Viernes 06 de junio 2025

“El extractivismo no es una salida válida”

Redaccion Avances 05/09/2024 - 19.36.hs

“Si pretendemos otra forma de desarrollo, para que todos los niños y niñas coman, para que haya progreso y desarrollo local, no podemos seguir aferrándonos a la megaminería el petróleo y el agronegocio. No es por ahí. El extractivismo no es una salida válida para los argentinos”, advirtió Darío Aranda. Periodista especializado en temas ambientales (Página 12, FM La Tribu, Tierra Viva), está de visita en Santa Rosa para encabezar el Conversatorio “Democracia, Modelos de desarrollo y Territorios”, que tendrá lugar esta tarde a las 19 horas en la Facultad de Ciencias Humanass (gil 353).

 

Entrevistado por Radio Noticias (FM 9.5), recordó que “Argentina y los demás países de América Latina basan sus modelos productivos en el extractivismo”, término que define “la extracción de recursos naturales a bajo precio y con amplias consecuencias ambientales, sociales y sanitarias” e involucra actividades como “la minería, la explotación petrolera, los agronegocios y las mega represas”.

 

Aranda aclaró que el agronegocio forma parte del modelo extractivista porque “provoca las consecuencias propias de este sistema tecnológico y está basado en transgénicos y agrotóxicos. Es un modelo megaminero que extrae los nutrientes del suelo, una agrominería tóxica”, afirmó. Y lamentó que todavía siga vigente “el mito de que Argentina produce alimento para 400 millones de personas. Es una afirmación falsa. Nadie come la soja argentina. Es un commodity que producimos para los cerdos y las aves de Asia y Europa” explicó.

 

“Hay propuestas alternativas”.

 

Según Aranda, “si realmente usáramos nuestro territorio para producir carne y leche no pagaríamos altísimos precios por un kilo de carne o un litro de leche. La verdad es que estamos exportando commodities, no produciendo alimentos, y solo son seis las seis las cerealeras que se benefician con su exportación”. Y consideró que “existen modelos alternativos, como la agroecología,donde los territorios quienes decidan qué y cómo se produce, y hay organizaciones campesinas, productores familiares, pueblos originarios y muchos pensadores críticos que promueves estas ideas”, advirtió.

 

Sin embargo, “hace treinta años que el Estado argentino subsidia los agronegocios de la Sociedad Rural, Aapresid, Syngenta, Bayer”, demostrando que es un modelo que “no tiene grietas. Lo fomentaron todos los gobiernos de los últimos 40 años Cristina, Macri, Alberto y Milei. Pero son los territorios los que sufren las consecuencias”, lamentó.

 

En cuanto al tema del conversatorio, “cuanto más extractivismo, menos democracia”, dijo. “Estos modelos los deciden desde lejos las grandes corporaciones nacionales de los países centrales, y desde casa Rosada y Puerto Puerto Madero”. De esta manera, “un residente transitorio de la Quinta de Olivos decide explotar las Salinas Grandes y contaminar Jujuy y decreta que Vaca Muerta es un territorio sacrificable sin contemplar los derechos de pueblos originarios”. Si bien llevamos 40 años ininterrumpidos de democracia, “está muy claro que este modelo no trae progreso, trabajo, desarrollo local, ni cuidado del ambiente y la salud”. Por eso, perdura el interrogante “¿qué es democracia?”. dijo. Y consideró que “si siete de cada diez son pobres, entonces deja muchas dudas nuestra democracia”.

 

“Agenda de panza llena”. 

 

En todo el mundo, muchos especialistas consideran que resolver esta problemática resulta una cuestión clave para el futuro de la humanidad. “Estos temas no están en la mesa cotidiana, porque la prensa y los sectores políticos manejan una agenda de panza llena”, dice Aranda. “El hambre es cosa seria y debería ser tapa todos los días, pero predomina una mirada sesgada de cierta clase media ilustrada que forma parte de muchos medios de comunicación, la política, la academia, que todavía comen todos los días y por eso el hambre. El mes pasado Unicef advirtió que hay un millón de niños y niñas que se acuestan sin cenar en Argentina: la noticia se difundió pero al día siguiente ya se habían olvidado de eso”.

 

Sin embargo, “no se puede tapar el sol con las manos. En CABA y el Conurbano cada vez se observan familias viviendo en la calle, y en los comedores populares todos los días sirven arroz, fideos y polenta. Es una injusticia que deberíamos revertir”. Lamentablemente, “el extrativismo sigue y ahora implementaron el RIGÍ para fortalecerlo más, pero los millones de dólares que genera no son para hospitales. escuelas o mejores jubilaciones, sino para pagar una deuda externa ilegítima, ilegal y fraudulenta, tal cual lo dictaminó la justicia federal hace veinte años”.

 

Y concluyó que “vivimos en democracia, pero Macri tomó el mayor préstamo préstamo de la historia sin convocar al pueblo para ver si quería endeudar a sus hijos y nietos. Y después Alberto Fernández renegoció esa deuda y tampoco llamó a consulta popular para saber si queríamos pagar esa deuda”. De esta manera, “naturalizamos que hay que contaminar el territorio para pagar una deuda externa que no deberíamos pagar, sin tomar en cuenta que si dedicáramos 50 millones de hectáreas para exportar alimentos sanos también generaríamos muchos dólares”.

 

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