Viernes 23 de mayo 2025

Un auténtico detective de fósiles

Redaccion 01/05/2024 - 15.37.hs

Lucas Cheme Arriaga es hoy responsable de la colección paleontológica del Museo Provincial de Historia Natural de Santa Rosa. “Desde chiquito recuerdo estar en el patio de la casa de mi abuela levantando ladrillos y buscando lombrices, bichos bolitas, siempre me llamaron la atención los animales”, recordó. Tanto le fascinaba ese universo que consiguió una colección de revistas de dinosaurios que en cada fascículo traía una parte del esqueleto de un tyrannosaurio que brillaba en la oscuridad.

 

“Te enganchaban con eso. Esa fue mi primera impresión de la paleontología, obviamente los dinosaurios. Después cuando fui al colegio secundario, elegí la orientación biológica. Finalicé la escuela y me fui a Puerto Madryn, a la Universidad de San Juan Bosco a estudiar Biología Marina. Sin embargo, ese mismo año me volví a La Pampa y me anoté a la carrera de Biología en la Universidad Nacional de La Pampa, donde finalmente egresé”, explicó Lucas.

 

Su paso no solo fue por la universidad sino que hizo cursos y capacitaciones, asistió a un importante congreso en Alemania en 2011 para poder tener antecedentes académicos y poder acceder a una beca del Conicet. “Finalmente la conseguí y me fui varios años a Puerto Madryn pero no concluí el doctorado. En aquel entonces, ser biólogo era sinónimo de ser investigador, no había otro destino posible”, resalta.

 

“Siempre me interesaron las arañas, la paleontología y luego profundicé en la tafonomía que fue lo que apliqué para mi tesis de grado. Para sintetizar, la tafonomía abarca las leyes del enterramiento de los fósiles, entonces al encontrarse alguna parte del organismo se puede estudiar o tratar de ver qué le ocurrió desde que ese resto fue liberado por la naturaleza hasta que lo encontró el biólogo”, detalló.

 

Lucas tuvo varios trabajos, fue desde instructor de arquería y buceo, hobbies que aún practica, hasta paseador de perros y recepcionista en un importante hotel de Santa Rosa. “Necesitaba trabajar y nunca me importó, porque me servía para seguir estudiando. La experiencia del hotel fue muy enriquecedora para mi porque yo no fui muy sociable, me costaba tener amigos, de hecho durante el colegio mi único amigo era Sebastián con quien compartía muchas de mis actividades”, remarcó.

 

Liberatito.

 

En 2016, Marcos Cenizo, quien era director del Museo Provincial de Historia Natural, lo invitó a formar un equipo de trabajo del museo y al poco tiempo aparecieron los restos de un gliptodonte en las calles de la ciudad de Santa Rosa, al que denominaron Liberatito. Ese fue su pasaporte para comenzar a trabajar en el museo y una nueva oportunidad de retornar a su carrera y a su pasión por los fósiles.

 

“El Museo estaba a cargo de esa excavación, me contacto con Marcos y sacamos los restos junto con un colega en el museo, Pablo Tejerina, quien también trabaja en la parte de paleo”, expresó.

 

Hoy Lucas es paleontólogo en el museo, su rol está asociado a la colección de paleontología y los conocimientos de las especies. “Somos un equipo muy lindo, todos hacemos un poco de todo. Desde charlas en el museo hasta la confección de textos científicos para compartirlos en las redes sociales”, señaló. Consultado por su futuro y los sueños que le gustaría concretar dijo que si bien no tiene un destino fijo y le gusta mucho Santa Rosa, hay aún mucho por develar, conocer. “Es complejo porque tenemos una carrera especifica en el sentido que no en todos lados podés trabajar de biólogo o paleontólogo”.

 

“Como sueño -dice entre risas-, me gustaría que me llamen si hay un hallazgo de un dinosaurio en tal lado y que me inviten a colaborar en la excavación y en el estudio. Pasa que para que eso suceda justo tenés que ser especialista en ese espécimen”, subrayó. “Por ejemplo, nosotros en el museo tenemos más de 1.000 piezas de tortugas fósiles que las encontramos en el oeste de la provincia en una zona que hace 50 millones de años era un lago muy distinto a lo que hoy es el paisaje del día porque es cerca de La Reforma y la única especialista de tortugas de esa antigüedad en Argentina vive en Trelew, que es una colega conocida. Si uno puede colaborar y retroalimentar con la información de los fósiles de otros lugares, es buenísimo”, señaló.

 

En el Museo.

 

Lucas mantiene intacta la curiosidad que desde chico lo empujó a estudiar a los dinosaurios. Disfruta cada pequeño hallazgo, la visita de las escuelas al museo, encontrar alguna pieza, recolectarla y limpiarla para luego clasificarla. “Es algo que junto con mi colega Pablo hacemos todo el tiempo. Entonces descubrimos que lo que encontramos es solo una pequeña partecita de algo mayor. También cuando nos toca salir al campo es hermoso, lo mismo que cuando me toca trabajar con la colección se ven en detalle los fósiles”.

 

Otra de las actividades que llevan adelante tiene que ver con la recopilación de trabajo científico y que publicaron paleontólogos de La Pampa y agregarlo a una base de datos que hace que la actividad científica siga creciendo en la provincia.

 

“La mayoría no tiene conocimiento de la gran cantidad de hallazgos de fósiles que hay en La Pampa ni sabe de los antecedentes que tiene. Existen un montón de lugares a donde se pueden ir a ver. Incluso estamos trabajando con turismo para implementar lo que se denomina ‘Turismo paleontológico’”, explicó.

 

En ese sentido, Cheme Arriaga contó que hace apenas unas semanas viajaron a Macachín para trabajar con restos fósiles que encontró el reconocido fotógrafo pampeano Gabriel Rojo. Vale recordar que está vigente en La Pampa la Ley Provincial sancionada en 2018 de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.

 

Allí tanto él como Daniel Pincen, director del Museo Provincial de Historia Natural, y Pablo Tejerina, recolectaron los fragmentos paleontológicos. “Trajimos un montón, y ahora viene la etapa de empezar a limpiarlos, pero llevan tiempo, hay un montón de fósiles que todavía faltan preparar, entonces es un trabajo que por suerte no se detiene”, explicó.

 

“Se encontró una parte de una mandíbula con dientes, bastante rota, de una especie de un grupo de mamíferos que están extintos. Son de un animal que tenía el tamaño de una oveja. Pero estamos aún limpiando sus restos”, agregó.

 

“Hoy en el Museo Provincial de Historia Natural se encuentran réplicas de animales como un toxodonte. Todos estos grupos que se conocen como megafauna, a nivel evolutivo, arrancaron siendo bichos chiquitos y diferentes especies fueron creciendo hasta tener un tamaño gigantesco como el megaterio”, subrayó.

 

La tarea que lleva adelante Cheme Arriaga junto con sus colegas es fundamental para continuar el gran acervo de patrimonio natural que tiene la provincia. Es una tarea que por momentos parece invisible pero que resguarda el pasado del suelo que pisamos y asegura su estudio en un futuro. “Nuestro aporte a la investigación científica es valioso, como muchos otros profesionales sentimos que vale la pena seguir formándose y luchando por mejorar día a día las condiciones de trabajo”, finalizó en el marco de este 1° de mayo con un contexto tan complicado.

 

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