Jueves 02 de mayo 2024

“La Villa” está de luto por la partida de Julio Ernst

Redacción 16/09/2023 - 00.31.hs

A la edad de 87 años dejó de existir Julio Ernst, apreciado vecino de la ciudad e histórico dirigente del Club General San Martín de esta ciudad.

 

Su deceso conmueve a la familia de “La Villa”, porque algunos sabían decir que por su sangre corría sangre azul y blanca. Fue un infatigable colaborador de la entidad que había nacido el 3 de febrero de 1950, y cuando el club salió de casi dos décadas de decadencia él fue uno de los allegados que dijo presente en cada acción que se llevó adelante para recuperarlo para los socios.

 

Nacido en cercanías de Toay, en Colonia Ramón, cuando obviamente éramos todavía territorio Eva Perón; Julio Ernst, con su espíritu tan particular, con su inteligencia y con la enorme bonhomía que lo caracterizaba se fue haciendo de un nombre reconocido en nuestra comunidad.

 

Primero trabajó algunos años en la parte administrativa de Molinos Werner –cuando era la principal empresa de la ciudad--, y luego estuvo mucho tiempo (más precisamente entre 1974 y 1997) vinculado al rubro de venta de vehículos, primero en Pampeana S.A., y más tarde en Unión Automotores de General Pico.

 

El músico.

 

La música fue también otra de sus grandes pasiones, porque integró lo que fue primero la Banda de la Policía y más tarde pasó a ser la Banda Sinfónica de la provincia conducida por el maestro Juan Mecca. Julio era un eximio ejecutante del saxo y el clarinete, y lució también su virtuosismo en algunos grupos relacionados precisamente con la familia Mecca, como fueron las orquestas –en esa época típica y característica-- “Los Indios”; y más tarde “Los Americanos” junto a hermosos personajes como Bonemezón, los Amado y Hugo Mezzasalma entre otros.

 

Inquieto y solidario, en una causa como la de los recursos hídricos y la lucha por la recuperación del río Atuel no podía estar ausente, por lo que integró varios años la Fundación Chadileuvú.

 

Siempre San Martín.

 

Luego de la recuperación institucional del Club San Martín –una de las cosas que tanto anhelaba-- fue integrante de la primera comisión directiva de la “refundación”, y pasados algunos meses los socios decidieron homenajearlo llamando “Julio Ernst” al Salón de Usos Múltiples de las instalaciones de calle Dante Alighieri, reconocimiento que fue para él una enorme satisfacción.

 

En las últimas semanas –y de manera imprevista, tal vez afectado por el deceso el año anterior de Eva, su esposa y compañera de toda su vida-- su salud comenzó a deteriorarse rápidamente, y el pasado jueves se produjo su fallecimiento. Su partida apena a una gran familia que conformaba con sus hijos Julio Edgardo y Ricardo Daniel; su hermana Elisa; nietos y bisnietos. Pero además consterna a la gran familia sanmartiniana que lo despidió en el sepelio como Julio hubiera querido: le colocaron sobre su pecho la camiseta de sus amores. Se fue un apreciado vecino y La Villa pierde parte de su alma con su partida.

 

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