Miércoles 17 de abril 2024

Objeciones irrefutables

Redacción 21/07/2023 - 08.28.hs

La audiencia pública sobre la represa El Baqueano realizada en San Rafael durante la semana pasada fue una muestra clara de las dos vertientes que campean en la actualidad en lo que hace a la política hídrica mendocina. Por un lado la tradicional, conservadora, despreciativa para con el concepto de unidad de cuenca e indiferente para con los daños que puede causar un aprovechamiento inconsulto del agua. Es decir, la que sostiene un sector dominante de la clase política mendocina en cuanto al caso del río Atuel y los derechos de La Pampa.

 

La otra postura, que no se avizoraba hasta un lustro atrás, es la manifestación de un sector razonable, que antepone criterios lógicos, científicos y también solidarios, contra la mezquindad de un sector socioeconómico y político con un común denominador, un sector –no hay que olvidar— que ha llegado a postular la eventual necesidad de separar a la provincia del resto del país si no se aceptan plenamente lo que considera sus intereses.

 

En la reunión, este último grupo antepuso al más conservador una serie de objeciones de una solidez irrefutable, tales como la falta de consulta al resto de la cuenca, la inoportunidad de la obra en un momento de real crisis hídrica, la actualmente discutible inserción ecológica de las presas de embalse, la absoluta falta de consulta a las demás provincias que integran la cuenca, los daños ecológicos y, en fin, “la carencia de fundamentos técnicos con números específicos (…) que tampoco tienen en cuenta cómo afectan a las poblaciones”. Es que más allá de las reactivaciones que la represa podría generar en el mercado inmobiliario (que de una u otra forma estaba presente, con sugerencias favorables a su punto de vista) “no pensar cómo se afecta aguas abajo es egoísta y preocupante”, sostuvieron quienes se inclinan por un enfoque integral, gratamente sorprendente para los pampeanos.

 

El gobierno de nuestra provincia, que ha vuelto a insistir con sus muy razonables pero hasta hoy inefectivas gestiones y reclamos, conviene que tenga presente que, en definitiva, antepone razones a un sector que directamente las ignora y hasta se diría que las desprecia, si se considera que lleva sin atender un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde hace tres años… Para más, un alto funcionario mendocino, apelando a una ironía barata ya que no a los argumentos valederos, se permitió decir que para La Pampa es una suerte de deporte nacional oponerse a los proyectos hídricos en territorio cuyano. De paso, al hablar de las multisectoriales que apoyan el proyecto se cuidó de no mencionar aquellas que objetan el proyecto y se apoyan en realidades indudables, ni mucho menos aludir a esas distintas tendencias en política hídrica que han aparecido en su provincia.

 

Estas nuevas voces mendocinas, que aparecen claras contrastando con décadas de necedad cuyana y abriéndose a consideraciones de índole regional, le crean a los sectores tradicionalistas y cerrados un frente interno que, por honesto y sólido en sus argumentos, les configura de por sí un problema. Valga como ejemplo su juicio ante la falta de enfoque integral al tema en cuanto al resto de los estados integrantes de la cuenca: “Con sólo este punto ni deberíamos estar en la instancia de audiencia pública”.

 

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