La Nakba y la narrativa oficial en la Argentina
En medio de la decisión del gobierno de Benjamin Netanyahu de ocupar todo el territorio de Gaza y Cisjordania, el parlamento argentino recibió a legisladores israelíes que son cómplices institucionales de torturas, matanzas y detenciones arbitrarias.
Por Alí Mustafá
A 77 años de la catástrofe palestina (Nakba) y a pocos días de que el régimen israelí anunciara la ocupación total de Gaza mediante demoliciones, confiscaciones y el desplazamiento forzado de casi 2 millones de pobladores, en Argentina un grupo de diputados nacionales, de la Comisión Parlamentaria de “Amistad con el Estado de Israel”, recibió una comitiva de la Kneset (parlamento israelí) encabezada por su vicepresidente Erez Malul.
La senadora Guadalupe Tagliaferri (PRO), presidenta de la comisión, definió a la relación entre ambos países de respeto, con un vínculo de colaboración estrecha y resaltó el repudio a los atentados del 7 de octubre de 2023, pidiendo que vuelvan todos los rehenes a casa. Ninguno de los legisladores de todos los partidos que la integran hizo mención a las víctimas palestinas ocultando la cara más dolorosa del conflicto. La comitiva israelí agradeció el apoyo a Israel y su amistad en los momentos más difíciles.
Es admisible que los países mantengan relaciones de interés, comercio y cooperación. Sin embargo, el uso del término “amistad” resulta polémico. Porque, por un lado, implica un vínculo estrecho y profundo, como lo definía Atahualpa Yupanqui: “Amigo es ser uno en el cuero de otro”. Pero, también, la amistad puede entenderse como aquella que se construye en el ámbito social, entre individuos en una relación desigual, donde el más débil y timorato busca protección del más fuerte, en un acto de subordinación y dependencia.
Esta comisión fue creada en julio de 2024 para, entre otras cosas, solidarizarse con la “situación de penurias” que atraviesa israel y durante la presentación de la Comisión, se observó un fortalecimiento de la narrativa victimista del Estado de Israel, evidenciado en las declaraciones de sus integrantes. Este enfoque refleja una tendencia en la comunicación del oficialismo y de los medios hegemónicos que busca construir una percepción de victimización en medio de un conflicto del que popularmente se conoce poco.
Esta comisión oficial elude toda responsabilidad del gobierno de Netanyahu en la masacre de civiles (52.862 asesinados entre ellos más 18 mil niños y 116.480 heridos) considerados crímenes de guerra como actos violatorios del Derecho Internacional Humanitario y condenado por tratados y convenciones como la Convención de Ginebra y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
Simpatías partidarias.
No es secreto que muchos dirigentes de partidos políticos, como el la UCR, la CC, el PRO, LLA e incluso el PJ, no se sonrojan cuando muestran simpatía por los golpes de Estado, bombardeos a civiles y torturas. Se sienten cómodos adoptando posturas que los alinean con Israel, considerado por la comunidad internacional, como estado genocida. Para estos legisladores, apoyar a Israel puede resultarles erótico y excitante, en un sentido que trasciende lo político y se adentra en lo simbólico y emocional, en cambio otras agrupaciones de corte nacional y popular aún intentan mantener cierta neutralidad, autonomía y soberanía en sus posiciones, tal como lo venía haciendo la diplomacia de nuestro país hasta hace poco tiempo.
Esta comisión oficializada busca fortalecer las relaciones internacionales y el intercambio legislativo entre países, en cambio los grupos parlamentarios como el conformado por la diputada nacional Lorena Pokoik de Amistad con Palestina se enfocan en la legislación y la representación política dentro de una nación y tienen hoy mucha dificultad para lograr consensos y constituirse como una comisión oficial.
Las noticias sobre la situación de emergencia alimenticia y sanitaria en Gaza y Cisjordania, agravada por los bombardeos permanentes, difundidas por medios alternativos y en menor medida por los hegemónicos, son ampliamente conocidas por la clase política nacional e internacional, así como por organizaciones de ayuda humanitaria. También, la denuncia y procesamiento contra la diputada del Partido Obrero, Vanina Biasi, acusada de supuesto antisemitismo, visibilizó la problemática aún más en la dirigencia argentina, aunque sin la misma contundente solidaridad que recibe Israel desde el parlamento nacional.
Ordenes de captura.
Es importante recordar que la Comisión Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional han emitido órdenes de captura contra Netanyahu y miembros de su gabinete, evidenciando que Israel intenta redefinir su existencia mediante el sometimiento con guerras y políticas de apartheid. La evidencia muestra que Israel, como potencia militar y nuclear en la región, apoyada por la OTAN y Estados Unidos, continúa buscando aliados y cómplices políticos para sostener un régimen agresivo hacia sus vecinos árabes y de expoliación en diferentes partes del mundo.
Desde 2019, diversas provincias han entregado sus recursos hídricos a empresas como Mekorot, vinculada con intereses israelíes, en un proceso que involucra a los gobiernos de Alberto Fernández y Javier Milei. Grandes extensiones de tierra en la Patagonia están en manos de esos capitales, probablemente en cumplimiento del sueño de Teodoro Herzl, padre del sionismo, que en su libro “El Estado Judío” abonaba la idea de un asentamiento judío masivo en la Argentina. Por lo tanto, el funcionamiento de esta comisión parlamentaria puede interpretarse como una provocación, especialmente en el momento en que se conmemora la Nakba.
La pregunta principal que surge es si la Comisión en cuestión promueve valores de apoyo genuino y respeto compartido. En ese caso, probablemente se ajustaría a la definición de amistad propuesta por Atahualpa. Pero, si la relación se basa en intereses meramente económicos o en la explotación, sería más comparable a una amistad por conveniencia entre el débil y el fuerte.
En ambos casos, se trataría de una forma rara de amistad con un gobierno que está muy lejos del diálogo y la paz mundial y que obstaculizó desde su creación la soberanía de Argentina sobre las Malvinas y que, también, financió golpes de Estado en América Latina. Resulta paradójico el respaldo de legisladores considerados “progresistas” del campo nacional y popular. No obstante, aunque no pueda asegurarlo, fuentes oficiosas indicarían que la embajada y la DAIA no les estarían exigiendo demasiado a los actores de la oposición participantes de esta comisión. (Extractado de Tiempo Argentino)
Artículos relacionados