José Alberto "El Lungo" Álvarez: uno vuelve siempre a los viejos sitios
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida, dice César Isella y canta Mercedes. Y es verdad. Claro que sí. Y sino que lo diga el “Lungo” Álvarez, que por estos días anda por aquí, visitando afectos y lugares que conoce tan bien, pero que le quedan tan lejos desde esa bella Santa Pola, a orillas del Mediterráneo, donde desde hace varios años desarrolló su vida.
José Alberto Álvarez, conocido profesor de Educación Física, regresa cada tanto para visitar amigos.
"El Lungo" ha sido profesor de varias generaciones de alumnos de distintos colegios. Y se lo reconoce mucho como hombre muy vinculado al mundo del deporte, y particularmente al básquet como jugador, y al fútbol como preparador físico, pero también como entrenador porque en una época fue director técnico de Doming Faustino Sarmiento. Un día partió casi en silencio, buscando su destino.
Tuvo un paso por México, porque Nelson Festa, quien aquí fuera DT de All Boys y General Belgrano, lo invitó a ver el Mundial ‘86. El Mundial de Diego Armando Maradona.
Su espíritu inquieto lo llevó más tarde a cruzar el Atlántico y recalar en Alicante.
A orillas del Mediterráneo.
José está casado con Elena Desch –de una conocida familia de Villa Alonso--, a quien algunos recuerdan como ex empleada de firmas muy importantes de la ciudad en otras épocas: Casa Comar (vendía artículos del hogar, ubicada entonces frente mismo al Banco de La Pampa), y Rouco y Cia, que estaba en la Avenida San Martín. El matrimonio tuvo en el país azteca a su hija Xochitl Guadalupe (hoy fisioterapeuta), pero al cabo decidió construir su vida en Santa Pola donde aún permanece. Al parecer definitivamente.
De paseo.
Esta misma semana volvió al país, y como hace cada vez que viene empezó a recorrer esos sitios en los que antes llevó adelante su vida deportiva y profesional. Aquí en Santa Rosa, pero también en General Pico e Intendente Alvear.
En la capital provincial fue destacado jugador de básquet del Club Atlético Santa Rosa y también de los seleccionados pampeanos. Tuvo en un tiempo a su cargo el gimnasio Antorcha, junto a su amigo Enrique “Quique” López, con el que ayer por la mañana disfrutaban un café mientras iban desgranando recuerdos y contándose de sus vidas.
“Lungo” fue entrenador de diversos equipos de fútbol, y también se lo recuerda adiestrando boxeadores –uno de los primeros profesores de Educación Física que se acercó al deporte de los puños--, entre otras múltiples actividades que realizó.
Cerca del Diego.
Lo de México –su estadía-- está también relacionado con una anécdota que no todos recuerdan. Se marchó con su esposa Elena poco antes del mundial 1986, cuando la Selección Argentina alzó por segunda vez la Copa.
Después que Burruchaga hiciera aquella corrida memorable para convertir el tercer gol argentino ante Alemania, y cuando el árbitro pitó el final, José hizo lo que tenía pensado desde un rato antes: saltó el foso que rodeaba el campo de juego y se metió entre los jugadores que daban la vuelta olímpica.
Y es archiconocida una foto que salió en todos los diarios y revistas, tomada esa vez en el Azteca, cuando Diego en andas mostraba a la multitud la Copa del Mundo. A unos pasos nomás de Maradona, un flaco canoso corría eufórico intentando tocar a quien simbolizaba la gloria. El muy correcto José Alberto Álvarez nunca se arrepintió de aquella repentina osadía. “Es quizás el más grande recuerdo que tengo en el deporte”, contó alguna vez.
El periodismo.
Ya en España siguió obviamente cerca de la actividad deportiva, pero también se vinculó al periodismo. Primero como corresponsal en Santa Pola de Información Alicante, un periódico que supo tirar 140 mil ejemplares; y también comenzó a hacer radio en Onda Joven (municipal). Actualmente escribe columnas en el periódico de la ciudad en que vive; y se dio tiempo para escribir dos libros: “El fútbol en Santa Pola” y “Las pioneras del deporte”.
José y Elena andan por aquí saludando familiares y amigos. Al “Lungo” se lo ve recorriendo las calles, y parando en cuanto café se encuentra con viejos y queridos conocidos. Estarán algunas semanas y regresaran a las playas mediterráneas, hasta que la nostalgia les pida volver… Aunque sea por algunos días. Porque uno vuelve siempre…
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