Viernes 26 de abril 2024

Miopía: subió 40% en las infancias

Redacción 21/08/2023 - 09.10.hs

“Hoy por hoy los niños y las niñas usan más anteojos porque es cotidiano el uso y abuso del celular y de todas las pantallas”, alertó el oftalmólogo Valentín Cantarutti tras realizar un análisis sobre el estudio que se presentó en el Congreso Internacional de Miopía, que indica que aumentó un 40 % el diagnóstico del defecto visual en las infancias. Recordó que la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda comenzar a utilizar el celular a partir de los 12 años y que es fundamental que los chicos y chicas realicen actividades al aire libre.

 

La miopía es un defecto visual que se produce cuando el ojo es más largo de lo que debería. La retina queda más atrás y esto genera una visión desenfocada y borrosa de los objetos lejanos. Los ojos necesitan hacer más esfuerzo para ver de cerca. De lejos, observan en estado de relajación, pero al mirar a corta distancia, los músculos oculares necesitan estirarse, lo que finalmente deriva en un globo ocular más largo que, aunque se corrija el enfoque mediante lentes, sigue siendo un ojo miope.

 

Durante años, se asoció la miopía a factores genéticos. Hoy cada vez más estudios científicos la vinculan a factores ambientales como pasar mucho tiempo en lugares cerrados, la falta de luz natural, y más recientemente la exposición a pantallas.

 

“Tras el confinamiento por la pandemia, la velocidad de progresión de esta afección aumentó un 40% en la población infantil, según un estudio presentado en el Congreso Internacional de Miopía realizado a comienzos de julio en Buenos Aires. El trabajo, publicado en la revista Oftalmología Clínica y Experimental, evaluó a 154 niños de 6 a 12 años en 2018 cuyo aumento del grado de miopía, medido en dioptrías, era de -0,25 por año entre 2018 y 2019. La medición realizada hacia fines de 2020 mostró un aumento de entre -0,50 a -0,75 interanual”, indicó la agencia de noticias Télam.

 

“Drásticamente”.

 

Para conocer la situación pampeana, este diario se comunicó con el oftalmólogo Valentín Cantarutti quien confirmó los datos y aseguró que “según el estudio, en 2030 un cuarto de la población mundial va a ser miope y en 2050 la tendencia sube al 50 %”. El defecto visual “se produce por la acomodación constante del cristalino frente a la pantalla y eso genera una miopía”.

 

Si bien explicó que “es hereditario”, cuando un paciente “tiene un leve indicio con miopía, el uso de las pantallas provoca que la tendencia a sufrirla aumente drásticamente”. Los síntomas son “cefalea, picazón, ardor, molestia muscular y, si en un futuro no mejora, se necesita anteojo”. Cantarutti señaló que “la única medida preventiva es una regla llamada ‘20 20’ que consiste en apartar la mirada de la pantalla cada 20 minutos, descansar 20 segundos y mirar puntos lejanos que estén a 20 pies, es decir a más de seis metros de distancia. De esta manera, el cristalino dejará de realizar esa acomodación constante y que el paciente sea propenso a la miopía”.

 

El oftalmólogo pampeano recordó que frente a la Clínica de Ojos -donde está ubicado su consultorio- hay distintos colegios “y cuando nos ponemos a mirar, vemos que hoy por hoy los niños y niñas usan más anteojos”. Advirtió que ello sucede “porque es cotidiano el uso y abuso del celular y de todas las pantallas. Siempre escuchamos que los padres y madres dejan que usen el celular a la noche para ellos estar más relajados, pero debería ser lo contrario porque en ese horario, los chicos ya se tienen que preparar para dormir. Para que no usen las pantallas, estaría bueno que pinten o hagan otra actividad…”.

 

-¿A qué edad los niños y las niñas pueden comenzar a utilizar las pantallas?

 

-La Sociedad Argentina de Pediatría recomienda que sea a partir de los 12 años; está contraindicado en menores de dos años y es fundamental por la parte cognitiva para que el niño tenga desarrollo neurológico; entre los 6 y 10 años difunde la importancia de realizar los controles visuales. Recién a partir de los 10 años, pueden usar las pantallas dos horas por día. En cambio, la Academia Norteamericana de Pediatría indica que a partir de los tres años, pueden usarlas hasta dos horas por día, pero esta academia tiene tratamientos y cirugías más invasivas, a comparación de la europea que es más preventiva.

 

Uso de lentes y gotas.

 

La única manera de aliviar los síntomas es con el uso de anteojos que tengan “antireflex, filtro azul y protección UV”. Cantarutti celebró que en la actualidad “no existe tanto el bullying por el uso de lentes. Además hoy son más lindos, vienen de colores y los chicos los combinan con la ropa o los marcos tienen dibujados personajes de superhéroes y les gusta”.

 

“Si el niño tiene patología se acostumbra a usarlos en el acto, además el paciente que lo necesita no los pueden dejar de usar; el que ve mal se pone el lente, ve perfecto y se acostumbra”, aseguró el especialista y explicó que luego de los 23 años “se empieza a estudiar una posible cirugía. Hoy en día se operan mucho porque nadie quiere usar anteojos y las técnicas que se utilizan son seguras”.

 

Más allá de que los padres y madres le bajen el brillo a las pantallas para que las usen los más pequeños, “la condición básica es que igualmente genere miopía”. Además, “baja la frecuencia del parpadeo y directamente se convierte en ojo seco. De esta forma, se crea un círculo de uso de gotas y lentes que nunca termina. En el sexo femenino, a partir de los 40 años, se incrementa el ojo seco y es necesario acompañarlo con dietas”.

 

“Por eso, hacemos hincapié en que no usen gotas porque es algo de nunca acabar. Uno piensa que es una gotita, pero es una medicación como el ibuprofeno”, agregó. Por último recordó que, “antes del primer año, se les debe realizar un fondo de ojos a niños y niñas, luego hasta los cinco un control anual y que son obligatorias en el ingreso a la primaria, secundaria, universidad y al trabajo”.

 

“Estoy en contra de esos lentes”.

 

En kioscos, en farmacias y en la vía pública se pueden observar la venta de anteojos de sol y pre-graduados que son “truchos”. Según explicó Cantarutti, los cristales de mala calidad o hechos de materiales como el plástico pueden dañar seriamente la visión. “Estoy en contra de esos lentes”, afirmó el oftalmólogo quien consideró importante “acudir a controles para saber qué anteojos necesita cada paciente”. “Además no tienen ningún tipo de filtro, son genéricos y no producen mejorías. Si bien les servirá para leer un poco, para salir de paso, están contraindicados”.

 

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