Viernes 23 de mayo 2025

Quemarse a lo bonzo es un uso con gran historia

Redacción 29/08/2010 - 02.32.hs

Al comenzar la semana pasada, una mujer joven, mendocina de origen, residente en Caleufú, discutió con su ex pareja y luego se roció con combustible y se prendió fuego.
La información periodística no pudo eludir la muletilla en uso para estos casos: "se quemó a lo bonzo". Con esa señal se instala este tipo de sucesos en una serie que tuvo comienzo en 1963, en Saigon, Vietnam del Sur. Fue protagonizada por un monje budista. Los franceses llamaron bonze a estos religiosos y de ahí viene la voz bonzo.
En sus inicios, esta forma de suicidio respondió a un propósito de protesta o de acción solidaria, pero la expresión, con mucho gancho, se amplió hasta comprender todo suicidio o intento en el que el protagonista se prende fuego como manera de darse muerte, cualesquiera sean sus motivos o antecedentes relacionables. Por esas conexiones que la imaginación de la gente genera o posibilita, el quemarse a lo bonzo llegó a tener relación con la tragedia argentina conocida con el nombre de Cromañón, que dejó casi doscientas víctimas fatales. Esta conexión se vio facilitada cuando el baterista de la banda que actuaba en el boliche Cromañón en aquella trágica noche, apareció, tiempo después, vinculado al final de su mujer, Wanda Taddei, que se quemó viva. En sitios de Internet se pudo leer algunos mensajes que establecen una relación con el incendio de Cromañón: (el baterista) "quemó a su mujer y a otros doscientos", se dijo. La conexión resulta apresurada y tal vez falsa, pero se hace cargo de la sospecha de la culpabilidad de la propia banda, Los Callejeros, en el suceso del boliche. Días atrás, Casación dio pábulo a estas sospechas al disponer que los músicos sean llevados a juicio para establecer su grado de responsabilidad.

 

Incombustible.
Del suceso original, el de Saigon, se conocen detalles y se dispone de fotografías de todo su desarrollo, porque los budistas organizaron cuidadosamente el sacrificio del monje llamado (omito los varios acentos que llevan estos nombres) Hoa Thuong Thich Quang Duc. Era un bonzo destacado. El sacrificio fue preparado cuidadosamente. Se avisó a la embajada de Estados Unidos para que concurrieran periodistas de esa nación porque se iba a producir un suceso importante. El 11 de junio de 1963 los monjes cerraron un círculo humano en la plaza. Hoa se sentó en el medio, lo rociaron con combustible y le prendieron fuego. Todo fue registrado por la cámara de fotos del norteamericano Browne. Hoa no se movió ni gritó mientras su cuerpo se destruía. La policía, obstaculizada por el círculo de bonzos, no pudo impedir la consumación del suceso. Los monjes apagaron el último fuego, envolvieron los restos en unas túnicas y trataron de introducirlos en un ataúd, pero algunas partes no se doblaban y quedaron colgando a los costados. Luego, esos restos fueron incinerados según un rito tradicional y entonces se vio que el corazón de Hoa era incombustible. Todo el cuerpo se quemó, pero el corazón quedó intacto. Se lo declaró sagrado y se conserva en un cáliz de cristal. Lo que sucedió con los restos entre el fuego inicial y el terminal es un secreto de los bonzos, meticulosos hasta el detalle.
La incineración fue organizada por los budistas para protestar contra el régimen del primer ministro Ngo Dinh Diem, quien había forzado la introducción del catolicismo como una manera de "occidentalizar" a su país. Facilitó conversiones dando ventajas de todo tipo a quienes se hicieran católicos, al tiempo que regalaba grandes extensiones de tierra y otros bienes a esa iglesia. Por eso, el caso Hoa fue presentado como un sacrificio a favor de la igualdad religiosa. Meses más tarde, un golpe armado destituyó a Ngo del poder y de la vida.

 

Muchos bonzos.
A partir del sacrificio del bonzo, se inició una cuenta de nuevos casos.
Uno de los émulos más notables fue el norteamericano Norman Morrison. El 2 de abril de 1965 Norman entró en el Pentágono (Washington) y se incineró al pie de la ventana del despacho del ministro de Defensa, McNamara, en señal de protesta por las muertes de vietnamitas y jóvenes norteamericanos en Vietnam. Morrison llegó al lugar con su pequeña hija Emily en brazos, pero la entregó a otra persona antes de prenderse fuego.
El hecho repercutió fuertemente en Vietnam, donde Morrison alcanzó jerarquía de héroe, tiene una calle que lleva su nombre y se emitió un sello postal para honrar su memoria. Vietnam entendió que al llevar a su hija al sitio quiso testimoniar su repudio a la matanza de niños por las bombas norteamericanas. Un primer ministro vietnamita, en su primera visita a Washington, quiso y pudo conocer el lugar preciso de la protesta de Morrison.
JOTAVE

 


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