Jueves 28 de marzo 2024

Griselda: rendirse no es una opción

Redacción 06/11/2022 - 00.21.hs

En el marco de la Feria Provincial del Libro, Griselda Tejeda presentó su libro. Allí expresamente habla de su enfermedad, y cómo va sobrellevando lo que para cualquier otra persona sería una desdicha.

 

MARIO VEGA

 

"Viajo y disfruto cada paisaje... me encanta escuchar el silencio, caminar por la arena al borde del mar. A veces grito como loca en algún lugar, no conozco mejor terapia... simplemente trato de disfrutar, y creo que cada instante importa...". Griselda lo expresa en un monólogo, y dicho así hasta se podría interpretar que todo está bien, porque su relato es casi idílico, y que al final la vida le sonríe...

 

Sucede que si bien la realidad es que tiene un padecimiento que podría afectar fuertemente a cualquiera, ella está bien lejos de arredrarse, de rendirse ante la adversidad. Tiene Esclerosis Múltiple, y sigue adelante pese a todo.

 

La vida...

 

Y admite enseguida: "Por supuesto que en su momento maldecí, lloré, grité, me enojé y pasé por cuanto estado se les ocurra. Pero fue antes de tener el diagnóstico... Ahora, hago lo que me apasiona: integro el Coro Municipal de Colonia Barón dirigido por Alejandro Yicareán, dónde encontré una gran familia, un grupo maravilloso; tomo clases de canto con Leonardo Gauna, persona con una gran empatía y excelente músico; ¡pinto!: un lienzo, tres colores, un objetivo y sale un cuadro... me apasiona mezclar colores y no saber nunca cuál será el final de lo que emprendo", se entusiasma.

 

"Hago absolutamente todo lo que puedo, pero eso sí en cada cosa me acompaña mi silla de ruedas. Y llegado el caso bailo, como puedo, con un bastón si es preciso. Y comparto con mi familia, con mis amigos... Porque la vida sigue", completa.

 

Cuando nos quejamos por que sí.

 

Cuando reflexionamos -a veces inadvertidamente- sobre los avatares de nuestra existencia, en definitiva de como nos trata el destino, solemos quejarnos de algunas situaciones que nos incomodan, o nos provocan momentos quizás poco agradables.

 

Cada cual tiene en su tránsito por aquí momentos y momentos. Algunos de disfrute, quizás de cierta felicidad o de placidez y otros, inexorablemente, de amarguras. Por que quién no las tuvo alguna vez.

 

Aunque también es cierto que en ocasiones nos enojamos, por cuestiones que bien miradas resultarían menores ante los verdaderos problemas que afligen a otras personas. Y sí, solemos sentirnos abrumados por sonseras de las que pronto quizás nos olvidemos.

 

Y verdaderamente qué egoísta debiéramos sentirnos cuando vemos ejemplos de personas que -sin proponerse ser ejemplo de nada- luchan por superar adversidades que dejarían pasmados a más de uno.

 

El caso de Julio Trivigno.

 

Ya me he referido en estas columnas al caso de Julio Trivigno -fallecido hace algunos meses- que postrado en su cama por el ELA, conectado a una computadora trabajó casi hasta el final; o el de Pablo Giesenow, médico cordobés que amputado de ambas piernas por un accidente, siguió con su profesión y practicando los deportes que se le pusieron por delante. Todos ejemplos de fantástica resiliencia...

 

Como el de Griselda Tejeda, que no duda en declararse discapacitada, y que con una valentía admirable escribió su libro y dijo: "a mi lado, Mi Compañera Inseparable: la Esclerosis Múltiple. Juntos aprendimos que la actitud es fundamental y que vivir es maravilloso".

 

Mujer admirable.

 

Acompañada también por su amiga incondicional Mercedes Dany, de Colonia Barón, Griselda contó como se fueron sucediendo los acontecimientos, y en la presentación de su libro explicó como han sido sus últimos años.

 

Sinceramente no merece más que admiración, porque puesto hipotéticamente en su situación estoy seguro no me la hubiera bancado con la entereza con que ella lo afronta. Porque no me creo capaz, de ninguna manera, de superar tamaña adversidad..

 

Síntomas "locos".

 

"Corría 2006, un día como cualquier otro que se tornó el más raro para Griselda... síntomas 'locos' invadían su cuerpo; tenía dolor y adormecimiento en la cabeza, hormigueo y parálisis del lado izquierdo... diferentes cuestiones que sucedían y así sin más, desaparecían...", narró Mercedes Dany, su amiga.

 

Griselda vivía estaba en La Maruja -permaneció dos años para titularizar-, bastante lejos su hogar porque es docente, y estaba sometida a esos malabares que deben afrontar a veces para obtener un cargo.

 

Como hubiera hecho cualquiera pensó en acudir al médico pero en esa localidad no había, y debía esperar a regresar a Colonia Barón para la necesaria consulta.

 

Otra vez.

 

Una vez de regreso a su pueblo, quizás creyendo que lo que había sucedido era algo pasajero, se dejó estar. Sintiéndose bien, para qué ir al médico, qué podría decirle...

 

Pero un día los síntomas volvieron a aparecer y más complejos. Y entonces sí, el periplo por clínicas, consultas a distintos profesionales, estudios tras estudios, y nada...

 

Así transcurrió un lustro hasta que, al fin, hubo un diagnóstico certero... Y aunque era duro, al menos se sabía contra qué pelear...

 

Y a enfrentar la situación: medicación de todo tipo y tareas de rehabilitación son motores fundamentales para la calidad de vida de quien padece esa enfermedad.

 

Obviamente, nada fue fácil, cada día un nuevo a aprendizaje, una nueva historia, procurando una adaptación que condujera a vivir un poco mejor.

 

"Mi compañera inseparable".

 

"La Gallega", como le gusta que la llamen, es quizás el modo de sentir y la voz de muchos que no pueden expresar sus sentimientos. "Emociones de todo tipo invaden nuestra paz interior al iniciar un camino sinuoso cuando una enfermedad se presenta. Lograr un diagnóstico, aceptarlo, convivir con él, y las discapacidades que se pueden dar hacen todo muy complejo", razona.

 

Es a partir de esta premisa como empieza a gestarse "Mi Compañera Inseparable". Arriba de un auto, luego de cada sesión de rehabilitación, iba plasmando en su computadora el recorrido transitado todos estos años... la incertidumbre, las dudas, la lucha; y siempre dejando percibir la actitud positiva ante lo adverso y el deseo indubitable de vivir, además de su esfuerzo para hacer de cada día algo maravilloso.

 

Plantarse ante la vida.

 

Ese talante hizo que Griselda se plantara de cara ante la vida, y por eso en su proceso de adaptación continua escribe, pinta, canta... como para mostrarnos a todos que rendirse no es una opción.

 

¿Para qué el libro? "La intención es colaborar con la eliminación de barreras que obstaculizan la inserción en la sociedad de las personas con alguna discapacidad; desde la mirada de una discapacitada, que hace una crítica constructiva a todo lo que no facilita la vida de quienes sufren una enfermedad discapacitante".

 

Quién es "La Gallega".

 

Nacida en Colonia Barón es hija de Eutimio Tejeda y Paulina Gareis. "Mi madre falleció ya hace un tiempo, y tengo un hermano, Javier. Mis padres se dedicaron siempre a la producción agrícola ganadera y por eso mis primeros años fueron en el campo, por lo que hice la primaria en la escuelita rural nº 253. El secundario en el Instituto José Hernández", precisa.

 

Proviene de una familia cuyas raíces son española y alemana, "muy tradicional como era en aquellos años, pero para las salidas me ayudaban mis amigas más grandes y primos... Aún hoy conservo amistades de mi adolescencia", se complace.

 

La docencia.

 

Cuando Griselda finalizó el secundario, era 1980, comenzó la carrera de Bioquímica en San Luis. "Era un momento particular, de una Dictadura Militar que lógicamente nos atravesó, y tal vez por eso luego de un año regresé a mi pueblo. Empecé a preparar alumnos particulares para el secundario, porque siempre fueron mi fuerte las materias Exactas. Faltaban docentes en el colegio y así me inicié como profesora de Matemática, Física y Química en tercero, cuarto y quinto año", menciona.

 

Tenía poca diferencia de edad con sus alumnos, y fueron ellos los que la incentivaron a comenzar el Profesorado de Enseñanza Primaria. "Mientras acontecían estos hechos, en ese lapso, me casé con el padre de mis dos hijas, de quién luego me divorcié. La verdad es que todavía no tenía muy clara la idea de ser docente, y creo que fui construyendo mi vocación poco a poco... me tocó realizar mis prácticas en una escuela rural, dónde aprendí el manejo burocrático del sistema".

 

La docencia.

 

Después de titularizar pasó casi toda su carrera docente en la Escuela nº 67 de Villa Mirasol. "Me abrieron las puertas y generó en mí un gran sentido de pertenencia... Y ahora mismo muchos recuerdos hermosos afloran en mi mente: las Ferias de Ciencia, los proyectos compartidos; los Talleres de Laboratorios; las despedidas; los carnavales; las reuniones de Cooperadora. En todo participaba y me divertía mucho... Estoy muy agradecida a toda esa comunidad con su bella gente", sostiene.

 

Ya jubilada.

 

Y completa: "Actualmente soy docente jubilada, tengo 60 años. Casada en segundas nupcias con Hugo Abel Tejerina, profesor de Química. Mis hijos son Noelia Paola Martínez, Licenciada en Psicología; Romina Nerea Martínez, Ingeniera Química; y tengo un hijo del corazón, Lucas Tejerina, Electricista. Y obvio, también están mis yernos: Germán y Marco, y mi nuera: Sido. Y mis nietos, esas personitas a las que adoro: Paulina, Zoe, Jacinto, Martino y Mia".

 

En La Maruja.

 

Había titularizado en La Maruja, luego que sus hijas se fueran a estudiar a Córdoba. "Siempre me gustó la escuela de Jornada Completa y la idea era cumplir los dos años reglamentarios y regresar a mi escuela de Villa Mirasol. Y en La Maruja también conocí una nueva comunidad que aprendí a querer, y tengo muchas amistades allá".

 

Sería ese momento en que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad. "Una mañana amanezco con medio cuerpo como dormido, hormigas recorrían mi lado izquierdo, mi rostro parecía transformado, con sensaciones rarísimas. Eso duró un día y muy lentamente desapareció... A partir de ahí todo se desencadenó, pero la búsqueda de un diagnóstico fue muy compleja: largas esperas en salas de médicos, muchos centros dentro de Argentina, muchas veces hasta tuve que sufrir el maltrato; mucha duda, miedo, incertidumbre porque siempre faltaba algo para un diagnóstico".

 

"Usted tiene esclerosis múltiple".

 

Y narra: "Cierto día, consulté con un especialista. "De entrada me dijo: 'La escucho señora. Cuénteme desde el comienzo'. Al fin alguien estaba dispuesto no sólo a mirar, sino a ver... Me llamó la atención que no preguntó quién me atendía, no criticó ningún estudio, no habló en contra de ningún profesional", agrega.

 

Hasta que el médico se puso serio y le expresó: "Ya le daría un diagnóstico: tiene Esclerosis Múltiple. De entrada sentí cierto alivio, porque si bien no sabía bien qué era había algo contra qué luchar".

 

Luego las explicaciones acerca de qué se trataba... "Es una enfermedad discapacitante, no tiene cura y no se sabe a ciencia cierta que la produce... hay benignas, malignas y de 'M'. Esta última es la mía... Sí, de mierda", afirma.

 

A vivir de otra manera.

 

Por supuesto el diagnóstico impactó en su familia, "en mis amistades... porque es una enfermedad muy difícil de entender; y tuve que empezar a vivir de otra manera: aprendí a inyectarme todos los días una medicación que no cura, pero ayuda; a tener paciencia en mis rehabilitaciones que son personalizadas y de por vida. Y hace doce años que tengo esa constancia".

 

Griselda cuenta con minuciosidad -como en su libro- y tiene reconocimiento para mucha gente: "En 2010 el doctor el doctor Ariel Orona, un grande, se ocupa de mí; y también Susana Bongianino, excelente Kinesióloga, a la que quiero mucho", indica.

 

Ahora mismo su proceso lo continúa la doctora Diana Vera, "gran neuróloga" y las rehabilitaciones las hace con Sergio Abt, "un profesional con mayúsculas", los evalúa.

 

Cómo se sigue.

 

Hay en su devenir, en el de Griselda, un continuo proceso de resiliencia. Además de medicarse, ella tiene en claro que su actitud mental es primordial.

 

"Es una enfermedad que tiene mil caras, es impredecible y debo adaptarme todo el tiempo. Yo la llamo 'Mi Compañera Inseparable', título del libro, porque está siempre conmigo, muy cerquita. ¡Claro!, no es mi amiga, hay que tenerla a raya... pero sí, es mi compañera de vida...", sostiene.

 

Como se ve, la historia de una persona que no se dobla ante los reveses más terribles. "Mi mundo es bello. Si estoy viva no puede ser de otra manera...", enfatiza. Y de alguna manera nos ofrece una lección, al decirnos que más allá de las más duras pruebas a que nos somete el destino "siempre hay una forma de hacer lo que nos gusta... sólo hay que encontrarla". Y si lo dice Griselda.

 

"Mi compañera inseparable".

 

"La Feria del Libro es una oportunidad de concienciar y en mi caso lo vengo haciendo con diferentes charlas, que son por supuesto gratis porque la idea es colaborar con aquellos que no pueden comunicar sus emociones", expresa Griselda.

 

Sobre su texto dijo que comenzó a gestarse "arriba de un auto. Habitualmente voy a rehabilitación a Quemú donde mi marido trabaja en Senasa. Cuando termino debo esperar, y ahí fue que surgió la idea de recopilar, seleccionar y adaptar escritos... Fue un proceso complejo porque significaba revivir muchas cosas".

 

Y así apareció Editores de Autores de Argentina y del Mundo, y el libro empezó a tomar forma. "Fue a pulmón, sin ningún tipo de ayuda y pertenece a todos. El principal objetivo es compartir la mirada de una discapacitada, relacionada con diferentes aspectos de la vida", explica.

 

Griselda apunta que "todos podemos hacer algo por los derechos de los discapacitados: creo que se puede hacer mucho... desde colocar un ganchito de perchero, hasta un baño de discapacitados, o una ley pertinente".

 

"Soy consciente que se está trabajando en el tema, pero mientras más seamos los colaboradores, mucho más se puede lograr", razona.

 

Mercedes Dany, al hacer una referencia del libro dijo: "Está tan claro, tan ameno que en tres o cuatro horas se lee".

 

"Es como que 'La Gallega' mantiene una charla de café con el público al que se quiere llegar", señala.

 

Ayer, en el Medasur, Griselda interpretó el tema "100 metros", acompañada en guitarra por Leonardo Gauna; y Mercedes dijo algunas glosas.

 

"Mi compañera inseparable" fue presentado antes en la Feria Nacional e Internacional del Libro en Buenos Aires, y también en otras localidades, pero primero que nada en Colonia Barón.

 

Ha sido declarado de interés legislativo provincial y de interés cultural por el Senado de la Nación.

 

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