Precisión en la información
Sofía Teverovsky, investigadora de la Gerencia de Observación de la Tierra de la agencia espacial argentina, destacó la importancia de los datos satelitales para el estudio de la cuenca, debido a que, a diferencia de las estaciones de medición ubicadas en el terreno, los satélites permiten obtener información pixel a pixel de todo el área de estudio, para medir diferentes parámetros de la nieve y del caudal del río, y generar estadísticas. Además el radar de los satélites interactúa con la superficie de la Tierra de tal modo que permite obtener parámetros de utilidad como el equivalente de nieve en agua.
“Desde el INTA veníamos trabajando con imágenes satelitales del sensor Modis, que nos permitía conocer el estado de la nieve cada ocho días, con un píxel de 500 metros. La información provista por la Conae nos brinda una resolución espacial y temporal mucho más alta, con píxeles de mayor detalle, que nos permite generar información objetiva y calificada casi en tiempo real”, apuntó Aumassanne.
La información satelital se corrobora con los datos de las estaciones meteorológicas, de caudal y nivológicas, ubicadas en la alta montaña (a más de 2500 metros de altura). Pero la ventaja de los satélites radica en que, mientras cada estación arroja datos de un sitio puntual (hay solo cuatro estaciones nivológicas distribuidas en una cuenca de 13.900 km2), la imagen radar del Saocom permite cubrir todo el área y determinar, pixel a pixel, dónde comienza el proceso de fusión de la nieve.
“Los datos de los Saocom nos brindan información sobre el contenido de humedad en el pack de nieve en los meses de primavera, para conocer la fecha en la que comienza el proceso de fusión y, a partir de esos datos, inferir el momento en el cual el agua va a estar disponible en los ríos”, señaló Salcedo.
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