Martes 18 de noviembre 2025

La factura simbólica y el Estado presente

Redacción 18/11/2025 - 00.25.hs

La decisión del Ministerio de Salud de la provincia de estudiar la posibilidad de comenzar a implementar en La Pampa la llamada ‘Factura Simbólica’ para ilustrar el gasto individual de las prácticas médicas en el sistema público sanitario, aparece oportuna en unos tiempos en que el rol del Estado viene siendo cuestionado desde las más altas esferas de decisión del país.

 

Ese cuestionamiento al rol de Estado cuyo mayor exponente es nada menos que el jefe de Estado que se autodenomina "topo" que viene a destruir el Estado tal como lo conocimos, se dice que está avalado, aparentemente, por una buena parte de la sociedad que acompaña con su voto esa visión "desestatizada" de una Argentina que imaginan más moderna y mejor sin la indeseable presencia de esa construcción política que ordena y garantiza el cumplimiento del contrato social del país.

 

No obstante, esa visión de un país sin Estado, choca con la realidad.

 

Quienes se suelen prender al discurso antiestatista no parecen advertir las consecuencias que tendría sobre su propia vida la concreción de ese delirante anhelo libertario. Es común escuchar de boca de estos entusiastas de la idea, argumentos que denotan el más absoluto desconocimiento del rol central que el Estado cumple en la vida cotidiana de los argentinos.

 

La inversión que el Estado argentino ha hecho en la vida de cada ciudadano en salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad, infraestructura vial, energética, simbólica, cultural, etc. etc, es sistemáticamente soslayado por mecanismo mediáticos de negación, funcionales a este nuevo intento de hacer creer a la población que sin Estado todo va a ir mejor.

 

Pero es una trampa en la que caen los incautos o desinformados o los que se han acostumbrado a evaluar la marcha del país echando culpas a supuestos responsables. Porque el plan de estos "topos" no es destruir el Estado, sino ponerlo a su servicio, apropiarlo para la clase dominante a la que, ese nuevo "Estado" les garantizan tasas de acumulación astronómicas que se extraen de la cada vez más paupérrima cuota de bienestar del resto de la población.

 

Por lo pronto ya usan ese Estado para pagarle menos a los trabajadores, a los jubilados, a los docentes, a los médicos, para dejar de invertir en educación, en salud, en infraestructura, para garantizar que una porción creciente de los recursos vayan a parar a manos de los grandes grupos concentrados económicos que ya manejan buen aparte de la economía argentina.

 

Por eso viene bien para todos, pero especialmente para muchos que usan la negación como método argumental para apoyar esta destrucción estatal, que se enteren cada vez que van a atenderse a un hospital de la provincia, lo que paga el conjunto de los pampeanos, o sea el Estado provincial, en su recuperación.

 

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