Poco entusiasmo frente a las elecciones

En un año signado por comicios provinciales, municipales y nacionales, la crisis económica y social se refleja en la política. Bajos registros de participación, desinterés y desconocimiento de las opciones electorales, es lo que dejan las elecciones.

 

IRINA SANTESTEBAN

 

Este año se cumplirán 40 años de la recuperación de la democracia, luego de siete años de dictadura y terrorismo de Estado. En aquella oportunidad, las elecciones y sus campañas previas, fueron entusiastas y reflejaban la ansiedad de las mayorías populares de recuperar la capacidad de elegir a los gobernantes y echar a los militares. Aunque fue una democracia condicionada por el poder militar y económico, la ciudadanía se volcó a la militancia y a la participación, en las urnas y las calles.

 

En descenso.

 

A cuatro décadas de aquellos hechos, previo a las PASO y la elección presidencial, en los comicios provinciales se advierte un declive en la participación popular. En el segundo distrito electoral del país, Córdoba, se dio la más baja concurrencia en las urnas desde 1983: solo votó el 68 por ciento del padrón.

 

En las elecciones del domingo 16 en Santa Fe, la participación fue todavía menor, del 58 por ciento, cuando en las PASO de 2019 ese porcentaje había sido del 79 por ciento.

 

Esos datos reflejan un sentimiento crítico de las mayorías populares hacia el sistema democrático electoral y un rechazo hacia una clase política que no brinda soluciones a los problemas cotidianos. Muestra también un bajo nivel de conciencia política de una parte del electorado, porque es comprensible que ante el descontento frente a gobiernos incapaces de abordar con algún grado de éxito los problemas más acuciantes de la población, se los castigue en las urnas. Pero es esperable también que la opción de rechazo sea votar candidatos o candidatas más sensibles a las necesidades populares.

 

En Santa Fe, el más votado y casi seguramente próximo gobernador, es Maximiliano Pullaro, de Juntos por el Cambio, aliado de Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau. Como se demostró con el gobierno nacional de 2015-2019, lo que vendrá en esa provincia no será más empleo, salario y seguridad, sino más ajuste y represión, la consabida receta de la derecha.

 

Deuda eterna.

 

Como en 1983, el país está ahogado por una enorme deuda externa, en particular la contraída en 2018 de manera irregular y fraudulenta, con el Fondo Monetario Internacional, por el ex presidente Mauricio Macri. En aquella oportunidad, Raúl Alfonsín recibió una deuda total de 43.000 millones de dólares, seis veces mayor de la que había en 1976. Gran parte provenía de empresas privadas, gracias a la “nacionalización” que llevó adelante el presidente del Banco Central, Domingo Cavallo.

 

Hoy el peso de la deuda externa es todavía peor. Al firmar el Acuerdo con el FMI, el actual gobierno del Frente de Todos convalidó aquella estafa cometida por Macri y el gobierno de Cambiemos. Los condicionamientos de ese Acuerdo explican el ajuste que se viene aplicando y que se traduce en bajos salarios y jubilaciones, incremento de la pobreza, deterioro de la educación y salud públicas, entre otros males que soporta el pueblo trabajador. A contramano de estas penurias, los grandes empresarios y el sector financiero, han tenido ganancias extraordinarias.

 

Jujuy.

 

Ganar elecciones no implica un cheque en blanco para que los gobernantes apliquen las recetas del FMI sin chistar. En estos años se demostró que el pueblo puede hacer tronar el escarmiento ante crisis insostenibles, como le pasó al presidente que tuvo que irse en helicóptero de la Casa Rosada en diciembre de 2001.

 

Jujuy es otro ejemplo. Carlos Sadir, el candidato del actual gobernador Gerardo Morales ganó las elecciones el 7 de mayo con un 49,5 por ciento de los votos, segundo fue el Frente de Todos con un 22 por ciento y en tercer lugar, en una elección histórica, el Frente de Izquierda con 12 por ciento.

 

Para Morales fue la frutilla del postre que lo elevó como precandidato a vicepresidente en la fórmula junto a Rodríguez Larreta, para las próximas PASO. Se jactaba de haber reinstaurado el “orden” en la provincia, tarea que inició en 2016, en su primer mandato como gobernador, con la persecución de la agrupación Tupac Amaru y la detención de su lideresa Milagro Sala, presa desde hace siete años y medio, con causas judiciales armadas.

 

Pero una cosa son las elecciones y otra muy distinta lo que pasa en la calle como escenario de las protestas populares. La rebelión de la docencia y de todo un pueblo contra la reforma constitucional que hizo aprobar Morales, más los cortes que siguen realizando las comunidades originarias que defienden sus territorios ancestrales frente a la voracidad de las empresas mineras, desmienten el supuesto “orden” del que pretende ufanarse el gobernador.

 

Mientras recorre el país en campaña hacia las PASO, va recibiendo repudios de amplios sectores que se solidarizan y apoyan la gesta del pueblo jujeño, cuya fortaleza se remonta a las guerras de la Independencia, cuando protagonizó el épico éxodo en 1812, al mando del general Manuel Belgrano.

 

Apagón.Mañana, 20 de julio, se cumplen 47 años de la Noche del Apagón, cuando en 1976 el Ejército secuestró a centenares de trabajadores del Ingenio Ledesma, 33 de los cuales permanecen desaparecidos. En esa ocasión se produjo un apagón eléctrico que facilitó el accionar de las bandas armadas, mientras la empresa facilitó las camionetas y las instalaciones para el secuestro y posterior detención ilegal de los trabajadores. Por esa causa fue procesado e imputado (luego absuelto por incapacidad) el empresario Carlos Blaquier, quien falleció este año sin haber pagado por su complicidad en esos crímenes.

 

Los pobladores de San Salvador, han denunciado que en la represión contra las manifestaciones de las pasadas semanas, se repitió ese accionar represivo, con camionetas de empresas contratistas del Estado provincial, sin patentes, que transportaban personal policial que allanaba domicilios sin orden judicial. Cualquier similitud con lo que sucedió en la dictadura, no es mera coincidencia.

 

En conmemoración de aquella jornada y en solidaridad con la actual lucha jujeña, mañana se realizará la marcha número 40 del Apagón, que va desde Calilegua hasta Libertador San Martín, donde se encuentra el ingenio. Y marchas similares en todo el país, incluyendo la Plaza de Mayo. Todo está grabado en la memoria...