Una fiesta con canciones peloteras
Durante casi dos horas la banda recorrió buena parte de la abundante discografía que supo edificar en 36 años de trayectoria. El cierre fue arrollador, incluido ‘El ojo blindado’ de Sumo, uno de los clásicos que casi siempre dice presente.
Por Iván Roldán
“¡Cómo están?”, fue el escueto saludo inicial de Germán Daffunchio. Eran las 21.23 del sábado y desde el escenario comenzó a desplegarse esa maquinaria musical que tan aceitada está desde hace tanto tiempo. Pasaron 14 años de la última vez y por eso el público esperaba ansioso el reencuentro. Casi como con esos amigos que hace un montón no se los ve pero a los que se quiere mucho. Y si hay una banda querida en el riquísimo yacimiento de melodías del que extrae su energía el rock nacional, ese nombre es el de Las Pelotas.
Embarcados en la gira “6x6”, que celebra sus 36 años de trayectoria y con un disco nuevo a punto de salir del horno, el grupo que surgió como una de las dos vertientes post Sumo (la otra, claro, es Divididos) se brindó durante casi dos horas para entregar algunas de las muchísimas obras en formato artesanal que supieron crear, canciones que le hablan derecho al corazón y a la cabeza de generaciones que ya transitaron el primer tiempo de la vida y que ahora, ya en el segundo o a punto de empezarlo, buscan revivir esa energía única que de manera tan personal sabe transmitir la banda que vive (al menos parte de ella) y crea en Nono, en el Valle de Traslasierra cordobés.
El arranque fue fiel a la historia del grupo, sin concesiones. La canción “Desaparecido”, del álbum ‘Esperando el milagro’ de 2003, fue acompañada desde las pantallas ubicadas detrás del escenario con imágenes de personas que pasaron a esa terrible condición durante la última dictadura (el trabajo visual que se observa en las leds está a cargo de uno de los hijos del cantante).
Enseguida se pegaron ‘Qué podés dar’ y ‘Tormenta’ antes que Daffunchio se dirigiera otra vez al público para un ‘¿Cómo están che? Después de 14 años... todavía estamos acá’, en referencia a aquél accidentado show en el Jockey, que había sido la última vez en la provincia hasta el sábado, y también a la permanencia de un grupo que puede tocar diez noches en el estadio de River como telonero de los Rolling Stones y, muchos años después, celebrar un encuentro íntimo, en un lugar que no es el mejor para un concierto (sobre todo por el sonido) pero que sirve para ver y escuchar bien de cerca a una banda con un espíritu y una actitud innegociable: la de hacer música según su gusto, convicción y placer.
Entre la gente.
‘Como se curan’, ‘Siempre estará’, ‘Cerca de las nubes’ y las hermosas ‘Víctimas del cielo’ y ‘Personalmente’ completaron un inicio que pareció un abrazo fraternal entre la banda y el público, que se hizo aún más notorio cuando Daffunchio bajó del escenario y siguió cantando abrazado con la gente. ‘Ya lo sabés’ desató el primer gran coro de la noche y le abrió la puerta a uno de los estilos que Las Pelotas supo cultivar desde sus comienzos, el reggae.
Alejandro “Pollo” Gómez Ferrero se lució con la trompeta y la percusión dentro de un grupo donde cada engranaje hace al todo, desde la batería de Gustavo Jove hasta la guitarra de Tomás Sussman y desde los teclados de Sebastián Schachtel hasta ese pilar fundamental que es Gabi Martínez, la bajista que fue ovacionada en varias ocasiones durante el concierto que llegó de la mano de la productora local Rancho Aparte.
Si supieras...
‘Los dos’ y ‘Transparente’ fueron la antesala a la primera gran fiesta de cánticos, saltos y baile que desató el público con ‘Si supieras’, con el clásico ‘las pelooooo, vamo las pelooootaas’. El amplio espectro de gente (mayormente +40 y +50) se fue magnetizando de manera paulatina con lo que llegaba desde el escenario y se sorprendió con la presencia de un cantante invitado, que se hizo cargo de la voz en algunos momentos (según le contó el propio Daffunchio a LA ARENA luego del show, es un amigo de la banda que vive en la localidad bonaerense de Hurlingham, tiene su propio grupo y los acompaña en algunas fechas como ocurrió en Santa Rosa).
‘Hawaii’, ‘Veoyover’, ‘Hasta el fondo’ y ‘Para qué’ prepararon el clima para la última parte, que terminó de encender el gimnasio de la Villa Santillán con ‘Blancanieves’, ‘Orugas’, ‘Combate’, ‘Día Feliz’ y ‘Bombachitas rosas’. Eran cerca de las 23 y con ‘Cuando podrás amar’ Daffunchio bajó otra vez al piso para la celebración de abrazos que siguió con ‘Será’.
‘Sin hilo’ y una versión arrolladora de ‘Shine’ conformaron los bises y un pogo ya desatado que siguió con otro himno demoledor, ‘Capitán América’. A esa altura, en la cálida noche invernal, el público estaba prendido fuego y clamaba “por una más”. Porque claro, faltaba el infaltable homenaje a Sumo y entonces el club San Martín ardió en llamas con ‘El ojo blindado’, una trompada al mentón que dejó a la gente boqueando pero con ganas de más. Porque en esos momentos donde se hace presente eso de “si supiera, a donde ir, intentaría fugarme solo, para poder seguir” y sólo se encuentra un camino hacia ninguna parte, en medio del recorrido un parate recomendado sería, sin dudas, un concierto donde se escuche aquello de “las peloooo, vamo las peloooootaas”.
“La pasamos muy bien”.
El recital de Las Pelotas se vivió como una celebración, tanto de parte del público como de la banda, y así lo ratificó Daffunchio luego del show. “Estuvo buenísimo el show, la pasamos muy bien y creo que la gente lo disfrutó”, le dijo el cantante y compositor a LA ARENA mientras reponía energías tras casi dos horas de música.
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