Viernes 03 de mayo 2024

No pases por la vida sin dejar huella

Redacción 26/02/2023 - 00.26.hs

Hay personas que siempre parecen transmitir paz y serenidad, y eso pasa con los De Dios Herrero. Cultores de ese modo de vivir, portan el hermoso y singular título de buena gente. ¿Hay alguno más lindo?

 

MARIO VEGA

 

Supongo que hay un momento en que podemos reflexionar, echar un vistazo hacia atrás y tratar de comprobar cuánto de profunda es la huella que vamos dejando a nuestro paso. Obviamente que el insondable secreto de la vida, tener la certeza que nuestra imaginación jamás alcanzará el saber lo que vendrá, nos pone -a todos-- ante el interrogante del para qué...

 

No obstante lo que sí comprendemos -salvo los nihilistas- es que la vida tendría un sentido vinculado a la búsqueda de la felicidad, procurada con buenos hábitos y una mente sana.

 

Un sentido.

 

Pero como no se trata aquí de buscar un sentido filosófico de la cuestión, sino de hallar una explicación algo más básica si se quiere, podemos decir que el hombre (y la mujer claro, aunque aquí utilicé el "hombre" en forma genérica) tiene la misión en este plano de la existencia de que sus acciones contribuyan a mejorar en lo posible el transcurrir de los demás. Y sí, quizás se trate de eso, de conseguir que algo le resulte más fácil y agradable a quienes tenemos en derredor.

 

¿Acaso usted -sí, quien lee estas líneas- se ha detenido a pensar en lo que hizo hasta aquí; para saber cuánto es de profunda la huella que va dejando en su camino?

 

Se hace camino al andar.

 

Es posible que con la vorágine a que nos somete el cotidiano esfuerzo de vivir no nos lo haya permitido. Pero lo concreto es que todos vamos dejando una huella que será más o menos indeleble o profunda.

 

No hace mucho la Municipalidad de Santa Rosa, como todos los años, distinguió a ciudadanos que por su accionar lo merecían. Y el ingeniero Hernán De Dios Herrero (92) estuvo entre las personas destacadas.

 

Nacido en Mones Cazón, transcurrió su niñez en Pehuajó donde hizo hasta el colegio secundario, para mudarse más tarde a Ramos Mejía, porque hizo sus estudios universitarios en la UBA, donde se graduaría primero como agrimensor y más tarde de ingeniero civil.

 

La familia.

 

Se casó con Nidia Calvo, chaqueña ella, con quien había estado de novio durante siete años: "Tenía que terminar primero mis estudios, pero ya llevamos 71 años juntos... 7 de novio y 64 de casados", indica Hernán. Una marca difícil de igualar, y que tendría que ver con la satisfacción de compartir valores y un modo de ver las cosas. "Lo que pasa es que él es un santo", lo reivindica Nidia para expresar que al lado de una persona así la convivencia es más fácil.

 

El matrimonio tiene cuatro hijos: Claudia (geóloga); Pablo, ingeniero civil); Mariana (licenciada en Ciencias de la Educación); Juan (licenciado en Química); y a ellos se suman cinco nietos y tres bisnietos.

 

Una huella.

 

Hernán me recibió en su hermosa casona de Juncal esquina Emilio Mitre de Villa Alonso. Él es el típico hombre bonachón, de hablar bajito y sin prisa, y obviamente como ingeniero que es se muestra como una persona muy ordenada y metódica. Por eso tenía preparado los apuntes que le iban a servir para no olvidarse de nada de tantas cosas que acometió en su vida... Porque si algo puede afirmarse con convencimiento es que el ingeniero De Dios Herrero es de esa gente que desde hace años viene trazando una huella importante. E insoslayable.

 

Echando la vista atrás.

 

Nidia se aparta discreta y en el living quedamos solos con Hernán. Y ante la mirada curiosa del pequeño gato amarillo (tirando a naranja), el hombre va repasando recuerdos: "Durante mi etapa de estudiante universitario de Ingeniería Civil me preguntaba dónde me iba a radicar una vez recibido... y no tenía una respuesta. Así que tendría que esperar que las circunstancias o el destino decidieran por mí, aunque eso sí, tenía la convicción que debería ser en una provincia del interior del país".

 

Ingreso a la DNV.

 

Como la vida nos va llevando y dispone de nuestros destinos, en el caso de Hernán determinó que "antes de rendir las últimas materias que me faltaban", ingresara a la Dirección Nacional de Vialidad. "Lo hice como profesional porque ya me había recibido como agrimensor, y después vino el final de Ingeniería... Y mi primer destino fue el recorrido final de la ruta 5 en la provincia de Buenos Aires, sumándome a la Inspección de Obra en Pellegrini, adonde llegué en agosto de 1958. Ese tramo estaba bastante avanzado, y por entonces ya se habían licitado los dos tramos de La Pampa".

 

En Santa Rosa.

 

El destino le estaba dando una señal. "Y un poco sí", admite. "Pensando que me convenía participar de una obra desde su comienzo, pedí el pase al Distrito 21° La Pampa... me lo concedieron y llegué a Santa Rosa el 1 de noviembre de 1958", precisa.

 

La familia De Dios Herrero se adaptó fácilmente a nuestro modo de vida y pasaron a ser parte de esta comunidad. Y enseguida iban a quedar demostradas las ganas de hacer y de aportar, del entonces joven agrimensor e ingeniero.

 

Al principio vivían en Cervantes y Avenida Roca (hoy San Martín Oeste), hasta que se trasladaron a la residencia que Hernán siempre había proyectado en su mente. "Sí, siempre tuve la idea de una casona amplia y con mucho verde... y aquí estamos", sonríe con indulgencia.

 

En la Municipalidad.

 

Su horario de trabajo en Vialidad Nacional era de mañana, "así que disponía de la tarde libre y alguien me propuso ingresar en el Municipio para ocuparme de la tarea de Director de Obras, cargo que estaba vacante. Tenía que controlar el cumplimiento de las ordenanzas de las nuevas construcciones y las de mensuras y subdivisiones", precisa.

 

Y sigue Hernán: "Ambas tareas las podía hacer simultáneamente sin dificultades, pero luego de seis meses el Jefe de Distrito me comunicó que eso no era admitido por Vialidad Nacional, así que debería optar y después de pensarlo me decidí por quedarme en la Municipalidad, donde podía estar más en contacto con las necesidades de la gente. Y eso iba a definir mi futuro: había encontrado mi lugar. Y ya llevo 64 años felices en él", sostiene.

 

En el ámbito privado.

 

Luego de su experiencia en la Municipalidad comenzó en el ámbito privado, "como representante técnico de una constructora de viviendas para la provincia. Aunque siempre tenía el objetivo de tener mi empresa vial, que se dio cuando con un familiar armamos una sociedad y adquirimos unos equipos elementales", rememora.

 

Así pudieron realizar, contratos mediante, trabajos para Vialidad Provincial de Buenos Aires; y movimiento de suelos en caminos rurales del partido de Pehuajó. "Luego ganamos la licitación de dos tramos de enripiado en las rutas N° 143 y 151 en la zona de Santa Isabel y Algarrobo del Águila, en los años 1962 y 1963", puntualiza.

 

Cargo ad honorem.

 

Más tarde fue designado integrante del Directorio de Vialidad Provincial en representación del Consejo Profesional de Ingeniería. Estaba constituido por representantes de cinco entidades, los que debían designar a uno de ellos para reemplazar al presidente en caso que este se ausentara. "En esos años los cargos eran ad honorem; y resultó que al comenzar 1963 el entonces presidente pidió licencia por 6 meses y luego renunció, por lo que tuve que hacerme cargo temporariamente de la presidencia durante todo ese año. Siempre sin cobrar un peso", completa.

 

Accesos en los pueblos.

 

Y sigue: "Pero al año siguiente renuncié al Directorio para poder presentarme a las licitaciones, logrando ganar un tramo de la ruta 9 desde la 188 hasta Parera, incluyendo el acceso. Más adelante ganamos e hicimos los accesos a Lonquimay, Uriburu, Anguil, Winifreda y Eduardo Castex. Finalmente construí para la Municipalidad de Santa Rosa, una cantidad de cordones cuneta en Villa Alonso y Villa Santillán", recuerda.

 

Es preciso al narrar, y así señala que en 1969 "habíamos logrado tener un buen equipamiento, pero no el suficiente y necesario como para concretar una obra como se licitaría en La Pampa; y yo la verdad ya no tenía interés en trasladar todo a otra provincia. Conclusión: decidimos con mi socio vender las maquinarias y dejar esa actividad".

 

El constructor de viviendas.

 

Fue después que dejó su empresa vial que empezó a dedicarse a la construcción de viviendas. "Comencé con una operatoria de 20 tipo 'chalet' en Villa Alonso, luego otra operatoria de 62 casas de planta baja en Colonia Escalante y varias individuales en distintos puntos de la ciudad. Entre estas estaba mi propia casa familiar, la que siempre había anhelado; y además hice otra más pequeña para mis padres que aún vivían en Ramos Mejía (Buenos Aires), alejados de sus hijos y nietos".

 

En Vialidad Provincial.

 

En agosto de 1976 iba a dar un nuevo giro a su vida laboral: "Abandoné la actividad privada para incorporarme a la Dirección Provincial de Vialidad, presentándome al concurso para cubrir el cargo de Ingeniero Jefe. En ese momento el presidente era el ingeniero Antonio Fiorucci quien, a su vez, presidía el Consejo Federal que agrupaba a toda la Vialidad del país. Fiorucci me pidió que representara a La Pampa en el área de los ingenieros, donde mis pares me designaron su presidente, y lo cierto es que había reuniones esporádicas cada vez que se debían tratar temas relacionados con nuestra profesión", indica.

 

Hasta la jubilación.

 

Cuando en 1992 llegó el momento de su jubilación fue contratado por el Consejo Federal "como asesor técnico para emitir informes, que llegaron a completar dos biblioratos. Por esa tarea recibía la remuneración mínima que solicité y que se mantuvo constante hasta mi renuncia, en diciembre de 2008. Y ahí se produjo mi regreso a la Municipalidad de Santa Rosa", donde por supuesto se hicieron muchas obras de servicio que merecerían un párrafo aparte.

 

La Universidad pública.

 

La honestidad intelectual de De Dios Herrero lo tenía convencido que -por la bendita suerte que tenemos en este país de contar con la Universidad pública- él tenía una deuda moral con la sociedad. "Tuve la suerte de poder cursar la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad pública... Mi familia era de clase media baja, y de cinco hermanos que éramos el único que pudo estudiar fui yo. Siempre pensé que contraía una deuda con mis compatriotas, porque está claro que los presupuestos para el funcionamiento de las universidades provenían de sus aportes a través de los impuestos que pagaban. Por eso pensé que, cuando una situación lo ameritara no debía percibir honorarios", razona.

 

Aportes a la comunidad.

 

Pero además Hernán tenía la convicción que si esto pasaba -realizar distintas tareas sin percibir nada a cambio- no era para andar difundiéndolo. Fueron allegados a su familia quienes dijeron de diversos aportes que realizó con su trabajo, y uno de los más destacados tuvo que ver con la construcción del templo de "Nuestra Señora de Fátima". Sólo sonríe -aunque no demuestra interés en confirmarlo- cuando le digo que conocía ese dato. Pero hubo otras excepciones, como desempeñar cargos de manera gratuita con el sólo objeto de colaborar.

 

Ha hecho muchas otras cosas Hernán De Dios Herrero, y para todo se dio tiempo: fue cantante -aún despunta esa afición-, le gusta pintar, y tuvo una etapa de destacado corredor de autos en carreras de regularidad.

 

Caricia al alma.

 

Como explicaba al principio, no hace mucho la Municipalidad de Santa Rosa volvió a considerar a vecinos destacados, en un acto que tuvo lugar en el salón del Concejo Deliberante. Y fue conmovedor cuando Hernán De Dios Herrero -con alguna dificultad en sus movimientos- se levantó para recibir su distinción: el cerrado aplauso de los presentes sonó a una suerte de caricia -bien merecida por cierto- en el alma del ingeniero.

 

El título más preciado.

 

Se puede agregar que Hernán ha sido alguien que creyó desde siempre que uno viene a este mundo para hacer las cosas de la mejor manera posible. Quizás nunca se haya propuesto dejar sus huellas como legado, sino que tal vez -simplemente- se dedicó a recorrer el camino por el lado del trabajo, con buenas acciones y con esa sencillez que se le reconoce.

 

Si algo se puede decir de él es que es una persona íntegra, noble y querible. Tiene dos títulos pero sin dudas el más preciado no se obtiene en la Universidad, sino en la cotidiana tarea de vivir: es buena gente Hernán De Dios Herrero. ¡Qué más se puede pedir!

 

Un hombre versátil.

 

Si algo no podrá decirse de Hernán De Dios Herrero es que no es una persona versátil. Aficionado a la música, también se acercó a la pintura -y tiene muchas obras- de la mano del inolvidable Eduardo Ferma, cuyo estilo trató de seguir. Y además se prendió en el automovilismo en pruebas de regularidad.

 

"No aprendí a tocar ningún instrumento, pero me gustaba cantar desde chico. Aquí integré Adelma (Asociación Amigos de la Música que conducía 'Chispita' Di Nardo)", cuenta. Pero además estando ya en la universidad integró un conjunto de jazz que los sábados y domingos se presentaba en la conocida Confitería "Richmond", en la calle Esmeralda de Capital Federal.

 

Aquí estudió canto con la profesora Adelma Keller y participaba en conciertos. Las últimas veces que actuó en público fue con el médico Miguel Cikman en piano, en presentaciones en el Teatro Español y en el CMC. No sin orgullo Hernán cuenta que tiene "una grabación con el grupo 'Los Violentos' (pionero en la ciudad), y también con los hermanos Roldán, con temas de César Isella y algún tango. Y después también grabé, con Foretto Chavez en guitarra, un cassete de tangos".

 

En cuanto al automovilismo compitió "cuando comenzaron las primeras pruebas de regularidad en La Pampa. Gané dos de ellas, y también participé en Bariloche, en Resistencia (Chaco) y una vez en Mar del Plata".

 

¿Sabe usted conducir?

 

De Dios Herrero ha sido un estudioso del tema tránsito, hoy tan controvertido. "Durante 38 años me tocó analizar accidentes de tránsito y hacer las pericias colaborando con la justicia", relata.

 

Se involucró de tal manera en el tema que fue convocado varias veces desde la Municipalidad de Santa Rosa para ponerse al frente de las dependencias de Señalamiento y Semaforización en la gestión de Francisco Torroba. Un trabajo reconocido que él traslada para destacar "a los integrantes de las respectivas cuadrillas comandadas por Hugo Lesana y Samuel del Busto".

 

Por otra parte participó en sendos proyectos que enviados al Consejo Federal fueronn elevados al Congreso de la Nación.

 

El libro y Fangio.

 

Algo que merece especial mención es su libro "¿Sabe usted conducir?".

 

"Allí volqué mis conocimientos y obtuve una distinción de la Asociación Argentina de Ingeniería de Tránsito. Y además palabras elogiosas de Juan Manuel Fangio, nada menos", expresa con orgullo. De ese libro se hicieron tiradas especiales para varias vialidades provinciales y para los municipios de General Pico y Santa Rosa.

 

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