Lunes 29 de abril 2024

La Policía se reunió con vecinos del ARA San Juan

Redacción 21/02/2023 - 09.00.hs

El asesinato de Esteban Villegas a manos de una patota de adolescentes en el barrio ARA San Juan descubre apenas la punta del iceberg sobre la problemática de violencia y falta de seguridad en los barrios más alejados del centro santarroseño. "Hay una gran falencia de contención hacia los chicos: faltan estímulos y espacios para que puedan practicar deportes, realizar actividades recreativas y desarrollar alternativas a la vagancia y las adicciones", comentan los vecinos.

 

El jueves pasado, un grupo de padres encabezado por Javier Villegas se reunió con autoridades de la Unidad Regional para trasladarles su "reclamo por mayor seguridad en la extensa barriada al sureste de la ciudad. Días antes habían mantenido un encuentro similar con funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos.

 

Cintia Salas, Julián Martínez y Omar Araque contaron que fueron convocados por los comisarios Claudio Cano, Marcelo Calderón y Pablo Trinchieri, junto al jefe de la Seccional Primera, José Soria. "Nos explicaron que las leyes vigentes impiden a la policía demorar a menores de edad. Lo único que pueden hacer es devolverlos a sus hogares, pero a los 15 minutos están nuevamente en la calle", aclararon.

 

"La reunión nos dejó sabor a poco", lamentaron. Los jefes también anunciaron que "enviarán una nota al Ministerio de Seguridad, informándole lo que hablaron con nosotros" y confirmaron la decisión de radicar una delegación policial en esta zona "con 50 nuevos efectivos". No obstante, "el proyecto demandará al menos un año más". Y también se comprometieron a "colaborar con nuestra actividad deportiva", agregaron.

 

Referencia estatal.

 

La presencia de grupos integrados por chicos de 12 a 18 años, dedicados a atacar a otros adolescentes para robarles el celular, la gorra o las zapatillas, es una de las problemáticas más serias que atraviesan. Una de estas bandas asesinó a Esteban Villegas, a puñaladas, en octubre del año pasado. "Si la policía no puede actuar, debería haber mayor presencia de Niñez y Adolescencia", aclaran. Por eso, ya solicitaron "una audiencia con las autoridades de ese organismo" y esperan una pronta convocatoria. "Y también aguardamos que nos llamen desde el Ministerio de Seguridad", añadieron.

 

"En el lugar donde ocurren estas cosas debería haber mayor referencia del Estado. Los chicos se juntan siempre en los mismos sitios, para drogarse y tomar alcohol. Muchos están armados con cuchillos y el mayor riesgo lo corren nuestros hijos, que son de su misma edad", reiteran. Y advierten que "pronto comenzarán las clases y muchos niños deben tomar colectivos a la mañana temprano para acudir a clases. A esa hora estos muchachos están terminando su juntada nocturna y representan un verdadero peligro".

 

Generar actividades.

 

Casi exclusivamente conformado por barrios sociales adjudicados en la última década, este sector urbano se encuentra muy alejado del centro y carece de infraestructura comunitaria, sedes sociales y espacios destinados a la recreación. "Los tres encuentros del programa Verano Joven, organizados por el municipio y que incluyeron recitales de música, fueron un éxito total de convocatoria. Eso demuestra la gran necesidad que tenemos de actividades recreativas, culturales y de entretenimiento".

 

En esta zona hay cinco barrios, a los que se acaban de sumar las 102 casas entregadas el jueves pasado: ARA San Juan, Néstor Kirchner, Pueblos Originarios, Esperanza y Nelson Mandela. "El único que tiene un SUM es Néstor Kirchner, pero solo abre al mediodía para distribuir viandas elaboradas en el Plan 5000 y el resto del tiempo permanece cerrado y sin actividad", cuentan. En tanto, el Esperanza es el único que cuenta con una comisión vecinal, aunque su actual comisión directiva permanece casi inactiva.

 

Tampoco hay comedores ni merenderos, espacios que en otros barrios sirven como lugar de reunión y coordinación de actividades. "Este fin de semana se hicieron los carnavales en la laguna, es decir, en el otro extremo de la ciudad, a unos cuantos kilómetros de distancia. Y nos resultó imposible llevar los chicos hasta allá".

 

Fundaron un club.

 

El año pasado, Julián, Cintia y otros padres y madres decidieron fundar un club para desarrollar prácticas regulares de fútbol y contener a los niños. "Ya incorporamos 120 chicos y chicas, en cinco categorías de varones y un equipo femenino". Bautizada "El Caldenar", la nueva institución aguarda su personería jurídica para funcionar en plenitud e iniciar gestiones destinadas a crear sus propias instalaciones.

 

"Si bien la falta de contención comienza dentro de las familias, en muchos casos la necesidad de trabajar para sostener el hogar dificulta la presencia de los progenitores junto a los chicos", aclaran. En ese contexto, "la convocatoria del club demuestra que es posible hacer cosas positivas y colaborar con las familias: permanentemente recibimos muestras de agradecimiento. Nos dicen que hemos cambiado la vida diaria de sus hijos".

 

A falta de alternativas, hasta las prácticas se transforman en entretenimiento: "los domingos organizamos encuentros amistosos y muchos vecinos se sientan en la vereda, a tomar mates mientras observan a los chicos jugar".

 

El club se convirtió así en un centro de reunión, lo que también presenta algunos riesgos. "Los chicos entrenan de 19 a 20,30 horas. Cuando salen ya está anocheciendo y deben cruzar caminando los barrios para llegar a su casa, aumentando el riesgo de cruzarse" con los vándalos. La falta de infraestructura incrementa esa amenaza: "hay poca y mala iluminación, por lo cual muchos sectores permanecen oscuros", explican.

 

Hace unos días El Caldenar recibió la visita del intendente Luciano di Nápoli. "Se comprometió a colaborar para cerrar el predio, mejorar la iluminación y construir sanitarios y una oficina, porque apenas tenemos un terreno pelado". Contar con instalaciones mínimas aliviaría mucho el trabajo de Julián, que diariamente transporta la bolsa de pelotas al hombro hasta la cancha. "La violencia es una problemática social que depende de múltiples factores, pero si la abordamos juntos desde distintos sectores, sumando el compromiso de las instituciones y garantizando una mayor presencia del estado, es posible revertirla", concluyeron.

 

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