Jueves 17 de julio 2025

Un desborde verbal en un tema sensible

Redacción 03/09/2013 - 04.13.hs

En un desborde verbal, el gobernador de la provincia no ha vacilado en atacar a la Legislatura en su mayoría disparándole con munición gruesa al tratar de "estúpidos" a sus miembros. El motivo para aplicar semejante calificativo -sinónimo de "necio" o "falto de inteligencia", según la Real Academia- ha sido consecuencia del punto de vista sustancialmente distinto que tienen ambos poderes en el caso de los reclamos por las aguas del río Atuel. Ya se sabe que el Ejecutivo confía en el camino de las negociaciones, por más que éstas se cuenten en décadas y nunca se haya avanzado demasiado, sobre todo en el caso del convenio que se firmó en 2008 entre ambas jurisdicciones al amparo de la presidenta y del que, aun dentro de lo desfavorable que resulta a La Pampa, nuestra provincia no ha obtenido nada.
Los legisladores, evidentemente hartos de una espera inconducente, manejando una perspectiva histórica y política de la que parece carecer el gobernador, y quizás un tanto arrepentidos de haber aceptado domésticamente en su momento y por unanimidad la imposición del convenio, se han plantado en la necesidad de nuevas acciones ante los tribunales.
¿Qué pudo haber movido al mandatario a dar semejante paso en falso, que implica una actitud no solamente desdeñosa de la opinión de otro poder, sino también insultante? Es evidente que Oscar Jorge parece haberse ensoberbecido por el triunfo político reciente pero, en un momento como el que vive su partido, resulta cuanto menos impropio e imprudente haber llevado las cosas a ese nivel. Con esta actitud el gobernador no hace sino fogonear la interna desatada dentro del justicialismo y da simultáneamente muestras de intemperancia en un asunto que sensibiliza -y largamente- a toda la sociedad pampeana.
Lo que parece haber disgustado al mandatario, en definitiva, es que la Legislatura no coincida con sus puntos de vista ni acepte sus tiempos, una contingencia previsible y hasta predecible desde hace tiempo, vista la falta de una política hídrica más activa por parte del gobierno. Para peor, el titular del Ejecutivo sumó al agravio su falta de información, al plantear los años que lleva el conflicto y elogiar a la provincia cuyana "porque ha hecho muchas inversiones concernientes a este convenio", sin advertir que todas fueron por y para Mendoza, al tiempo que acusaba equivocadamente a los diputados radicales mendocinos por la no discusión del documento. Finalmente, cayó en una suerte de inexplicable lamento: "Justo a mí me toca esto".
Desde sus inicios como funcionario y luego intendente, se tuvo por una característica de Jorge su intemperancia para con las opiniones disidentes. La edad y la política -dicen personas cercanas a su gobierno- parecen haber acentuado ese rasgo, remarcando su "yoismo". Algunos advierten que su empecinamiento en materia de recursos hídricos se ve alentado por el paraguas presidencial, y que un atisbo de esta actitud ya se insinuó cuando avaló que, en las recientes jornadas sobre el río Colorado realizadas en nuestra ciudad, no hubiese habido una delegación oficial pampeana.
La situación sugiere que sus asesores en la materia no parecen ser capaces de hacerle entender que, mal que le pese, la realidad es distinta a como la piensa. La postura del mandatario se puede interpretar como que concibe a las asambleas populares, los reclamos y hasta la razón internacional que se ha manifestado en los últimos tiempos como parte de una conjura contra su gobierno y que no son expresiones sociales auténticas. En este sentido hay que reconocerle a la Legislatura el hecho de estar obrando como caja de resonancia de esas pulsiones.
Como era de esperar, enseguida se manifestó la reacción de los diputados y fueron varios los que le respondieron con dureza, enrostrándole errores en el tema y reafirmando la necesidad de un nuevo juicio.

 


'
'