Martes 01 de julio 2025

El gendarme global y su plan Minerva

Redacción 31/07/2017 - 01.36.hs

Carlos Santa Maria* - El denominado programa Minerva es una iniciativa del Departamento de Defensa de EE.UU. que financia con millones de dólares a universidades para investigar y modelar la dinámica de los disturbios civiles a gran escala en todo el planeta. Está diseñado para desarrollar "ideas de guerra relevantes, inmediatas y a largo plazo", que sean útiles a los tomadores de decisiones en "la comunidad política de defensa". Contiene cuatro puntos básicos: a) conocer las expresiones críticas a las políticas de Washington para identificar probables terroristas; b) seleccionar en las universidades de países "hostiles" a líderes destacados con el fin de involucrarlos ideológicamente; c) emplear la ciencia para aumentar el conocimiento de los procesos asociados a la desestabilización social y d) conocer técnicas de falsificación aplicada a las redes sociales a fin de crear escenarios ficticios. El estudio selecciona líderes potenciales que se integren decididamente a grupos violentos que no trepiden en matar, destruir o acosar a las autoridades legítimas (Siria, Ucrania, Venezuela...). Asimismo, se vincula a las universidades donde se coopta dirigentes que contribuyan en procesos de movilización para desestabilizar a gobiernos no alineados con EE.UU.

 

Vigilar y castigar.
Una meta es mejorar la comprensión del Departamento de Defensa sobre las expresiones políticas, sociales, culturales, etc. que operan en países y regiones de importancia para EE.UU. Entre los proyectos adjudicados para el período 2014-2017 se encuentra un estudio dirigido por la Universidad de Cornell, gestionado por la Oficina de Investigación Científica de la Fuerza Aérea de EE.UU., que tiene como objetivo desarrollar un modelo empírico "de la dinámica de la movilización de los movimientos sociales" y de la "la masa crítica" de 'contagios sociales' mediante el estudio de sus "huellas digitales" en las redes de internet.
El año pasado la iniciativa Minerva financió un proyecto para determinar las razones por las cuales un individuo se involucra con el terrorismo. Para el Departamento de Defensa, los movimientos de protesta, de cambio social y el activismo en diferentes partes del mundo son una amenaza a la seguridad nacional de EE.UU. La Universidad de Washington y la Oficina de Investigación del Ejército de EE.UU. han aprobado un programa de investigación destinado a determinar el origen, características, condiciones y consecuencias de los movimientos dirigidos a cambios políticos y económicos a gran escala, abarcando 58 países en total.
Los investigadores David Price y James Petras coinciden en que existe una creciente militarización de las ciencias sociales promovida por la financiación de investigaciones dirigidas a estudiar las movilizaciones políticas que, en opinión del Departamento de Defensa, afectan los intereses norteamericanos. En conclusión, ciudadanos que desconfíen de un régimen neoliberal son observados como agresores o violentos potenciales que deben ser controlados antes que comiencen a "subvertir" la sociedad.

 

EE.UU. reprime más.
Contrasta esta posición oficial con la hipocresía demostrada en el caso de Venezuela, en donde el gobierno estadounidense alienta a los grupos violentos a derrocar un gobierno legítimo que no se subordina a sus intereses. Si la "radicalización de la desobediencia civil" ocurriese en las calles de Washington, con armas y un discurso golpista, serían inmediatamente calificados como terroristas. En EE.UU. cualquier manifestante que desobedezca la ley o intente protestar sin permiso enfrenta la detención y cargos penales. Si usara armas contra las fuerzas estatales o un discurso violento contra el gobierno o el presidente, pagaría con muchos años de prisión. Si asesinara un policía, la muerte sería su condena.
Es factible predecir que estos estudios no serán capaces de prevenir las expresiones de descontento social que puedan sucederse en Estados Unidos y el resto del planteta, ya que el objetivo no es comprender lo que sucede a fin de implementar políticas que atiendan las demandas. Por el contrario, estas investigaciones apuntan a una política global de control social por parte del país que se autoasignó el papel de gendarme del mundo. (RT).

 

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