Lunes 06 de octubre 2025

¿Qué hay detrás del pacto Milei-Bessent?

Redacción 06/10/2025 - 00.20.hs

El pacto Milei–Bessent desnuda algo más profundo que un salvataje financiero: la voluntad de Washington de colocar a la Argentina en el tablero geopolítico como pieza de su disputa con China.

 

DELFINA ROSSI

 

El pedido de auxilio al Tesoro de los Estados Unidos no es un hecho aislado, es la confirmación que el programa económico de Javier Milei fracasó. En abril, el gobierno ya había tenido que recurrir al FMI por USD 20.000 millones y, seis meses después de levantar el cepo, volvió a enfrentarse a la misma escasez de divisas.

 

La fuerte devaluación inicial y el blanqueo de capitales aportaron dólares en los primeros meses, pero el Banco Central fue incapaz de acumular reservas. La dinámica del carry trade, la creciente deuda en pesos medida en dólares y la decisión de no comprar divisas en plena liquidación de exportaciones -en un intento desesperado por forzar la baja del tipo de cambio y contener la inflación- dejaron a la economía sin oxígeno. Con el cepo liberado, hubo fuga récord de capitales, boom de importaciones y turismo dolarizado, las reservas volvieron a un punto crítico. La promesa de un “salvataje electoral” con un swap de USD 20.000 millones con el Tesoro de EE.UU. no es un plan económico: es la confesión de un callejón sin salida.

 

El anuncio de un swap de monedas con el Tesoro estadounidense -USD 20.000 millones según declaró Scott Bessent en redes sociales- es mucho más que un auxilio financiero: implica un nivel de subordinación política sin precedentes.

 

Bessent no solo habló de la negociación, también delineó la política económica argentina: dijo que Estados Unidos podría comprar deuda local, condicionó el fin de los beneficios impositivos para el agro exportador y adelantó posibles inversiones de empresas norteamericanas si Milei gana las elecciones. En otras palabras, un financista privado, hablando en nombre de Washington, se arrogó un rol de cogobernador de la economía argentina.

 

El trasfondo del pacto Milei–Bessent es geopolítico. En un Cono Sur mayoritariamente gobernado por fuerzas de centroizquierda, Washington busca en Milei un aliado estratégico frente a China. La disputa no es solo comercial o tecnológica, también es monetaria: los BRICS promueven el comercio en monedas propias y desafían la hegemonía del dólar, un camino que Argentina había empezado a transitar antes de romper esos lazos.

 

Por eso, la ayuda estadounidense está condicionada a un alineamiento político y económico que convierta a la Argentina en un bastión pro estadounidense en la región. En palabras de Bessent a Reuters, “la administración Trump espera consolidar lo que considera un giro a la derecha en los países latinoamericanos, incluyendo potencialmente a Colombia” (país que elegirá presidente en 2026). No es la primera vez: Trump ya había impulsado el megacrédito del FMI para sostener a Macri, y ahora vuelve a “rescatar” un proyecto político no peronista.

 

Intereses estratégicos.

 

La ayuda no es desinteresada. Argentina es considerada una “frontera prometedora” en minerales críticos, en particular el cobre y el litio, insumos clave para la transición energética, la inteligencia artificial y la industria militar. Washington busca garantizar acceso a estos recursos y posicionar al país como plataforma de desarrollo nuclear bajo su órbita.

 

El programa First, del Departamento de Estado, ya incorporó a Argentina como primer socio latinoamericano en materia de tecnología nuclear. En paralelo, Milei avanza en la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina SA, operadora de las tres centrales nucleares del país, y encargada de la construcción de pequeños reactores modulares, un proyecto que despierta gran interés de empresas y agencias estadounidenses.

 

La experiencia mexicana tras la crisis del Tequila en enero de 1994 anticipa la lógica de este tipo de acuerdos: el rescate de Clinton, por USD 20.000 millones, se aseguró con las regalías de la petrolera Pemex. En el caso argentino, la pregunta es inevitable: ¿qué concesiones -minerales, energía, infraestructura estratégica, alianza militar- se negocian hoy a cambio del auxilio financiero de Washington?

 

¿Quién es Bessent?

 

Scott Bessent no es un burócrata del Tesoro. Es un hombre de Wall Street con larga relación con la Argentina. Exsocio de Soros y fundador del fondo Key Square Group, fue un jugador clave durante el gobierno de Macri, comprando deuda emitida por Luis “Toto” Caputo y financiando a fintechs como Ualá. En abril, de acuerdo con El Economista, en un evento de JP Morgan, Bessent ya había dejado clara su mirada: “Si Argentina sufriera un shock externo, nosotros estaríamos dispuestos a ayudarlos con acceso al Exchange Stabilization Fund, siempre y cuando mantengan el curso”. Su fascinación con Milei no es casual: ve en él la oportunidad de un gobierno dispuesto a ceder soberanía a cambio de dólares.

 

Pero su interés no necesariamente se limita a la estrategia de Washington. La historia argentina ofrece paralelismos incómodos. En el Megacanje de 2001, el banquero David Mulford -ex secretario adjunto del Tesoro de los Estados Unidos- operó la reestructuración de deuda desde el Credit Suisse First Boston, cobrando 20 millones de dólares en comisiones personales. Hoy, con Bessent, cabe preguntarse si estamos frente a un nuevo caso en el que los negocios financieros y los intereses privados se disfrazan de política exterior.

 

El pacto Milei–Bessent desnuda algo más profundo que un salvataje financiero: la voluntad de Washington de colocar a la Argentina en el tablero geopolítico como pieza de su disputa con China, asegurando recursos estratégicos y condicionando el rumbo económico.

 

El problema no es solo la dependencia financiera, sino la renuncia a la autonomía política. Cada vez que la Argentina aceptó este tipo de “rescates”, terminó hipotecando su futuro. La historia nos recuerda que la soberanía no se negocia: se defiende con un proyecto nacional que priorice el desarrollo propio antes que los intereses ajenos. (El Destape)

 

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