Domingo 20 de julio 2025

No es posible la vida sin amigas

Redacción 20/07/2025 - 00.35.hs

La amistad es un lazo íntegro, que se construye desde el afecto, la lealtad y el respeto. Hoy amigos y amigas celebrarán en nuestro país –y en muchos otros-- el Día del Amigo. Una fecha muy especial.

 

MARIO VEGA

 

Alguien ha dicho que los amigos son la familia que se elige, y tenerlos son un regalo. Serán ellos –y ellas- los que compartirán con nosotros los buenos y malos momentos, las personas que estarán cuando necesitemos de su presencia.

 

Ahora bien, ¿existen distintos grados de amistad? Solemos mencionar como amigos o amigas a personas con las que tenemos un contacto más o menos habitual, a veces casi igualamos a personas con las que nos tratamos desde siempre con otras que fuimos conociendo en el camino. Y me parece que no es lo mismo.

 

Qué tan amigos.

 

Y en estos tiempos, además, están quienes gustan alardear con la cantidad de “amigos” que tienen en las redes sociales que, se me ocurre, serían en todo caso de una categoría muy menor. Seguramente en esa grilla hay muchísimos con los que no somos “tan” amigos, o amigas.

 

Entiendo que hay diferentes grados en eso de la amistad. Estarían los amigos de siempre, los que -como dice Borges- no necesitan de una frecuencia pertinaz y diaria para que los consideremos de esa manera. Me pasa con algunas personas que a lo mejor no veo durante meses, y cuando nos encontramos es como que el tiempo no ha pasado, y que la relación se ha mantenido intacta.

 

El hombre, la mujer, y la amistad.

 

También es verdad que tildamos de amigos a personas que vemos con cotidianeidad –compañeros de trabajo, del deporte, del café, o de cualquier sitio--, pero con las que no compartimos un sentimiento tan fuerte. Estos pueden ser muy conocidos, pero si se habla de amistad hay que decir que los vínculos son más sólidos y estables.

 

Dicen los que dicen saber que el hombre y la mujer no manejan la cuestión de la misma manera. Y se puede ejemplificar con esas clásicas mesas de café donde los varones se juntan con habitualidad –a veces costumbre que se prolonga por años-- para hablar de futbol, de mujeres –eso no cambió--, de política u otros temas a veces superficiales. Y es probable que aunque se consideren amigos no lleguen a saber de cuestiones personales de los que tienen al lado… si tienen mujer, cómo se llaman sus hijos y qué hacen.

 

En cambio las mujeres que comparten mucho tiempo en esos grupos es posible que se sientan más comprometidas y unidas emocionalmente. Y ciertamente resulta difícil concebir que una situación que le pudiera suceder a una de ellas no las preocupe de inmediato a las demás, y que estén allí para apoyar.

 

¿Amigos, o conocidos?

 

En lo personal diría que tengo distintas “categorías” de amigos y amigas. Los de siempre que son como hermanos de la vida, y por supuesto no resultan tantos; y otros y otras con quienes sí hay una buena relación que, seguro, son muchos más. Esto son los conocidos/as… de los que uno suele decir –al hacer referencia a relaciones que se van tejiendo a lo largo del camino-- “soy amigo” –o amiga-- de Juan, o Pedro, o María. Pero generalmente son “conocidos” con los que no se tiene la misma afinidad que quienes nos llegan al alma casi como si fueran hermanos.

 

Día del amigo.

 

Pienso que la amistad es un lazo que se construye sobre la base del cariño, la lealtad, y el respeto, y que es imprescindible para transitar nuestra historia. Casi que no es posible la vida sin amigos.

 

Precisamente hoy es el “Día del amigo/a”, y este fin de semana se habrán multiplicado los encuentros para alzar las copas y brindar por ese sentimiento incomparable.

 

Ya nadie desconoce que un hito para la historia mundial, como fue la llegada del hombre a la luna, fue considerado por el odontólogo argentino Enrique Febbraro, como una señal de amistad de la humanidad hacia el universo. Aunque, cabe admitir que es el 30 de julio el Día Internacional de la Amistad, establecido por la ONU.

 

Amistad de más de 40 años.

 

Los encuentros por este acontecimiento, cenas, juntadas, comenzaron promediando la semana que termina, y naturalmente tienen su epicentro hoy. Ya desde el viernes los lugares gastronómicos empezaron a verse colmados, y anoche ocurrió lo mismo. Entre tanta gente que se juntó hay un grupo de amigas que homenajea una amistad que ya lleva nada menos que 40 años.

 

Vanesa Santesteban –compañera en La Arena-- acepta gustosa ser una suerte de productora para reunir a sus amigas y dialogar un rato sobre el valor de la amistad, y cómo la viven ellas.

 

Ese hermoso valor.

 

¿Qué es la amistad para nosotras? “Un vínculo de los más valiosos en la vida, un refugio, un apoyo incondicional, donde nos guían, nos animan y nos damos esos abrazos que nos sostienen cuando más los necesitamos. Nos mostramos tal cual somos, nos aceptamos y queremos… construimos esta amistad con confianza, empatía y mucho amor. Porque la vida es más rica cuando se comparte”, explica Vanesa, a la que conozco desde que era una pibita que colaboraba en la Redacción del diario… entonces tímida, hoy una mujer desenfadada, que anda todo el día bromeando. Una linda manera de olvidar --aunque sea por un rato-- las preocupaciones del diario vivir que a todos nos tocan.

 

La “bandita”.

 

Es un grupo de doce mujeres y con varias me junté a charlar un rato –¡por supuesto casi que hablaban sólo ellas!-- para saber cómo viven eso de ser un grupo que comenzó a forjarse hace más de 40 años. Hoy siguen tan alegres y vitales como cuando iniciaron esa relación de afinidad.

 

La bandita la conforman, además de Vanesa, Verónica Wiggenhauser (de Ingeniero Luiggi), Daniela Ríos (Parera), Gabriela Guidi (Intendente Alvear), Roxana Abarca (Buenos Aires), Daniela Sequeira (Santa Rosa), Alejandra Fernández (Quetrequén), Adriana De María (Santa Rosa), Viviana Bertolini (Parera), Marta Somovilla (Santa Rosa) y Daniela Olivera.

 

La amistad, un refugio.

 

Mientras se toman un cafecito –que alguna acompaña con una porción de torta--, se entusiasman recordando los bellos momentos compartidos

 

Es difícil decir quien dijo cada cosa que transcribo, pero son conceptos sobre los que no tienen diferencias, como que la amistad da “una sensación de refugio y calma”, o que “el abrazo de una amigo o un amiga que aparecen cuando los necesitás es un alivio, porque sabés que están allí para sostenerte”.

 

“También en los momentos en que fuimos felices, que nos divertimos, las amigas son fundamentales”. Está probado, la amistad es una de las claves de la felicidad. “Desde la secundaria somos amigas, con algunas desde los 13 años no nos hemos separado, y con otras por circunstancias de la vida no nos vemos tanto pero el lazo siempre está”, dice una de ellas.

 

Hermanas del alma.

 

Y completa quien está a su lado: “Es una edad en la que la amistad lo es todo... esas compañeras de la escuela que se convierten en hermanas del alma, con quienes compartíamos tardes interminables, primeras aventuras y las rebeldías que nos hacían sentir grandes. Cada una con su forma de ser, sus gustos, su personalidad… algunas más tranquilas, otras más inquietas, pero en esta mezcla está lo lindo, nos respetamos, nos apoyamos y aprendemos unas de otras. Nuestra amistad no depende de ser iguales, sino de querernos tal y como somos”.

 

El Normal.

 

La Escuela Normal las juntó. Algunas estaban desde el principio, otras llegaron de otros pueblos para completar el secundario. “Qué nostalgia me dio terminar 5° año... la pasábamos tan bien, que grupo tan lindo, cuantas anécdotas, un poco revoltosas y siempre en la mira de los profes, en ese tiempo que no se escuchaba ni volar una mosca en el aula”. Es Marta la que habla.

 

Y completa: “¡Cuántas salidas! … viernes, sábados y domingos. No pagábamos entrada en ningún lado… ¡Qué manera de caminar recorriendo todos los boliches!”.

 

A partir de aquel momento la vida las unió “para siempre. Pasaron los años y seguimos juntas, algunas con lazos más fuertes porque nos elegimos como hermanas del corazón. Ha sido una vida de amistad en las buenas y, lo más importante, en las malas… cuando esa amiga está para abrazarte, sin juzgarte. Es en esos momentos que se necesitan los verdaderos amigos”.

 

Un regalo de la vida.

 

El axioma del grupo es “el respeto a la otra. En los viajes, las juntadas, solo pensamos en pasarla bien, y la consigna es que cada una sea libre y se exprese sin reprimirse. Que seamos nosotras mismas y si tenemos un problema compartirlo y tratar de aliviar la carga; pero en lo posible pasarla bien y renovar las energías para volver a lo cotidiano”.

 

A esta altura, mientras se enciman para hablar, ya no sé qué dijo cada una, pero sí qué dijeron: “La amistad es un regalo de la vida. Es una felicidad volvernos a encontrar con las compañeras del secundario luego de un camino recorrido, con otras experiencias pero la misma complicidad, el mismo corazón”.

 

Ni para el colectivo.

 

Se conocieron “en la vieja Escuela Normal Mixta Julio A. Roca”. Algunas se encontraron arrancando primer año, otras se sumaron en tercero y alguna más en cuarto año. “Vivimos un tiempo donde ni se nos ocurría juntarnos como ahora en una confitería a merendar. No había dinero disponible y pasábamos muchas tardes en el Parque Recreativo Don Tomás, que no estaba como ahora, y el menú era ‘pan con azúcar’ como un lujo. ¡Y cómo nos divertíamos! Éramos pobres y caminábamos y caminábamos… porque a veces no teníamos ni para el colectivo. Vivimos el aula, los profesores, las alegrías y desencantos de la adolescencia, las ilusiones, las salidas… Esa etapa de complicidad y camaradería en tiempos en que la vida nos estaba ‘empezando a amasar’. Lo que compartimos nos hace tener sintonía, códigos comunes , anécdotas, que de alguna manera nos hacen pertenecer a la misma manada”.

 

Primero la familia.

 

Eso sí coinciden en que “la familia es lo primero. Aunque estamos en un momento en que los hijos crecieron, la mayoría ya son mayores de edad, y hacen su propio camino… Prefieren muchas veces que no estemos tan cerca, como nos pasó a nosotros alguna vez”, se ríen.

 

Ahora vuelve a ser “su” momento, el de las juntadas para divertirse “sin reproches, sin presiones, para reír hasta que nos duela la panza, para jugar a lo que se pueda, comer alguna cosita, tomar un ‘alguito’, hacer Tik Tok, algún que otro viajecito, y charlar y charlar…”.

 

“Las garotas”.

 

Tienen un grupo de wattshapp donde se autodenominan “Normal ‘89 Las Garotas”.

 

¿Por qué? Eran pibas que iban a tercer año cuando se inscribieron en un concurso que se hacía en Macachín (una suerte de Feliz Domingo en La Pampa), con juegos y entretenimientos. Una competencia que –según decían los organizadores-- otorgaba un viaje a Camboriú para las participantes.

 

“Ganamos el concurso y empezamos a planear el viaje… Bolsos, mallas, la ropa para salir de noche, sombrillas… Era una agencia de Bahía Blanca, y como en ese momento las comunicaciones no eran tan inmediatas como ahora una de las chicas fue hasta allá para ver cómo iba todo… gran decepción: la agencia no existía. Conclusión, no hubo viaje… nos quedamos con el bronceador en la mano”, se ríen con ganas ahora.

 

Eso sí, desde ese momento se autodenominan “las garotas” que no fueron.

 

“Nos acompañamos”.

 

Ha pasado tiempo, todas tienen un camino transitado, con alegrías, pero

 

también tristezas de esas que dejan cicatrices. “Algunas sanan más rápido, otras menos, y otras no sanan, pero nos vamos acompañando, disfrutando esta amistad, como una suerte de bálsamo de risas y buenos momentos que nos ayudan a seguir”, reflexionan.

 

Y siguen: “Nos encanta juntarnos a cenar, casi siempre en lo de Viviana (Bertolini), que hace tremendos asados… merendar, matear y sobre todo planear viajes, la mayoría de las veces se concretan y otros quedan en stand by. Sí, nos hace felices saber que estamos juntas…”, cierran siempre entre risas.

 

Y hay que pensar que es así nomás… yo también estoy convencido que no se puede transitar la vida sin tener amigas y amigos… No, no se puede.

 

Pequeñas travesuras

 

Tienen anécdotas y muchas de las épocas del secundario, claro. “Eso sí, sin dar nombres porque nos delatamos, porque ahora que somos madres retamos a nuestros hijos por lo mismo que nosotras hacíamos antes”, se ríen cómplices.

 

Y cuentan: “Era costumbre dormir tres o cuatro en casa de alguna, que estaba en penitencia y no la dejaban salir, para después escaparnos dejando la cama armada con las almohadas”.

 

Evocan que “las aulas del Normal dan a la calle Villegas, y en primavera ventanales tan grandes eran una invitación para irnos a ‘hacer nada’ a la plaza. Y por supuesto, después venían las amonestaciones”.

 

Una noche que volvían del boliche una de las chicas lloraba en una esquina porque se le había muerto la perra: “Un señor abrió la ventana y nos gritaba ‘drogadictas…’. ¡Que drogadictas! Si no teníamos un centavo ni para las entradas. ¡Qué íbamos a comprar otra cosa!”.

 

Cuando se les pregunta coinciden en que la más divertida y charlatana es Vanesa; la más incumplidora Daniela Ríos; la que se enoja más fácil Adriana; y Gaby es la más enamoradiza. Aunque todas afirman creer en el amor.

 

Si bien son modernas y obviamente se adaptan a los nuevos tiempos, no creen en eso de la apertura de parejas, aunque admiten que los tiempos “cambiaron mucho”.

 

La felicidad de viajar.

 

En una cena hace tiempo se les ocurrió organizar un viaje y eligieron como destino Moquehue (Villa Pehuenia, Neuquén). Así se repartieron tareas para la organización: buscar combi, lugares de paseo, comidas, etcétera.

 

“Fuimos doce y fue maravilloso, y a partir de ahí planeamos otros viajes: anduvieron por Salta, Jujuy ,Cataratas del Iguazú, Merlo (San Luis), y este mismo año por Villa Los Aromos (Córdoba).

 

Pero no es todo, porque la idea es continuar viajando… “y compartir juntadas de charlas, risas y lágrimas algunas veces. Pero eso sí, acompañarnos siempre”, se juramentan.

 

Tres imágenes de una larga amistad.

 

De viaje.

 

En uno de los viajes que hacen cada tanto: Daniela Ríos, Gaby Guidi, Viviana Bertolini, Roxana Abarca, Daniela Sequeira, Adriana De María, Ale Fernández, Daniela Olivera y Verónica Wiggenhauser.

 

En la terminal.

 

En la terminal de ómnibus previo a la partida de uno de esos viajes que hacen cada vez que pueden. Alegres, divertidas y volviendo el tiempo atrás con sus anécdotas de otras épocas.

 

En las Cataratas.

 

Una hermosa escena en una de las pasarelas del circuito que conduce a las Cataratas del Iguazú. Uno de los lugares más hermosos de la Argentina, sin dudas.

 

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