La Fiscalía pidió prisión perpetua para Tomaselli
(General Pico) - Marcelo Tomaselli escuchó el pedido para que sea condenado a prisión perpetua, casi sin inmutarse. Sentado junto a su abogado defensor, el acusado de matar de quince puñaladas a su esposa, Carla Figueroa, permaneció con las palmas de sus manos en el pupitre y con la mirada perdida mientras el fiscal Alejandro Gilardenghi, avanzaba en su alegato y el pedido de la pena.
La actitud de supuesta indiferencia de Tomaselli solo se alteró hacia el final del juicio cuando pidió "perdón" y pretendió que se dé lectura a una carta que él había escrito dirigida a Soledad Reynoso, hermana de la víctima.
La jornada judicial había comenzado hacia las 9.15 cuando el tribunal integrado por los jueces Luis Abraham, Florentino Rubio y Fabricio Losi ocuparon el estrado principal. A esa hora, ya estaban ubicados el fiscal Gilardenghi, junto al fiscal General, Carlos Salinas, y un grupo de asistentes judiciales. Junto a ellos, el abogado querellante Raúl Quiroga, tío de la víctima y representante de la hermana de Carla. El mismo abogado que con su firma había avalado el pedido de avenimiento.
Tomaselli -el acusado de matar a puñaladas a Carla tras salir de prisión beneficiado por la figura penal del avenimiento, cuando ella lo perdonó por haberla violado- se ubicó frente a ellos, acompañado de su patrocinante, Walter Vaccaro. Detrás, dos integrantes del Grupo Especial de la policía custodiaban al imputado de posibles incidentes. Cuando le quitaron las esposas, Tomaselli se sentó, giró la cabeza hacia ambos lados y luego hizo crujir su cuello.
Corazón negro.
El juez de Audiencia hizo pasar a la primera testigo del día, Stella Maris Quiroga, tía materna de Carla y que vive en el campo. La mujer ingresó a prestar testimonio con un cartel pegado en la espalda exigiendo justicia por su sobrina.
En su testimonio relató algunas vivencias relacionadas con el noviazgo entre su sobrina y Marcelo Tomaselli. La mujer reconoció que al principio la relación "era divina" pero luego comentó que todo cambio para mal.
Quiroga aseguró a los jueces que con el tiempo Carla Figueroa vivía llorando y angustiada. Y luego reveló que escuchó una conversación por celular en la cual oyó a Tomaselli amenazar de muerte a Carla. Quiroga avanzó sobre otros datos relacionados con la familia y recordó que Carla le entregó a su abuela -quien la crió luego de la muerte de su madre- todos sus anillos y le dijo que "pase lo que pase quédate con Valentín", en relación al pequeño hijo de la víctima.
Tomaselli escuchó la declaración impasible. Solo pareció alterarse cuando la testigo hizo referencia a la madre del acusado a la que apuntó por hacer caer en una "trampa" a Carla, en relación al perdón para salir de la cárcel. La mujer respondió a las preguntas del fiscal y los jueces no interrogaron.
El segundo testigo fue un agente de policía, César Elías Gross, que presta servicio en Eduardo Castex. Comentó que había vivido un breve romance con Carla, y que en ese tiempo escuchó de la víctima que sufría maltratos físicos y psicológicos por parte de Tomaselli. Mencionó forcejeos y golpes que habría sufrido la víctima y aseguró haber visto "moretones" en su cuerpo.
Gross señaló que Carla le había contado el episodio de violación que había sufrido y por el cual fue encarcelado Tomaselli. El policía agregó que el contacto con Carla se extinguió cuando la joven comenzó a visitar más asiduamente a la madre de Tomaselli. "Pasaba mucho tiempo con ella", dijo Gross y recordó que a partir de ese momento Carla comenzó a visitar en la cárcel a Tomaselli. Su testimonio fue corto y los jueces tampoco preguntaron.
El testigo siguiente fue un sargento de la Policía de La Pampa que desde hace cinco años cumple tareas en la Brigada de Investigaciones de General Pico. A pedido del fiscal revisó un teléfono celular para verificar la titularidad: pertenecía a Carla Figueroa. Luego explicó que el informe sobre mensajes de texto que se adjuntó a la causa correspondía a ese celular y dio lectura a algunos de ellos, por pedido de la fiscalía.
En algunos de esos textos, Tomaselli amenazaba con matar a Carla y otros contenían palabras contradictorias de la víctima, que revela la relación enfermiza y controversial que mantenían. Carla mencionaba que se quería separar y que su problema sería "olvidarlo". Tomaselli le escribió que "su corazón era rojo y ahora es negro". El testigo dio lectura a los mensajes y no hubo preguntas de las partes ni de los jueces.
La última testigo de la jornada, Rocío Mabel Polo, sólo ratificó que el hermano de Marcelo, Walter Tomaselli, se encontraba en su casa esa madrugada y que la madre le envió un mensaje de texto para que fuera que "había pasado algo". Más tarde se enteró del crimen. Su declaración fue brevísima y sin preguntas.
Tras los testimonios, Gilardenghi describió la prueba documental que sostendría la acusación. Informes, pericias, la ropa secuestrada el día del crimen, el cuchillo utilizado para cometer el homicidio y pruebas en soporte digital fueron entregadas a los jueces. Además, se proyectó de manera parcial un video donde se ve a Tomaselli en una entrevista periodística. Durante los minutos que duró la proyección, el imputado evitó mirar hacia la pantalla y pareció quebrarse ante su propia voz, para después regresar a su estado de ausencia.
Una carta y perdón.
Luego del cuarto intermedio de media hora, llegó el momento de los alegatos. Gilardenghi comenzó a desgranar una a una las pruebas que lo llevarían a pedir la prisión perpetua del imputado, más allá de la propia culpabilidad asumida por Tomaselli.
Afirmó que estaba acreditado el episodio criminal cometido en la madrugada del 10 de diciembre de 2011, en la casa ubicada en las calles 36 y 29 bis, de General Pico, donde Carla Figueroa recibió 15 puñaladas con un cuchillo.
El fiscal consideró como un elemento de prueba para acreditar que hubo premeditación, que la madre de Tomaselli dijo que le había llamado la atención desde el día anterior al homicidio, que le faltó un cuchillo de cocina que había comprado hacía poco, cuestión que luego fue puesta en duda por la defensa.
Al momento de ubicar el móvil del homicidio, Gilardenghi habló de la relación tormentosa entre Carla y Tomaselli. Las continuas amenazas, reproches y celos. Y dijo que Tomaselli se sintió muy afectado por el encierro carcelario que le originó la acusación de violación efectuada por Carla. "Me la vas a pagar; me hiciste ser señora de todos los presos", habría dicho Tomaselli en una comunicación telefónica desde prisión, según una de las testigos.
El fiscal dio por acreditado el vínculo entre la víctima y el acusado, por la existencia de la constancia del acta de matrimonio. Y agregó que las ropas ensangrentadas de Tomaselli arrojaron que se corresponden en un 99,99 por ciento con el patrón genético de la víctima. Gilardenghi dijo que las pruebas "eran contundentes" y pidió a los jueces que condenen a Marcelo Tomaselli a prisión perpetua como culpable de "homicidio calificado por el vínculo". La querella ejercida por el abogado Raúl Quiroga, adhirió a los dichos del fiscal aunque agregó que a su juicio Tomaselli había actuado con "premeditación y alevosía". Y también solicitó la prisión perpetua.
Emoción violenta.
El defensor oficial Walter Vaccaro, hizo girar su alegato en torno a la emoción violenta como el desencadenante que llevó a Tomaselli a cometer el homicidio y dio sustento a esa hipótesis en base algunos artículos y sostuvo que su defendido asumió el hecho pero no lo recuerda.
El defensor dijo que Tomaselli estuvo en estado de shock y desacreditó el informe psiquiátrico al entender que no era profundo. "El perito en una hora aseguró que no tenía amnesia. Pongo en duda esa pericia", sostuvo Vaccaro.
Con respecto al cuchillo que utilizó Tomaselli para terminar con la vida de Carla, Vaccaro manifestó: "Creo que es una estrategia de la madre de mi defendido para librarse de alguna culpa". El defensor elaboró su propia hipótesis sobre lo que pudo ocurrir la madrugada del crimen. Y afirmó que el fatal desenlace se dio "porque Carla le estaba confesando que lo engañaba y le pedía perdón (a Tomaselli) por haberlo denunciado".
Por último, expresó: "La conducta debe estar encuadrado en homicidio agravado por el vínculo atenuado por la emoción violenta. Por ser joven y no poseer antecedentes, se debe aplicar la pena mínima de 10 años de prisión".
El fiscal resistió la atenuante de la emoción violenta y tras esa intervención habló Tomaselli. "Quiero pedir perdón por lo que pasó. Lo que a mí me pasó no se lo deseo a nadie", dijo el imputado y pretendió que se lea una carta. La sentencia se conocerá el miércoles 27 de junio a las 12.
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