Viernes 26 de abril 2024

“La UCR está recuperando su identidad”

Redacción 25/01/2023 - 09.05.hs

“El radicalismo está en un incipiente proceso de recuperación. Si bien tuvimos un crecimiento en las últimas elecciones, estamos lejos de ser la alternativa política que alguna vez fuimos en Argentina, y en ese contexto la idea es tratar de reconstruir una verdadera alternativa política, enfocada en los contenidos, valores, creencias y proyectos”, afirma Federico Storani. Según el veterano dirigente, la Unión Cívica Radical debe “recuperar una identidad con contenido, que otorgue coherencia y nos permita ser un vehículo que exprese las aspiraciones populares”.

 

Nacido en Córdoba hace 72 años, Storani fue dos veces diputado nacional (1983-1991 y 1993-1999) y ministro de Interior durante la gestión de Fernando De la Rúa. En diálogo con Radio Noticias, consideró que la degradación ideológica que el centenario partido exhibió durante las últimas décadas “no obedece a una sola causa, sino a un conjunto de factores” y consideró necesario “hacer un mea culpa, una autocrítica, porque buena parte de la dirigencia se divorció de las demandas reales del pueblo”.

 

Los referentes radicales “deberían tener un sentido claramente popular y sensibilidad social. En su época, además de ser un partido nacional, el radicalismo tenía una raigambre fuertemente popular, con gobiernos como el de Yrigoyen y especialmente la gestión de Raúl Alfonsín que materializaron reivindicaciones muy sentidas y queridas, que luego se fueron desdibujando”. “Desde mi perspectiva, se perdió esa identidad y es imprescindible recuperarla”, agregó.

 

Y en ese camino se encuentra hoy el partido, dijo. “Si bien algunos dirigentes mantienen aquella visión desdibujada, ciertas expresiones que yo he utilizado contagiaron a muchos otros, quienes hoy afirman que el radicalismo nunca más puede ser furgón de cola de un gobierno conservador”. Este cambio de perspectiva se expresa “en distintos ámbitos, incluyendo la propia convención partidaria, y eso empieza a producir un cambio interno”, opinó.

 

Gobierno del PRO.

 

Aunque resulta evidente que la pérdida de valores ideológicos se profundizó durante la alianza con el PRO, Storani recordó que “en la Convención de Gualeguaychú se buscaba poner en vigencia las dos reglas de oro del sistema democrático, equilibrio y control del poder, que estaba muy desbalanceado, y alternancia en el ejercicio del poder, y el radicalismo contribuyó a que ello funcionara”. Sin embargo, la gestión de Mauricio Macri “no fue un gobierno de coalición, sino un gobierno del PRO, claramente identificado con las políticas conservadoras que ese espacio expresa, y no con las ideas del radicalismo”.

 

En el contexto actual, la UCR tiene que “recuperar la identidad del partido y aspirar a un legítimo liderazgo, dentro de una construcción mucho más amplia porque la crisis es tan profunda que no la puede resolver un solo partido”.

 

En cuanto a la incorporación de estos planteos al debate partidario interno, respondió que “precisamente hace unos días el presidente del Comité Nacional, el gobernador jujeño Gerardo Morales, generó un ámbito en Mar del Plata con una convocatoria amplia”. Allí se aprobó la propuesta de “hacerlo periódicamente, cada 15 ó 20 días, para ampliar los instrumentos orgánicos y ofrecerle un marco más amplio de decisión de los dirigentes partidarios”.

 

Establecer límites.

 

En Mar del Plata también germinó “la idea de hacer un congreso doctrinario en Córdoba, para finales de marzo, lo que lavaría la cara del partido en cuanto a cuál es la razón de existir de un partido histórico nacido de una revolución que reivindicaba el derecho al voto universal, con sucesivos gobiernos que priorizaron la defensa del patrimonio nacional con empresas como YPF durante la gestión de Yrigoyen, o con Arturo Illia, cuyo gobierno fue uno de los que más avanzó en lo educativo y cultural, además exhibir gestos muy dignos, como negarse a enviar tropas a Santo Domingo en 1965, cuando se lo requería la potencia más importante del mundo; o como el gran aporte de Raúl Alfonsín a los derechos humanos, ahora que está en boga la película “Argentina 1985”.

 

Storani también aludió a las marcadas diferencias entre los principales referentes radicales y macristas, reflejadas ante cuestiones como el golpe de Estado en Bolivia. “Muchos dirigentes radicales condenamos abierta y públicamente el golpe en Bolivia, expresando claramente una opinión dividida”. Para el dirigente cordobés “si el jefe de Policía le pone una pistola en la cabeza al presidente y le dice que no aceptará sus órdenes, es claramente un golpe de Estado”. En ese marco, repudió “el nefasto papel de Luis Almagro como delegado de la OEA y las matanzas que posteriormente se sucedieron”, y recordó que “recientemente emití un pronunciamiento condenando duramente el intento golpista de los partidarios de Bolsonaro en Brasil, y la matanza en Puno, Perú”.

 

Por eso “está muy bien marcar los límites, como Morales cuando dijo que los radicales no tenemos nada que ver con presuntas alianzas con negadores del calentamiento legal, misóginos y partidarios de la libre circulación de armas sin control o de que el mercado regule la venta de órganos humanos”. En clara alusión a Javier Milei, agregó que estas propuestas provienen de “los mal llamados libertarios, porque libertarios eran los verdaderos anarquistas” y advirtió que resultan “expresiones claramente fascistas”. Y recordó que “hace poco Milei participó en España de un acto del partido Vox, heredero del franquismo, junto a los representantes del fascismo italiano, donde la consigna era volver a 1936, durante la pre guerra civil española, es decir, fascismo puro”.

 

En cuanto a la coyuntura electoral, Storani concluyó que “el radicalismo debe ir a elecciones primarias con sus propios candidatos, para resolver sus mejores liderazgos y mostrar a la sociedad que plantea cada uno. Y después acudir a las generales con un único candidato radical”.

 

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