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Jueves 11 de diciembre 2025

Parientes.

Redacción 09/02/2016 - 03.37.hs

Los que se ilusionaron con la llegada de un "cambio" en favor del republicanismo y la institucionalidad, cansados de tanto populismo K ya deben estar curados de espanto. Después de la oleada de decretazos presidenciales y de pasarse por ahí al Congreso se conocieron algunas cosillas de la política de bajo vuelo, como la designación de parientes en altos cargos estatales, algo que los medios porteños enrostraban al kirchnerismo como una perversidad exclusiva de esa fuerza, que supo tener sus buenos ejemplos y en cantidad. Pero los pulcros y atildados chicos del PRO demostraron ser también muy diestros en esas prácticas indecorosas y ya están haciendo lo mismo que tanto denostaron en la era K. Veamos algunos ejemplos, que no agotan la lista, por supuesto. La vicepresidenta Gabriela Michetti designó a su prima, María A. Illia, con un suculento sueldo en el Senado. El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, nombró como alta funcionaria a su pareja, Carolina Azzi, y a la esposa de Federico Sturzenegger, Josefina Rouillet. Federico Pinedo nombró a su hermano, Enrique, no en uno sino en dos cargos, uno en Diputado y otro en Senadores. El ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad designó a su yerno, Rodrigo de Loredo, al frente de Arsat. El ministro de Agricultura, Alejandro Buryaile, nombró a su primo, Amadeo Nicora, al frente del INTA. El histórico vocero de Macri, Iván Pavlovsky, designó a su esposa Marina Klemensewicz como subsecretaria de Hábitat y Desarrollo Humano. Mauricio Macri nombró al hermano de su ex esposa, Fernando de Andreis, en la Secretaría General de la Presidencia. Y todo esto ocurre mientras se produce una ola de despidos nunca vista en el Estado que ya se acerca a las treinta mil personas y ya anticiparon que no se va a detener hasta duplicar ese número. Para promover semejante campaña masiva de cesantías, el Presidente de la Nación firmó el decreto 254/15 encomendándole a su jefe de Gabinete, Marcos Peña, revisar las contrataciones de empleados públicos de los últimos tres años porque "es vocación del Gobierno nacional propiciar la transparencia de la gestión". La verdad que, más transparencia, imposible.

 

Viva la pepa.
Recién ahora nos venimos a enterar de que si éramos multados por una infracción de tránsito en Santa Rosa había grandes posibilidades de evadir el castigo monetario mediante un trámite por demás sencillo: no presentarse a pagar. Así estaban las cosas en la comuna según informó la nueva jueza de Faltas: con miles de causas en el limbo, sin resolución y hasta sin saber en qué oficina dormían pues no había registro de los trámites internos. ¡No haberse enterado antes! (RAM).

 


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