurrido bajarlas a mazazos, sin importarle la reacción que el hecho pudiera producir. O sí, sabiendo que podría haber naturales incordios.

 

La primera expresión en este sentido fue la de internos de distintos pabellones de no salir a trabajar a los talleres, aunque ayer habrían regresado a sus tareas.

 

¿Quién hizo lo de las parrillas? Un condenado sostuvo que habrían sido efectivos de lo que se conoce como “división trabajo” del SPF.

 

También, y a modo de protesta por el comportamiento de las autoridades, habría algunos presos que están llevando una huelga de hambre.

 

Ahora sí, audiencias.

 

Este diario contó hace algunos días que el prefecto Esteban Albera castigaba internos sin posibilidad de defensa, de modo tal que tenía una actitud arbitraria. Por otra parte no atendía a los presos que él tenía que entrevistar cuando los sancionaba (hacía caso omiso al decreto 18/97, artículo 44 del Reglamento de Disciplina para los Internos, establecido por la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad n.º 24.660).

 

En más de una ocasión ordenó castigos sin dar aviso al juez de Control, lo que le valió a Albera un apercibimiento y una denuncia por “incumplimiento de una orden judicial” (librada en ese caso por el juez Mariano Pascual, que le ordenó volver atrás con una sanción).

 

Hubo otros episodios.

 

En alguna que otra oportunidad que un interno pudo acceder al despacho del Prefecto se habría encontrado con que tiene allí --sobre su escritorio-- un arma de fuego, y detrás de su sillón dejaba ver un cuchillo de caza de grandes dimensiones.

 

Por supuesto eso tendría un carácter intimidatorio, aunque está expresamente prohibido ingresar armas de fuego –que en todo caso quedan en la guardia externa--; aunque sí tienen los efectivos escopetas con postas de goma que utiliza el personal de requisa en casos de alteración del orden.

 

Espíritu corporativo.

 

La semana anterior este diario pudo hablar con una autoridad de nivel nacional del Servicio Penitenciario Federal. que no quiso que su nombre apareciera en la nota, aunque por supuesto La Arena lo tiene.

 

El funcionario haciendo gala de un marcado espíritu corporativo lo único que hizo fue tratar de relativizar los hechos, se encargó de destacar las supuestas “virtudes” de Albera --aunque tendría denuncias de su paso por otros penales--, y de descalificar a las anteriores autoridades del SPF con el meneado latiguillo de “se la robaron toda” haciendo alusión a otros períodos gubernamentales.

 

Cabe señalar que la pobreza argumental del burócrata porteño sólo puede afirmarse en un sistema encriptado en el que resulta muy difícil investigar. Por más que haya jueces y abogados defensores que luchen contra esa organización que oculta entre sus paredes posturas totalitarias, abusivas e incluso reñidas con elementales derechos humanos.

 

¿Y entonces?

 

“Estamos atentos”, fue lo más significativo que dijo el funcionario de Nación a modo de respuesta ante lo que se le planteaba. Quizás haya existido después algún llamado al Jefe de la U.4 para decirle que moderara algo sus impulsos abusivos. O no. Quién lo sabe.

 

De todos modos lo que cabría es que sean los jueces de Control, y aún los abogados defensores de los internos, los que promuevan acciones. Para evitar que la violencia, los malos tratos y los abusos se transformen en métodos que nada tiene que ver con el objetivo de la reinserción de los presos en la sociedad. Eso no parece estar sucediendo en la U.4.

 

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