Martes 14 de octubre 2025

“Sacar a China de la Patagonia”

Redacción 14/10/2025 - 00.08.hs

“El swap de yuanes facilita el intercambio comercial y robustece nuestras reservas. El acuerdo con EE.UU es un liso y llano préstamo de Trump a un gobierno que enfrenta inestabilidad política y económica”, aclaró Schulz.

 

“Hay una intención de sacar a China de la Patagonia” afirma Sebastián Schulz. En el contexto de nuevas “relaciones carnales”, cuando el Tesoro estadounidense ayuda a sostener el precio del dólar y la Casa Blanca pide “expulsar a los chinos de Argentina”, el santarroseño Licenciado en Sociología y especializado en Estudios Chinos fue entrevistado por Radio Noticias FM 99.5. “Estados Unidos presiona para que rompamos alianzas con otros actores internacionales que disputan su hegemonía en el nuevo estado de situación geopolítica del mundo”, añadió.

 

La nueva situación geopolítica, dice Schulz, “alberga disputas entre grandes potencias en medio de procesos de transición de poder derivados del paso de un mundo unipolar que predominó durante los ‘90 a este multipolar actual, donde empiezan a aparecer nuevos actores, entre ellos China”.

 

Como elementos visibles en nuestro territorio de esa disputa, recordó “la carta de intención del Comando Sur del Pentágono para construir una base militar en Ushuaia, los recientes ejercicios militares conjuntos, las operaciones sobre la Estación Espacial de Neuquén, y el freno a las represas hidreoléctricas en construcción y a las inversiones chinas para dos centrales nucleares nuevas”.

 

En este escenario, el cierre del acuerdo para ayuda económica de Estados Unidos dejó al descubierto “una decisión manifiesta de sacar a China de Argentina”, expresado literalmente por el titular del Tesoro norteamericano, Scott Bessent.

 

Sin embargo, caminar en un solo sentido entrañaría una contradicción porque “el país necesita beneficiarse del comercio con China y no es una decisión del gobierno, sino una presión que ejercerán las exportadoras”, aclaró. Además, “las inversiones chinas en Argentina se acuerdan con cada provincia”, una realidad reconocida por el funcionario estadounidense.

 

Por eso el embajador Peter Lamelas, se comprometió a “recorrer cada una de las provincias para convencer a los gobernadores de terminar con las inversiones chinas. La pregunta sería ¿y de dónde vendrán entonces las inversiones? Porque de Estados Unidos no van a venir, y entonces esto sería algo muy difícil de implementar”, concluyó.

 

De un swap a otro.

 

La pretensión de la Casa Blanca no es ninguna novedad. “Es una actualización de la doctrina Monroe, América para los americanos, por la cual América Latina y el Caribe resultan el patio trasero de Estados Unidos”. Schulz recordó que “recientemente, Joe Biden aclaró que ‘no es nuestro patio trasero, sino nuestro jardín delantero’, y la verdad no encuentro diferencia en eso”, confesó.

 

En realidad, “correr a China no tiene otro fin que facilitar la subordinación política y económica de los países latinoamericanos”. Romper el swap con China “es una decisión que persigue ese objetivo”, aunque el acuerdo implementado con el Tesoro de Estados Unidos “tiene y características completamente distintas, y no es un swap sino un préstamo político, liso y llano”.

 

La principal diferencia es que el swap “cumple el objetivo de facilitar el intercambio comercial entre China y Argentina. Tener yuanes en el Banco Central hace más sencillo el intercambio con nuestro segundo socio comercial y, al mismo tiempo, alivia la presión sobre nuestra economía porque no afecta las reservas: al no necesitar dólares para comerciar con China, podemos usarlos para otra cosa”, explicó.

 

De este modo “el swap con China nos facilita la vida y robustece nuestras reservas. En cambio, Estados Unidos nunca ofreció un acuerdo de este tipo y lo que está haciendo ahora es básicamente un préstamo político. No tiene ningún sentido ni se ajustaría a la verdad decir que cambiamos un swap por otro”, advirtió.

 

Según Schulz, la cuestión central a tener en cuenta es que “en términos de comercio exterior, China le compra a Argentina lo mismo que le vende Estados Unidos: soja. Si nosotros cortamos relación con China y no le vendemos soja ¿a quién le compran los chinos esa soja? A Estados Unidos: eso es lo que busca Trump, venderle más a China”.

 

- Si el swap con China alcanza a unos 18.000 millones de dólares y Estados Unidos nos prestará 20 000 millones. ¿Sólo nos quedarían 2.000 porque habría que devolverle 18.000 millones de dólares en yuanes a los chinos?

 

- Lo que podría hacer Argentina es cancelar el swap y revertir al intercambio. Bessent dice ‘nosotros compramos pesos argentinos’. Sí, y el Banco Central de China también tiene pesos argentinos, porque de eso se trata un swap y Bessent no inventó la pólvora. Pero lo que está es haciendo el Tesoro estadounidense no es un intercambio: está otorgando ayuda política a un gobierno alineado ideológicamente con los intereses de Donald Trump, que enfrenta una fuerte inestabilidad económica y política y trata de llegar bien a las elecciones.

 

- ¿Cuál es la diferencia con una inversión china como la destinada a construir represas en el sur?

 

- En primer lugar, no hay inversiones yanquis de estas características, básicamente porque no hay plata en los Estados Unidos como resultado de su propia crisis económica. En segundo lugar, los proyectos para las represas fueron realizados por Argentina y acogido por empresas chinas. No se les ocurrió a los chinos hacer represas en la Patagonia como inversión estratégica. Lo que propusieron fue aportar el capital, hacer la obra y que ese capital fuera devuelto con la energía generada, a una tasa de interés relativamente baja. Y en el caso específico de las represas, el gobierno argentino pidió que se asociaran con una empresa argentina que fue Nucleoeléctrica. Pero en el caso de inversiones en energía solar, por ejemplo el Parque Fotovoltaico de Cauchari, en Jujuy, el más grande de Latinoamérica, son licitaciones convocadas por el Estado argentino a las que se presentaron empresas chinas.

 

Según Schulz, desde principios del siglo 21 los chinos implementan una decisión del gobierno “de internacionalizar sus empresas, especialmente las estatales, para que sean competitivas a nivel global”. Es por eso que “gran parte de los consorcios empresariales que participan en proyectos a gran escala son estatales y están financiados por el Banco de Desarrollo de China, el Banco de China y el Banco del Pueblo, entre otros que aportan su capital para construir grandes obras de infraestructura”.

 

-¿Y cómo terminará esta cuestión?

 

- Hay que leerla en clave de tendencias históricas, para que la coyuntura no esconda procesos más estructurales de largo plazo y todo lo está en juego en términos de poder político y económico. La relación bilateral es muy fuerte: China es la principal potencia económica en ascenso y es nuestro segundo socio comercial, por lo cual resulta un sostén importante para nuestra economía. Además, si bien el swap y las inversiones chinas contribuyeron a estabilizar la economía nacional, existe también una relación estructural muy sólida entre grandes grupos económicos argentinos y China, quien les compra gran parte de su producción. No sería posible anular una relación así de un día para el otro.

 

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