Evidente torpeza
Desde una modesta perspectiva impuesta por la distancia la guerra (no declarada pero vigente) entre Irán e Israel da para un análisis tanto en lo ajeno como en lo propio.
En lo concerniente a nuestro país, la actitud conexa con el conflicto hace evidente una vez más la torpeza del gobierno de Javier Milei en las relaciones exteriores. De nada le valió el alinearse con las políticas de Estados Unidos: a la hora de las decisiones, o de las comunicaciones al menos, el Ejecutivo de aquel país no lo tuvo en cuenta para nada. El viaje presidencial que hizo a Europa demostró su inoportunidad, entre otras cosas, al verse la rápida salida y escasa visita a las tierras que dice venerar.
Además, sin tener para nada en cuenta que fue Israel quien inició los ataques, la oficina presidencial dio a conocer un comunicado en el que “condena el vil ataque perpetrado por la República Islámica de Irán contra el Estado de Israel, mediante el lanzamiento masivo de misiles y drones dirigidos contra población civil”. Del genocidio de Israel contra los palestinos ni una palabra.
En lo esencial del caso, cabe detenerse en el suceso bélico en sí mismo. Por de pronto existen muchas dudas acerca de los fundamentos del ataque. ¿Estaba tan cerca Irán de obtener un artefacto atómico o bien Netanyahu trató de elevar su disminuido caudal político con un ataque que descalifique al más enconado de los enemigos de Israel?¿Hay una oposición interna en Irán que, si se alienta, podría provocar la caída de un gobierno teocrático?
Es llamativo que el organismo internacional que vigila el desarrollo de la energía atómica haya afirmado recientemente que en modo alguno estaba Irán cercano a contar con un artefacto nuclear.
El enfrentamiento por de pronto dio por tierra con el mito de la invencibilidad de ejército israelí y la invulnerabilidad de su sistema de defensa. La tan mentada “cúpula de hierro” destinada a proteger el país quedó rota ante las imágenes de los cohetes iraníes cruzando en la noche y estallando al llegar al suelo. Este hecho también es muy significativo y demuestra que mientras la propaganda occidental pretendía hacernos creer de un país subdesarrollado, fanatizado en su religiosidad y meramente jactancioso, la realidad muestra una nación con avanzado desarrollo misilístico, tanto en la teoría como en la práctica.
Lo cierto y evidente es que en Medio Oriente se ha vuelto a encender la mecha de una conflagración que puede ser muy grande, máxime con las impropias declaraciones del presidente Trump, emplazando a Irán. Al comprobar que una de las flotas norteamericanas se acerca al lugar del conflicto, viene a la memoria aquella afirmación relativa a que el complejo militar-industrial del país del norte no puede subsistir sin una guerra cada tantos años.
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