Miércoles 21 de mayo 2025

Los monopolios y banqueros en Argentina ganan mucha plata pero se hacen los casi pobres

Redacción 15/08/2009 - 03.08.hs

Con el desarrollo de la crisis económica internacional y los propios coletazos internos, los pesos pesados de la economía aprovecharon para contar sus cuitas casi como si fueran los pobres de este país.
EMILIO MARIN
A la cabeza de ese lote de ricachones que se victimizan e incluso hablan de la pobreza como si la comprendieran y sintieran en carne propia, marchan los grandes productores sojeros.
Esos señores, expresados por la Mesa de Enlace, son insaciables. Han pintado su situación económica como desastrosa cuando los números objetivos informan de su rentabilidad.
En Cash (5/7), Roberto Navarro, citando a la revista Márgenes Agropecuarios, escribió que "en un campo de rendimiento medio, los productores reciben una ganancia neta por hectárea de 550 dólares: 2.095 pesos (...) un 700 por ciento más que a principios de la década; y llega a 700 dólares (2.667 pesos) en la zona núcleo de la Pampa Húmeda" ("Mundo soja").
Esas afirmaciones, las de la secretaría de Agricultura, el INTA e investigadores del Conicet, etc, no pueden ser rebatidas científicamente por la sojacracia. Esta se limita a la victimización, algo que los medios adictos amplifican al máximo.
Una prueba de que esa rentabilidad está empinada lo constituye la creciente sojización. En la campaña 2009-2010 el 70 por ciento de la superficie sembrada está destinado a ese cultivo.
Ahora se le ha caído uno de sus postreros argumentos, de que la industria de maquinaria estaba parada. Ese sector está trabajando activamente con mayores ventas, especialmente a Brasil.
El Estado es un "depredador insaciable" (Biolcati dixit en Palermo) pero semejante afirmación carece de sustento. Que esa cúpula ruralista es el verdadero insaciable, sí hay material de sobra. El ministerio de la Producción informó que el total de subsidios, exenciones, reintegros y demás yerbas al sector agropecuario alcanzaba a 21.739 millones de pesos en los quince últimos meses. A eso hay que añadir los 500 millones votados en Diputados para las emergencias, cifra que les pareció menguada a los predadores privados vulgarmente llamados "oligarquía".
Alegando enojo con el Estado, han anunciado que dejarán vacías las sillas que el gobierno ultraconciliador les reservó en el Consejo Económico y Social. ¿Cristina Fernández aún no se convence de que con esa plaga no hay arreglo posible? La Mesa de Enlace deglutirá todos los subsidios que se le otorguen, dirá invariablemente que no alcanzan y seguirá espoleando a la oposición política para planes destituyentes. Para ellos el 2011 queda en el siglo XXII.
La Unión Industrial Argentina, aparte de estar emparentada con la Mesa de Enlace por inversiones recíprocas en campo e industria, ha operado como abogado de los sojeros. Héctor Méndez, titular de la UIA pidió al jefe de Gabinete que se invite al llamado "campo" al Consejo Económico y Social, que lo reciba aparte y que lo sume al proyectado "Acuerdo del Bicentenario".

 

Pulpos de la industria.
Los pulpos de la industria olfatearon que después del 28 de junio tenían viento a favor para una mayor exacción al Estado. La Asamblea Empresaria Argentina (AEA) presidida por Luis Pagani, de Arcor, se despachó el 19 de julio con un documento de doce puntos y fuertes críticas al gobierno nacional.
Su título fue "Movilizar las energías del sector privado", como si el Estado las estuviera encorsetando. Lejos de actuar en el sentido de la obstrucción a esos monopolios, varios de ellos extranjeros, la presidenta venía a favorecer sus negocios. Una de las pruebas fue el préstamo de 70 millones de dólares de fondos de la Anses que anunció en beneficio de General Motors con planta en Rosario.
El documento urgió al gobierno a "respetar la propiedad privada" y establecer un "marco institucional sólido y previsible". Pagani y sus aliados sangraban por la herida de la designación de veedores el Estado en algunas grandes firmas como Techint. Cualquiera se da cuenta que poner un veedor no es lo mismo que expropiar una empresa, como sí hizo Hugo Chávez con Sidor, de ese pulpo siderúrgico.
Otro reclamo de AEA fue que se terminen los controles de precios. Un claro síntoma de que estos dueños fabriles no se bancan ningún control del Estado y que -según les convenga- aumentarán precios, generando inflación, o desabastecerán y aumentarán sus exportaciones para percibir en dólares.
Los industriales, como los sojeros, pooles de siembra y ganaderos, piensan que el Estado es confiscatorio. Pero el 16 de junio pasado la presidenta los convocó a la Casa Rosada para informarles que había prorrogado el subsidio a las empresas que inviertan. En primera fila la foto captó a Méndez, Pagani y Cristiano Rattazzi, de Fiat. Se mantuvo un cupo fiscal de 1.200 millones de pesos por año, donde 15 proyectos se llevan tres cuartas partes de la promoción. Los premios son para Acindar, Aluar, Aceitera General Deheza, Siderar, Cargill, Molinos, etc.
¿Por qué subsidiar a esos monopolios que no la pasan nada mal? Cargill encabeza el ranking de exportadoras, según la revista Prensa Económica, con 5.000 millones de dólares de ventas en 2008.
Arcor tiene inversiones en 16 países por 491 millones de dólares, lo que supone el 36 por ciento de sus activos. Facturó 2.300 millones de dólares el año pasado, con 41 fábricas y 20.000 empleados (La Voz del Interior, 2/8). ¿Por qué subsidiar entre todos a Pagani, quien se queja como si fuera un afectado por la crisis y pide planes de ajuste de signo antipopular?

 

Como por un tubo.
Parece un chiste que también se subsidie a Techint mediante ese programa de promoción. La Agencia Nacional de Inversiones que conduce Beatriz Nofal informó anteayer que la siderúrgica tiene activos en el exterior por 17.406 millones de dólares, el 84 por ciento de su total de activos. Los Rocca han invertido en 27 países con ingresos globales por 26.000 millones de dólares, fruto del sudor y plusvalía de 51.600 empleados.
Nofal, de origen radical, no presenta estos datos como malos sino como virtuosos y como aviso de lo bien que opera su agencia. Es la diputada que en 2001 renunció a su banca en señal de disconformidad con la decisión del gobierno de Adolfo Rodríguez Saa de suspender el pago de la deuda externa. Ella quería seguir pagando.
Como la crisis actual ha afectado ventas de caños sin costura y acero en general, los Rocca plantearon una rebaja salarial del 15 por ciento a sus empleados jerárquicos (Clarín, 22/6). Antes habían suspendido a 2.400 obreros metalúrgicos y de la construcción en la ampliación del alto horno nº 2 de su planta de San Nicolás.
Más recientemente los metalúrgicos debieron parar dos días y marchar hasta las oficinas del grupo en Retiro, amenazando con ocupar fábricas, etc, para exigir el aumento salarial que les negaban. Pobre Techint, no tenía plata para eso... aunque Chávez había hecho los primeros desembolsos por la indemnización de 1.970 millones de dólares que pagará por Sidor.
Como por un tubo también marchan las ganancias de las compañías de telecomunicaciones, a estar por los balances que en la primera semana de agosto hicieron llegar Telecom y Telefónica a la Bolsa de Comercio. Los datos se refieren al primer semestre de este año: Telecom ganó 703 millones de pesos, un 15 por ciento más que el mismo período del año pasado; Telefónica 169 millones de pesos, un leve descenso respecto a igual lapso de 2008, cuando había tenido utilidades por 172 millones.
Los bancos, como ya se comentó en esta columna, ganaron 4.400 millones de pesos en diez meses de 2008, y pese a semejante rentabilidad fueron amarretes y algo más a la hora de prestar y de pagar a sus empleados. Jorge Brito, del Macro y titular de Adeba, al menos ha tenido la franqueza de seguir apoyando al gobierno que tanto colaboró en la buena evolución de su negocio financiero en vez de imitar a la Mesa de Enlace.
El único que podría quejarse un poquito es Repsol-YPF. Antoni Brufau sostuvo desde Madrid el 30 de julio que en nuestro país había ganado 1.047 millones de pesos en el primer semestre de 2009, 53 por ciento menos que en igual período de 2008. Que quede claro: no perdió. Ganó un poco menos que antes. Los números desde la década del '90 a la fecha siguen siendo bien robustos a su favor.
Que los monopolios se quejen menos, paguen más impuestos y salarios, y reciban menos subsidios estatales, que así le irá mejor a la mayoría de los argentinos.

 


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