Jueves 18 de septiembre 2025

Manifiesta prepotencia

Redaccion 18/09/2025 - 01.04.hs

Como no podía ser de otro modo, dados los antecedentes y la personalidad del hombre, la prepotencia del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump es manifiesta en cuanto a lo que a América Latina se refiere. Se sabe que los norteamericanos siempre han considerado al subcontinente como su “patio trasero” y han procedido en consecuencia y de acuerdo con sus intereses, ya sea bloqueando políticas, promoviendo dictadores o, directamente, tomando por la fuerza todo aquello que no les convenga.
En la actualidad, el enemigo elegido parece ser Venezuela, un país que quiere manejar su destino y, muy especialmente, administrar según su conveniencia su reserva petrolera, la más grande del mundo. Reviviendo la política del “gran garrote” que generaran y aplicaran algunos de sus antecesores, Donald Trump quiere que siga vigente aquel irónico dicho que variaba al original: “América para los americanos”, solo que anteponiendo el prefijo “norte”. De hecho, en apenas una semana y con el remanido pretexto (sin pruebas de narcotráfico) han hundido dos embarcaciones salidas de la costa venezolana, generando una quincena de muertos.
Sin embargo, movido por su prepotencia, Trump no ha vacilado en hacer declaraciones de muy grueso calibre dirigidas nada menos que a Brasil, en la actualidad el país más importante de América Latina…¿La causa? Su disgusto ante la condena que el Tribunal Federal Supremo de este país aplicara al ultraderechista Jair Bolsonaro por organizar un golpe de Estado contra las autoridades democráticamente elegidas. En las últimas semanas defendió públicamente a su amigo Bolsonaro, y se manifestó "sorprendido" y "descontento" por la situación. Y no se quedó solamente en palabras: incluyó a Brasil en la nómina de países a castigar económicamente y le impuso un arancel extra del 40% a los productos exportados a Estados Unidos, reconociendo que el caso Bolsonaro era el principal motivador para esa sanción. ¿Más? Anuló las visas de entrada a su país a once miembros del tribunal brasileño, con su presidente a la cabeza. En relación con el tema, una vocera de la Casa Blanca (es decir: el propio Trump hablando a través de otra persona) advirtió que está dispuesto a “usar medios militares” para “proteger la libertad de expresión en el mundo”,
Las declaraciones de Trump han convulsionado a la sociedad brasileña, en principio por la desfachatez del norteamericano al inmiscuirse abiertamente en un asunto de estricta competencia de la justicia del país; por otro, porque semejantes palabras alientan a la derecha brasileña, que todavía es fuerte en la Legislatura y quiere una amnistía o revocación del juicio. Contribuyen a una polarización de la sociedad. Detrás de todo también late, cómo no, la abierta amenaza al mejor estilo de Teodoro Roosevelt.
Frente a lo insólito de la situación, queda como un encomiable ejemplo la demostración de independencia por parte de la justicia brasileña, algo no demasiado común por estas latitudes. Ante semejantes actitudes, la reacción del presidente Lula fue serena y digna: “El presidente de un país no puede quedarse interfiriendo en las decisiones de otro país soberano. Si va a tomar distintas actitudes, es un problema de él. En Estados Unidos necesitan saber que no están tratando con una republiqueta bananera”.
 

 

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