Los caminos del desencanto

La expresión "todos los caminos conducen a Roma" no tiene un autor específico reconocido, pero su origen se remonta a la Edad Media. Algunos de los que estudiaron el tema señalan que la frase fue acuñada por un autor francés llamado Alain de Lille, en 1175, en su obra "Liber Parabolarum". La frase original en latín era "mille viae ducunt homines per saecula Romam", que se traduciría como "mil caminos conducen eternamente a los hombres a Roma".

 

Según otros investigadores, el origen de la frase también podría estar relacionado con el "Milliarium Aureum". Se trata de un monumento ubicado en el Foro de la Antigua Roma, que marcaba el punto de partida de todas las calzadas de la ciudad, construido en el año 20 anntes de Cristo por el emperador Augusto. Destacaba así la posición de la capital, en aquella época el centro del mundo bajo la orden del Imperio Romano.

 

Se estima que más de 400 vías comunicaban a Roma con todas sus provincias, con una extensión próxima a los 70.000 kilómetros cuadrados. Para tomar dimensión, hay que tener en cuenta que durante muchísimos siglos Roma fue el centro neurálgico de cuanto sucedía en el planeta, por lo menos desde el año 27 AC hasta el 476 después de Cristo.

 

La frase sigue generando interés hasta el día de hoy, tanto que para saber si actualmente "todos los caminos siguen llevando a Roma", un grupo de alemanes decidió elaborar un mapa interactivo para confirmar la veracidad de la cita, incluyendo las distintas rutas para llegar a la capital de Italia.

 

Los investigadores Benedikt Grob, Philipp Schmitt y Raphael Reimann crearon una página web, llamada “Roads to Rome” (caminos a Roma, en inglés) donde terminaron marcando una red de caminos y carreteras que cubre 26.503.452 kilómetros cuadrados en el continente europeo. Un algoritmo busca el camino más corto desde cada punto de partida y marca con un trazo más grueso las vías más utilizadas. De este modo, el mapa refleja 486.713 caminos posibles a la capital de Italia.

 

El estudio termina demostrando que la frase refiere a toda una red de caminos que no era para nada pequeña.

 

A lo largo del tiempo, la cita ha sido interpretada de diferentes maneras, pero generalmente se la ha utilizado con un mismo sentido: expresar que hay múltiples maneras de lograr un objetivo o de llegar a un destino. También se la usa para graficar que hagamos lo que hagamos, o tomemos la decisión que tomemos, el fin último será el mismo.

 

Una ruta hacia la protesta.

 

La cita romana viene a cuento porque durante esta semana en nuestra provincia uno de los temas centrales fue el debate sobre el deterioro de las rutas. Todos los caminos conducen al reclamo hacia el gobierno nacional. Y no hay muchas diferencias cada vez que se elige un rumbo determinado.

 

Por la ruta 35 hay un corte sin arreglar después de un temporal registrado hace tres meses. Hasta los intendentes se juntan para hacer oír sus reclamos, pero todo sigue igual.

 

Por la ruta 5 ni se corta el pasto de las banquinas y para colmo avisan que se viene una privatización con nuevas cabinas de peajes para pagar por adelantando una incomprobable mejora a futuro. Mientras, el grupo de autoconvocados insiste con su protesta mensual, pidiendo por una autovía que no se ve ni en proyectos y advirtiendo por los crecientes riesgos de una transitada arteria en muy mal estado.

 

Por el deterioro de otras rutas hay tantas quejas que hasta un dirigente deportivo decidió denominar al próximo torneo con el curioso nombre de “Señores políticos, repavimenten la ruta 151”, como una nueva forma de visibilizar un reclamo que se torna cada vez más imperioso.

 

Senderos de unidad.

 

Obviamente, no es la única protesta que deba escuchar por estas horas el gobierno nacional. Durante esta semana también hubo manifestaciones en el sector de los trabajadores de la educación, de la salud y de ciencia y tecnología, más el más antiguo reclamo de los jubilados, solo por citar los más significativos.

 

Todos se van sumando y uniendo en una única lucha, que cada vez se hace más numerosa. Ya se han congregado en el Congreso y ya están pensando en profundizar una lucha conjunta que se haga escuchar frente a la Casa Rosada.

 

Si no aparece una solución, confluirán todos los senderos en la misma ruta del desencanto. Será como en el viejo dicho, pero adaptado a nuestra realidad: todos los caminos –aunque estén llenos de pozos- conducen hacia un masivo reclamo popular.

 

Y vaya paradoja: el destinatario viajó a Roma. Quizá aprenda algo, aunque sea a arreglar las rutas que lleven a todo el pueblo hacia un mismo lugar. Y sería bueno que cambiara ese destino, para que tenga que ver con el bienestar de los argentinos.

 

DANIEL ESPOSITO