Sabado 12 de julio 2025

Sobre relaciones exteriores y sus caras y contracaras

Redacción 06/09/2013 - 04.08.hs

Señor Director:
Bolivia y Brasil han vivido una experiencia que es de suyo ingrata o desagradable, pero que también lleva a otras consideraciones.
Un senador de Bolivia, que estaba acusado de una diversidad de delitos, buscó refugio en la sede diplomática brasileña cuando era requerido por la justicia. Se declaró perseguido político y la cancillería brasileña aceptó ese pedido y pidió que se le permitiera salir del país. Bolivia se negó porque existían cargos por delitos comunes y había sido requerido por la justicia para que hiciese su descargo y resolver si correspondía abrir causa. Debía responder por cargos de venta irregular de tierras estatales, traspaso ilegal de fondos públicos para favorecimiento ilegal a bingos y casinos, y matanza de campesinos en Pando, Bolivia. El senador así sospechado es también pastor de una comunidad evangélica. No respondió al primer requerimiento del juez y, al segundo, tomó el camino de la sede diplomática. Finalmente, el encargado de negocios de Brasil resolvió obrar por su cuenta y organizó la salida clandestina del senador, en automóviles del consulado, con una guardia armada y con exhibición de sus credenciales en cada parada. El gobierno de Brasil había concedido asilo diplomático y su cancillería intervino en organizar la fuga. Bolivia pidió explicaciones.
Al parecer, Antonio Patriota ignoraba los hechos. Naturalmente, tampoco había podido informar a la presidenta, quien lo llamó a su despacho y todo indica que le expresó su desagrado y le pidió la renuncia. Patriota renunció y el gobierno quedó con un problema incómodo. Anuló el asilo diplomático, violado por la fuga.
Hace pocos días el presidente de Bolivia vio interrumpido su viaje en avión, de regreso de una conferencia internacional. Se vio obligado a descender en Austria y a permanecer muchas horas en el aeropuerto. Se habían transgredido normas muy claras del derecho internacional, pero las naciones implicadas se mostraron "sorprendidas" por los hechos. Morales entendió lo que había que entender: que había sido tratado como el jefe de Estado de una nación de segunda. Ahora se encuentra con que Brasil, con quien ha estado consolidando relaciones respetuosas y de colaboración (Mercosur, Unasur...), le repite este tratamiento. No le habrá sido fácil asumirlo. Y se puede comprender la reacción de Dilma Rousseff. No es fácil de entender cómo funciona esa cancillería y el desparpajo para colocar a la presidenta ante un hecho consumado.

 

Plantita.
La doctora Mónica Boeris escuchó el relato de una mujer. Le hacía saber que, cuando niña, al haberse herido accidentalmente, su madre hizo una infusión con la planta conocida como Huevito de Gallo o Uvita, que con ella le lavó la herida y en dos días estaba curada. La doctora, que se desempeña en Veterinaria, de la UNLPam, quiso saber qué podía haber de cierto en eso y pudo comprobar, tras cinco años de trabajo en laboratorio, que tiene propiedades antiinflamatorias y que es analgésica para enfermedades de la piel y sabañones, sin efectos colaterales.
A veces resulta útil prestar oídos al testimonio de personas de pueblo que sean merecedoras de fe.

 

Gelman.
Juan Gelman, poeta argentino, radicado desde hace años en México, presentó su último libro, titulado Hoy, en la sala Borges de la Biblioteca Nacional. Son 288 poemas en prosa.
Los poetas Jorge Boccanera y Daniel Freidemberg dieron sus impresiones sobre estos poemas y Gelman los leyó durante una hora, ante el silencio emocionado de quienes llenaban la sala.
Parece que Hoy, el libro, merece la lectura, en particular de parte de los poetas y gente de letras. Gelman transmite la sustancia de su experiencia de vida y de la forma de expresarla. Su propio decir registra ahora un cambio significativo.
Jotavé

 


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