Jueves 12 de junio 2025

A un año del asesinato del cazador en Lonquimay

Redacción 25/07/2017 - 00.54.hs

Desde que el policía Fernando Safenreider disparó su arma reglamentaria en un camino vecinal de Lonquimay para ponerle fin a la vida del cazador Santiago Garialdi, pasó exactamente un año. Un total de 366 días en los que se habló de una emboscada y de una orden directa del ministros de Seguridad de "tirar a la cabina", hubo marchas pidiendo justicia, protestas que exigían la renuncia del Tierno y hasta un audio de WhatsApp que en pocos segundos eximió de responsabilidad al comisario Pablo Trincheri quién nunca había ordenado repeler cazadores a los tiros.
En todo este tiempo también avanzó un proceso judicial complejo que se estima, concluirá en un juicio en los próximos meses cuando el único detenido por el homicidio se siente en el banquillo de los acusados.
La última novedad judicial del caso la aportó Mario Aguerrido, el abogado del único acusado, quién en una audiencia de ofrecimiento de pruebas celebrada el mes pasado, mostró parte de su estrategia defensiva.
Aguerrido presentó los controles de aptitud psíquicas y psiquiátricas de Sanfenreider (ordenados por la fuerza policial), ya que pocos meses antes del homicidio, el efectivo estuvo con licencia psiquiátrica e incluso se le había retirado el arma reglamentaria. Posteriormente se lo reintegró al trabajo y se le devolvió el arma.
"Hay un proceso anterior al hecho, de meses anteriores, donde está toda la historia psicológica en la que Safenreider estaba con licencia psiquiátrica y atención psicológica", expresó una fuente judicial y agregó que con esto se trata de probar "si algo podría haber evitado que el acusado cumpliera la acción policial que realizó la noche que ocurrió el asesinato del cazador".

 

El hecho.
Santiago Garialdi murió tras ser baleado por Fernando Safenreider la noche del 24 de julio del año pasado, en un camino vecinal ubicado entre las Lonquimay y La Gloria. El hombre iba en la torreta de una Ford F100 cazando liebres junto a otros tres amigos, uno de los cuales también resultó herido (aunque no de gravedad) cuando una bala le dio en un glúteo.
Tras conocerse la noticia del deceso, y hasta las 3 de la madrugada, hubo prestas frente al hospital "Pablo Lecumberry" de Lonquimay, adonde los cazadores habían llevado moribundo a Garialdi.
Para realizar todas las diligencias judiciales, se hicieron presentes en el lugar la cúpula de la Policía de La Pampa, con Roberto Ayala a la cabeza; efectivos policiales de diversas reparticiones y los fiscales Guillermo Sancho, María Cecilia Martiní y Oscar Cazenave.

 

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