La 201, como “la de Tucumán”
El 9 de Julio se festejó en todos los establecimientos educativos, y obviamente se realizaron los actos conmemorativos. En la Escuela 201 también, pero aquí nuevamente surgió la creatividad de mano de sus directivos: la fachada fue ornamentada de tal manera de semejar la histórica Casa de Tucumán, escenografía que permanecerá en lo que resta del mes de julio.
La idea fue pergeñada entre la Cooperadora –su presidenta es Carina Sierra, madre de un alumno-, las autoridades de la Escuela, la directora Patricia Schoenfeld y la vice Valeria Aguilar.
Los chicos, entusiasmados por el decorado, y accediendo a conocer lo que fue aquella soleada jornada del 9 de julio de 1816 cuando se declaró la Independencia, posaron y se sacaron fotos en el frente de la “Casa de Tucumán”.
La Escuela 201 está enclavada en el barrio Villa Tomás Mason -Antártida Argentina y Gobernador Duval-, donde han concurrido tantos vecinos de esa barriada, pero también de otras aledañas como Villa del Busto, o el antiguo Salitral.
Inaugurada como Escuela 314 el 3 de noviembre de 1940 -con el tiempo trocaría su denominación a Escuela 201 “Raku Kimün”-, ha sido nervio motor de todo un sector de la ciudad, y forjó los primeros conocimientos de miles de alumnos y alumnas que pasaron por sus aulas. Actualmente cuenta con una matrícula de 317 alumnos entre primero y sexto grado.
Techo con botellas.
Hace un tiempo en estas páginas nos hicimos eco de un proyecto que apuntaba a la construcción de un techo para el patio, realizado con botellas de plástico. Eso porque no era posible la colocación de árboles que pudieran ofrecer la sombra necesaria en los veranos, porque la humedad proveniente de las napas demasiado cercanas a la superficie -tal vez por la proximidad de la Laguna Don Tomás- impedían que se planten dado que las raíces no se pueden afirmar en ese suelo.
Así las cosas las autoridades de la escuela pensaron en hacer un techo con botellas plásticas. Contaron con la colaboración de Fernanda Giugno, la Cooperadora, alumnos, docentes, la comunidad educativa en general, y el trabajo del herrero Roberto Quirolán.
Fue después de una jornada sobre la problemática del río Atuel -en clases de concientización del tema hídrico pampeano- que todos coincidieron que lo del techo podía ser posible.
El proyecto fue presentado ante las autoridades de Educación y resultó aprobado. Se trataba de desarrollar una cubierta sustentable con botellas de plástico para el patio del establecimiento, que encajaba muy bien en la Ley Ambiental Provincial 3195/19, que establece que incluye a todos los niveles de la educación formal y no formal de manera transversal e interdisciplinaria.
Y para llevar adelante la iniciativa se consiguieron 20.000 botellas, que fueron perforarlas en sus extremos y enhebradas, para después colocarlas en la estructura metálica de 20 por 15 metros.
Hoy el techo está suspendido sobre el patio de la Escuela 201, y cumple perfectamente su cometido.
Cuando se toma nota de esas iniciativas -en este y todos los establecimientos educativos- no queda más que reconocer el esfuerzo que hacen los docentes, que van mucho más allá que el momento que se paran en clase frente a los alumnos. Hay compromiso y vocación para acompañar a los chicos y chicas y ayudarlos a crecer. Y vaya si es no es hacer Patria.
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