Sabado 04 de mayo 2024

El heredero de Cavallo

Redacción 30/08/2023 - 08.15.hs

Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, confirmó a Melconian como su ministro de Economía, en caso de ganar las elecciones del 22 de octubre.

 

IRINA SANTESTEBAN

 

En la Argentina, como en la vida, la realidad se empeña en repetir algunas circunstancias, casi siempre para empeorar y no para mejorar las cosas. En 1991, Carlos Menem designaba como ministro de Economía a Domingo Cavallo, de la Fundación Mediterránea, quien como director del Banco Central durante la dictadura, estatizó la deuda privada, y luego, en 1987, ingresó a la Cámara de Diputados de la mano de José Manuel de la Sota.

 

En 1989 Menem había recibido del gobierno alfonsinista, una inflación del 3.079% anual, y al finalizar 1990, fue del 2.314%. Cavallo impulsó el Plan de Convertibilidad, cambió la moneda con una descomunal devaluación de 10.000 australes por cada peso. A partir de allí, rigió “un peso, un dólar”, y la inflación bajó ese año a 173%.

 

Exitoso para quién.

 

Según Cavallo y los economistas neoliberales, como Javier Milei, el Plan de Convertibilidad fue “exitoso” porque logró bajar la inflación. Pero crecieron el desempleo y la pobreza, se remataron las empresas públicas, entregadas a capitales trasnacionales, dejando el tendal de desocupados. Por ello, y como consecuencia de las luchas que lo precedieron, estalló la rebelión de sectores populares y capas medias en diciembre de 2001, dando muerte a la “exitosa” Convertibilidad.

 

Es cierto que la inflación bajó, pero los salarios sufrieron una fuerte depreciación durante ese período (calculada en un 67 por ciento); igual que las jubilaciones, congeladas en 200 pesos. En los años menemistas se implementó el plan Trabajar para las personas desocupadas como consecuencias de las privatizaciones.

 

Reelecto en 1995, en el segundo mandato de Menem, las luchas sociales se extendieron por todo el país, originando el fenómeno “piquetero”. Ese movimiento estaba conformado por desocupados, en su mayoría de la estatal YPF, que durante el proceso privatizador despidió a más del 80 por ciento de su personal, unos 35.000 trabajadores.

 

El desguace de la red ferroviaria fue aún más terrible en sus consecuencias laborales: 100.000 trabajadores despedidos por la privatización y cierre de los ferrocarriles.

 

La Mediterránea.

 

Creada en 1977 por los empresarios cordobeses Fulvio Pagani (grupo Arcor) y Pietro Astori (Astori Estructuras), fueron los impulsores de Cavallo tanto en la dictadura como en los ‘90, los peores años de pérdidas de derechos humanos, laborales y sociales. Treinta años después, la FM propone a un hombre de su riñón, jugándose por la candidata Bullrich.

 

Melconian es el presidente del Instituto de Estudios para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), y en ese carácter fue encargado por la Mediterránea para elaborar un plan de gobierno en diciembre de 2021. Lo presentó en junio de este año en la Estancia Belgrano, cerca de Jesús María, ante un nutrido grupo de empresarios.

 

Ese plan y el hombre del IERAL sedujeron a Bullrich, quien busca fortalecer su propuesta económica ante el avance de Milei, quien la corrió por derecha y la derrotó en las PASO.

 

Más de lo mismo.Melconian critica la dolarización que propone Milei, pero impulsa una economía bimonetaria, con una eventual reforma del Código Civil para autorizar transacciones en ambas monedas.

 

En su propuesta económica no hay nada nuevo. Habla de un “cambio” en el régimen económico con una “profunda reforma del sector público” que genere “condiciones para la inversión y empleo privado”. La misma “lluvia de inversiones” que prometiera Macri y que nunca llegó. Al contrario, se fugaron miles de millones de dólares, y se endeudó al país con el Fondo Monetario Internacional.

 

Su propuesta de “institucionalizar la bimonetariedad” no dice cómo se la van a arreglar los millones de asalariados y jubilados (en pesos), precarizados y los trabajadores de la economía informal.

 

La “reducción del gasto público”, tampoco es ninguna novedad. Es achicar el gasto del Estado, tal como lo propone Milei, lo que redunda en menor presupuesto para educación, salud, obra pública, transporte, etc.

 

Para el “primer día” asegura que habrá una “ley ómnibus” o “ley de emergencia”, tal como lo hiciera Menem al principio de su gobierno, que atentó contra las conquistas laborales. En este tema, habrá una profunda reforma laboral y previsional, en el marco de una reforma del Estado, que implicará “cambios en la dotación de personal, de contratos, desregulación, con foco en las empresas públicas”.

 

Borrar conquistas.

 

Como buen capitalista neoliberal, Melconian es partidario de la reducción del “costo laboral”, tal como reclaman a gritos los empresarios. Dice que va a eliminar la ultraactividad de los convenios colectivos, facultad de los sindicatos reconocida en la Constitución Nacional, y propone una figura como el “despido optativo”, como si el trabajador o trabajadora estuviera en igualdad de condiciones para “elegir” ser despedido.

 

Propone la “reformulación” de los planes sociales, con un tiempo de duración, hacerlos “más eficientes” y eliminar las “superposiciones con otros beneficios”. Algunos de esos beneficios, como la Asignación Universal por Hijo/a, no son para personas adultas, sino un derecho de las infancias.

 

En materia previsional propugna la eliminación de las moratorias, terminar con los 30 años de aportes (será para aumentarlo?) y que el cálculo del haber inicial se realice no sobre los últimos diez años sino sobre la totalidad de la vida laboral del beneficiario. Ello reducirá aún más los magros haberes jubilatorios, y nada dice de la responsabilidad de los empresarios que no realizan aportes a sus empleados, negándoles el derecho constitucional de una jubilación al término de su vida laboral.

 

En materia energética, Melconian plantea la reducción de los subsidios, como el FMI e imagina un escenario donde “no debería haber problemas”, pues recordó que el actual gobierno con Sergio Massa está aplicando aumentos del orden del 200 por ciento y otras recetas de ajuste. Dolorosamente cierto.

 

Bullrich y Melconian, como Milei, no ocultan el plan criminal que piensan implementar si llegaran a ser gobierno.

 

Muy triste sería que quienes serán los más perjudicados con semejantes políticas, sigan votando a sus verdugos.

 

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