Viernes 03 de mayo 2024

“Uno se da cuenta cuando toca fondo”

Redacción 09/10/2023 - 11.11.hs

Néstor es integrante del grupo de Jugadores Anónimos (JA) de Santa Rosa. Todos los martes a las 20.30 se reúnen en la parroquia San Cayetano, en la calle Pilcomayo, y allí abordan su problemática. “Nos reunimos en la parroquia porque es el lugar físico que nos han prestado, no es que hay que ser católico para ir a las reuniones, porque en el grupo no hay religión, no hay política, no hay nada. Estamos todos hermanados en la enfermedad de jugar compulsivamente”, aseguró en una entrevista con Radio Noticias.

 

“Hasta ahora tuvimos un solo caso de una persona que asistió, que había tenido en algún momento episodios de juego online. Se había alcanzado a dar cuenta de que tenía un problema, y a través de ayudas psicológicas que había tenido por fuera del grupo, le recomendaron asistir a JA y hoy gracias a Dios hoy está en recuperación. Fue el único caso. Después los que asistimos normalmente, el 99,9 por ciento, somos jugadores que hemos jugado en lugares físicos, concurrencia al casino, jugar a la quiniela, apuestas en hipódromos o hasta juegos clandestinos de cartas”, explicó Néstor.

 

Y añadió que “con esto del juego online, el juego en general se ha masificado mucho. Nosotros no estamos en contra del juego en sí, el tema nuestro es la compulsión que uno tiene por jugar. Esta forma virtual es un estímulo para la adicción. Es totalmente preocupante que un chico en la secundaria esté jugando a un juego online cuando hay apuestas de por medio, porque debiera estar jugando algo lúdico sin tener que tener apuestas”.

 

“Rey de los mentirosos”.

 

Respecto a su experiencia personal, Néstor recordó que “empecé a jugar de joven, a jugar por nada, después por poco. Con 16, 17 años, en juegos de cartas, con compañeros. Uno empieza a jugar por nada, después por algo, y la compulsión llega porque se puede jugar por poco o por mucho, de acuerdo a los recursos que uno tenga, de lo que obtiene. Porque normalmente el jugador compulsivo es el rey de los mentirosos, poniendo mentiras para obtener dinero con el cual seguir jugando”.

 

“Con respecto a otras adicciones, por ahí, para otras adicciones existen paliativos como medicamentos, y para el juego compulsivo no hay. Un alcohólico, un narcótico, puede darle algún medicamento, algo que pueda bajar su ansiedad, su compulsión, en el juego no hay medicación”, señaló.

 

"Respecto al daño que hace el juego, hace un daño social muy grande. Porque uno puede perder lo material, pero puede perder la familia también, que se han dado casos de gente que sufrió esa consecuencia. Te puede llevar también a la locura, a la cárcel, a través de ilícitos que uno puede cometer por querer jugar, o hasta la muerte. JA funciona en el mundo desde el año 57, y ha habido casos de suicidio a través del deterioro que ha causado el juego en una persona”, advirtió.

 

Autoayuda.

 

Néstor subrayó que Jugadores Anónimos es “un grupo de autoayuda, en donde atravesamos todos el mismo problema, la solución que tenemos es contarnos nuestras experiencias y tratar de ayudar a que otro jugador compulsivo pueda recuperarse. Es una enfermedad que no tiene cura pero que tiene recuperación, o sea, se requiere de fuerza de voluntad, de acompañamiento por ahí de la familia, de la persona que está cerca, y asistencia a las reuniones. El grupo hoy no es compuesto por muchos integrantes, pero bueno, han pasado muchísimos al cabo de estos 19 años que tiene el grupo en Santa Rosa”.

 

“El requisito número uno que tiene JA, es tener el sano deseo de dejar de jugar. Y gran fuerza de voluntad para hacerlo. Nosotros siempre decimos que hay gente a la que les resulta más fácil ir a jugar que ir a las reuniones”, dijo.

 

Las reuniones de Jugadores Anónimos son todos los martes a las 20.30 en la parroquia San Cayetano, en la calle Pilcomayo, entre Maipú y Chacabuco. Además, el grupo cuenta con una línea telefónica las 24 horas, el 2954-530752, donde un integrante del grupo atiende tratando de ayudar la persona que se comunica con esta necesidad.

 

“Un día a la vez”.

 

Néstor sostuvo que “al grupo seguimos asistiendo los que llevamos cierto tiempo de recuperación, pero esto es un día a la vez. Si bien yo hace 18 años y unos meses que estoy en recuperación, que tengo abstinencia del juego, es un día a la vez. Tengo 18 años, 4 meses y 3 días de abstinencia del juego. Hay hermanos de más y de menos años. Digo que es un día a la vez porque de la próxima apuesta todos estamos a la misma distancia, pero si no hacemos la primera, la segunda no va a ocurrir, entonces va quedando más lejos”.

 

Y agregó que “en el grupo somos todos jugadores compulsivos en recuperación, no tenemos asistencia psicológica. Tengo entendido que a través de Dafas y a través de la Secretaría de Adicciones hay algunos programas para el tratamiento, pero el programa de Jugadores Anónimos, como existe el de Alcohólicos Anónimos o el de Narcóticos Anónimos, no está vinculado al Estado”.

 

Si bien señaló que actualmente todas las personas que asisten al grupo de JA son adultos de más de 40 años, “esto está abierto a toda la comunidad, a toda persona que quiera recuperarse”. Y respecto al género, “ha habido por épocas en que han sido más mujeres que hombres, hoy somos más hombres que mujeres. Se ha dado mucho el tema de mujeres, el juego a través de casinos con el tema de las maquinitas. Es la experiencia que nosotros tenemos con el grupo”.

 

Si bien ese es el único grupo de JA en Santa Rosa, Néstor explicó que “existen grupos en todo el país, también hay una página web, www.jugadoresanónimosargentina.gov, donde uno puede localizar de acuerdo a su cercanía, los distintos grupos, con los días y horarios de reuniones. Hay una oficina regional de servicios con sede en Buenos Aires, a través de ellos conseguimos la literatura que existe con respecto al juego”.

 

Sugerencias.

 

Néstor detalló que desde el grupo no se dan consejos: “damos sugerencias en base a la literatura que existe en JA o a experiencias vividas. Uno no tiene la suficiente experiencia en cuanto al juego online, para nosotros es algo muy nuevo. Pero en la actualidad se están tratando de hacer talleres en JA con respecto a esto del juego online para abordar esa problemática también y cómo poder ayudar a alguien que viene con ese tema”.

 

“Es riesgosa toda clase de juego donde haya apuesta de por medio, porque normalmente la experiencia ha dado que uno gana la primera vez y entonces quiere ganar la segunda y después ya cuando pierde quiere recuperar sus pérdidas y se va haciendo algo cada vez más grande. Entrás en un círculo”, explicó.

 

Respecto a su experiencia personal, Néstor afirmó que “uno se da cuenta que esta en un mundo de mentiras cuando toca fondo, y no es fondo en lo económico, sino cuando se toca fondo como persona. Yo perdí un digno trabajo y en mi casa no sabían que jugaba y dije ‘hasta acá llegué’. Si quiero seguir viviendo tengo que buscar ayuda, tuve mucha contención por parte de mi familia, y asistir permanentemente a las reuniones de JA como lo vengo haciendo. A partir de este grupo se pueden recuperar afectos, bienestar, dignidad. Aprender a quererse uno, porque uno se abandona hasta como persona”.

 

“Para el jugador compulsivo el juego se define que cualquier apuesta hecha por dinero o no, sin importar lo insignificante que sea, cuando el resultado sea al azar, constituye jugar. Entonces no hay que jugar por nada, que no haya apuesta”, concluyó.

 

El recuerdo del cura Ermesino.

 

Néstor señaló que el grupo de Jugadores Anónimos de Santa Rosa cumplió el día 8 de septiembre 19 años. "Nosotros lo tenemos muy presente, la ayuda que recibimos del padre Ricardo Ermesino, que abrió las puertas en su momento de la Parroquia Sagrada Familia para que nos pudiéramos reunir. Desde hace un tiempo, en pandemia, los que asistíamos lo hacíamos en forma virtual, cuando no podíamos con lo presencial. Hoy en día funcionamos en la Parroquia de San Cayetano, en la calle Pilcomayo".

 

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