Un pampeano que deslumbra en Europa
Como un guerrero, con el violín como espada y sus anhelos como escudo, Matías Catalán, un conocido violinista pampeano, se propuso un sueño al que cada día le da forma concreta, que lo convirtió en un tipo cada segundo más feliz y pleno, como a todos aquellos que cumplen sus sueños.
Matías es un joven santarroseño conocido en el ambiente musical no solo de la capital pampeana sino también en gran parte de la provincia. Siempre asociado al folclore, a la música autóctona y a nuestras raíces.
Sin embargo, siempre tuvo en su deseo la idea de viajar por el mundo. Pero no como turista. Sino como músico. Con su instrumento, el violín, a cuestas, para expandir sus fronteras y conocer de primera mano que hay otras realidades en las diversas partes del globo. Y, de paso, llevar nuestra música a los más recónditos espacios de nuestro planeta. Que todos se enteren de la música que tenemos.
Más allá de su carrera solista, de sus presentaciones y shows, "Mati", como se lo conoce, forma parte de “Pampa Compañía”, una agrupación que reúne alrededor de 30 músicos y bailarines en su mayoría de la capital pampeana. Y fue justamente con esta compañía con quien iniciaría su viaje.
"Mi viaje empezó el 24 de junio para tocar con Pampa Compañía en Europa. De Ezeiza hicimos escala en Roma y fuimos hasta Ginebra, Suiza, donde nos esperaban para llevarnos a Voiron (Francia), lugar donde se desarrollaba el Festival de las Culturas del Mundo, evento que reúne delegaciones de diferentes países, en este caso, de Turquía, Polonia, Guam, España y Sudáfrica", precisó. Y definió a esta experiencia como muy nutritiva en cuanto al intercambio cultural pudiendo compartir no solo la música y la danza , sino también idiomas y costumbres de cada país.
Al cabo de cinco días de Festival, la delegación de “Pampa Compañía” tuvo su próxima cita al lado de la ciudad de Marsella, al sur oeste de Francia, más precisamente en Chateux Gomberg, lugar donde se iba a dar la 61º edición del festival internacional de folclore, compartiendo en esta ocasión con delegaciones de Brasil, Eslovaquia y Francia.
Luego de una semana intensa de presentaciones, llegó el tercer y último festival.
"Nos dirigimos hacia Campan, en los Pirineos Franceses, un lugar de ensueño. Durante tres días conocimos gente maravillosa, donde el idioma si bien era un impedimento se notaba la amabilidad de las personas que nos compartían sus costumbres", dijo.
Matías recordó que al terminar la gira por Francia recibió una invitación que lo convenció para seguir viaje.
"Tomás Bustamante, un amigo de Santa Rosa, vive en la ciudad española de Bilbao, y me dijo que vaya para allá, la verdad que era una oportunidad única, estar tan cerca, si bien no tenía decidido quedarme acá, la Compañía volvió a Argentina y yo me quedé en Bilbao", relató.
Catalán tenía la idea fija. Hacer música en la calle para sentir, palpar y estar cerca de un público que nunca es el mismo, que siempre cambia, y que aunque hable en otras lenguas puede unirse en un mismo idioma universal.
"Me vine a Bilbao con la idea de trabajar con el arte callejero como primera opción, ya tenía la experiencia de viajar por muchos lugares de Argentina, Latinoamérica, siempre con la música en la calle, que es de lo más lindo, porque te abre puertas", destacó el músico.
Por las calles de Bilbao.
Para el joven artista, la respuesta de la gente en Bilbao siempre fue muy buena. "Hay mucho turismo en Bilbao, y yo voy con mi violín, como arma, y con mi voz, haciendo folclore argentino", sostuvo.
La gente puede ver el arte de "Mati" en sus videos que postea en su cuenta de Instgram (Maticatalan.musico). Si quieren verlo, pueden entrar a la cuenta y disfrutar de su música.
-¿Cómo es el clima allá?
-Si bien estamos en pleno verano, ningún día pasó los 25 grados. Acá existe el "Sirimiri", una especie de llovizna fina casi imperceptible que cae sin que parezca que cae. Esta especie de llovizna aparece tres o cuatro veces, viene, se va.
-¿La gente en la calle te pide canciones?
-Sí, claro. Siempre pasan y piden. Y algunas de estas canciones las sumo a mi repertorio. Trato, sin embargo, de tocar siempre folclore.
La idea de Matías es clara. Piensa quedarse unos 15 días más en Bilbao para tocar en la calle y luego seguirá camino.
"Después de 15 días más en Bilbao, me voy a Francia, voy a volver a cruzar todo Francia, con otro chico de La Pampa, músico y bailarín, y luego a Alemania a conocer un poco aquel país. Siempre con el arte callejero", sostuvo y añadió que luego viajará a Brasil.
-¿Tenés problemas para tocar en la calle?
-No tuve ningún problema hasta ahora. Uno puede tocar en todos lados, no hay prohibiciones, es libre, aunque a veces uno debe tener en cuenta los horarios.
-¿Vas a volver a Santa Rosa?
-Sí, vuelvo en octubre a Santa Rosa, donde tengo a mi familia, a mis hijas, hermanos, y amigos que me esperan.
Aprendiendo.
Matías tocó y toca el violín. siempre fue su instrumento. De años. Sin embargo, con su hermano Nicolás, tocaron en diversos sitios de La Pampa y hasta grabaron en 2022 un disco llamado "Patio y Limón".
Fueron un dúo muy reconocido en la ciudad y en la provincia. Siempre con el folclore a cuestas.
Matías, a su vez, tuvo un local en el centro de Santa Rosa donde vendía instrumentos que eran muy difíciles de conseguir en otros lugares.
"Yo toco el violín, pero tengo la guitarra a disposición para cuando salga un show: ahora, un hombre de San Sebastián me contactó para hacer una fecha en una semana y voy a ir con la guitarra y el violín", adelantó y definió que su estilo es la "música instrumental".
En Bilbao, y en las diversas calles que visitó, siempre coloca un parlante con una pista y va tocando encima.
-¿Cómo ves el panorama cultural de Bilbao?
-La verdad es que es una ciudad con muchas influencias del punk. No sabía que era tan fuerte. hay zonas de bares que me contaban que nacieron las principales bandas del género. Uno aprende todos los días, hay lugares con mucha historia, y hay buena recepción para todo tipo de música. Se nota que el folclore progresa a lo largo del tiempo, no está instalado, pero la gente reconoce el estilo de folclore y tango. Siento que hay un acercamiento a las culturas, a la música argentina, que evolucionó en diferentes partes del mundo. Es un poco el legado que tenemos los músicos de la calle al momento de grabar algo.
Con las buenas intenciones.
Matías tiene bien en claro una cosa: que con la música hecha desde el alma, desde el arte mismo de la esencia, lejos de cualquier intermediario innecesario, se pueden hacer grandes cosas y sobre todo llegar a la gente de una manera más profunda, más humana.
Las calles del mundo le dictan eso: que los sueños pueden ser simples pero elevarse hasta grados inusitados. Y que la música te puede llevar a todos lados.
-¿Qué te da tocar en la calle?
-La música me va dando todo. Mientras uno pueda rodar el camino de la música con buenas intenciones, la idea es poder aprender, compartir y absorber, nunca hay que bajar los brazos, hay que insistir, insistir, insistir, porque la música es un estilo de vida, de llevar un sueño, de llevar un mensaje.
Catalán tiene claro que el arte lo puede llevar a sitios especiales y que estar lejos no es una barrera.
"Estar lejos de mi casa me hace estar presente en eso, con una convicción más segura, de no dudar de la música argentina y de hacer lo que elegí hacer", sostuvo. Y agregó: "El camino de la música nos lleva siempre por la buena senda y si bien es difícil nunca hay que bajar los brazos", dijo.
Catalán hizo hincapié en que la música tiene un idioma universal más allá de cualquier frontera.
"La música es el idioma universal de todas las culturas, hay gente que viene de Turquía, con la que no podés hablar, no te entendés ni una palabra, pero uno se pone a tocar el violín y de inmediato ya te entendés", dijo. Y recordó: "Me pasó hasta con gente de Eslovaquia, no le entendía nada, todos estaban con violines, y fui tejiendo relaciones, conversando sin entendernos una palabra, la música motiva a conocer mucha gente, es un canal muy sincero y honesto que te hace conocer".
Para el joven, el poder de la música es inigualable.
"Tocar en la calle es una herramienta que tenemos los músicos y si la tenemos es bueno que la podamos usar, hay grandes artistas que empezaron en la calle como por ejemplo Nahuel Pennisi que es un artista que admiro un montón", resaltó el artista pampeano. Y amplió: "La calle te brinda muchísimas cosas, te brinda una magia, que te podés cruzar con una persona y te invita a tocar en su show".
Recordó que en una oportunidad, Matías tocaba en la una calle de Córdoba. "Y, en ese momento, pasó un artista, me dijo que a la noche iba a tocar en un teatro, y me invitó a tocar, y estuve en este lugar, son cosas que de otra manera no pasan".
La historia de Catalán se asemeja a la de muchos santarroseños y santarroseñas que transitan las calles del mundo. Algunos, como turistas, otros como creadores de contenido, artistas, deportistas y todo tipo de personalidades. Personas que dejan sus huellas en las calles del globo. Y que, en muchos casos, como en el caso del entrevistado, vuelven a sus pagos para reencontrarse con los suyos, abrazar a sus seres queridos y cobijar un nuevo sueño, que tal vez sea el comienzo de un nuevo viaje.
Un recordado dúo.
La música a Matías Catalán le dio todo. Su pasado, su presente y tal vez su futuro. Lo acompaña y lo acompañará siempre.
Matías formó un recordado dúo con su hermano Nicolás. Ambos tocaron en diversos escenarios de la ciudad y la provincia. Y, en una de las fechas, más rememoradas por ambos fue la publicación de su disco en 2022 de su álbum "Patio y Limón".
"Recuerdo muchos momentos en Santa Rosa, pero siempre junto a mi hermano, con quien viví los mejores momentos en la música", dijo Matías durante el transcurso de la entrevista desde las lejanías. Y, sobre todo, se acordó de ese disco. "Recuerdo la presentación de ese disco, 'Patio y Limón', en el Teatro Español, donde llevamos a cabo una puesta en escena de más de 25 músicos que tocaron todos temas nuestros y que pudimos presentar durante ese maravilloso encuentro", afirmó el músico.
Y completó: "Vivimos y compartimos un montón de cosas pero siempre con mis amigos y colegas que me dio la música, soy un agradecido con la música, que me dio la familia, los amigos, y todo".
Todos los escenarios.
La historia de Matías siempre fue a la par de la música, de la familia, de los amigos, y sus vivencias diarias. Pero tocar en la calle fue algo que lo conquistó para siempre.
"A mí me gusta tocar en los escenarios, en los teatros, o festivales, pero también en las calles, todo es diferente y cada uno tiene una parte positiva para aportar y hacernos crecer como músico", destacó el violinista, que hoy toca por las calles de Bilbao.
"La música en la calle significa absorber sabiduría y mejorarnos como artistas", completó el músico.
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