Domingo 24 de marzo 2024

¿Se viene la mayor migración de la historia?

Redacción 25/11/2021 - 00.59.hs

Un efecto inesperado de la pandemia irrumpe en el polémico campo de las migraciones. Los países ricos están necesitando trabajadores en forma urgente.

 

JOSE ALBARRACIN

 

"Para el fin de este invierno, todos en Alemania estaremos o vacunados, o recuperados, o muertos". La tajante definición del joven ministro de Salud alemán, Jens Spahn, resuena con un dramatismo acorde a la situación del continente europeo, una vez más epicentro de la pandemia, con dos millones de contagios por semana, y con la perspectiva de un ominoso invierno que apenas está comenzando. Mientras los países ensayan distintas medidas de contención, la omnipresencia del Covid-19 impregna todos los aspectos de la vida, y hace aflorar viejos y nuevos conflictos.

 

Cuarentena.

 

El lunes el gobierno de Austria dispuso nuevamente la cuarentena estricta, para responder a la cuarta ola de contagios. El sábado anterior, una manifestación de más de cuarenta mil personas, protestando en Viena contra la medida, terminó en actos de violencia y vandalismo. Estas manifestaciones se multiplicaron por toda Europa, con parecidas características, con Rotterdam (Países Bajos) como el caso más grave.

 

Y es que de los treinta países con mayor número de contagios, veintisiete son europeos, con Austria, Eslovaquia, Eslovenia y República Checa ocupando el podio absoluto. Esto ocurre por cuanto si bien hay dos tercios de la población europea vacunados con dos dosis, la disparidad entre países es dramática. Mientras en Portugal está inmunizado el 81 por ciento de la población, en el otro extremo del continente, Bulgaria sólo ha vacunado una cuarta parte de sus habitantes.

 

En algunos países como Francia y Suiza ya rigen los "pasaportes sanitarios", documentos que acreditan la vacunación, y que deben ser presentados en forma obligatoria, tanto para abordar trenes y aviones, como para ingresar a restaurantes, cines o centros comerciales.

 

Obligatorio.

 

El gobierno austríaco ha anunciado, además, que en dos meses la vacunación será obligatoria, levantando críticas desde varios sectores ideológicos, pero demostrando, además, un claro fracaso político. Aunque dos tercios de su población esté vacunado, ya es claro que la idea de la "inmunidad del rebaño" no parece alcanzable, sobre todo en un contexto de fractura política, escépticos a la ciencia y diseminadores de falsas noticias por doquier.

 

Alto contraste con países periféricos como el nuestro que, si bien por estos días comienza a disfrutar del verano -y por ende de menos horas en espacios cerrados, donde el virus se propaga con mayor facilidad- experimenta un fuerte alivio en las restricciones. Esto es fruto de una adecuada provisión de vacunas -Argentina ya comenzó a hacer donaciones a países menos afortunados- pero también de una población que respondió adecuadamente a la emergencia, imbuida como está en una tradición cultural de educación pública, laicismo y respeto a la ciencia.

 

Y aunque los recursos estatales en países europeos son sensiblemente superiores, allá las consecuencias económicas de la pandemia ya adquieren notas dramáticas, con cuellos de botella en las cadenas de abastecimiento, fuertes aumentos en el precio de la energía, e índices de inflación no vistos hace décadas.

 

Trabajo y migración.

 

A todo esto, un efecto inesperado está comenzando a hacerse patente en el polémico campo de las migraciones. Y es que, durante los casi dos años de pandemia -donde la circulación se vio restringida por razones sanitarias- se interrumpió el flujo de migrantes económicos a los países centrales. Este fenómeno, sumado al envejecimiento poblacional y a la gran cantidad de personas que se retiraron del mercado laboral por incapacidad o jubilación temprana, hizo que la demanda de trabajadores haya crecido en forma notable. Y los países ricos, de ordinario refractarios a la inmigración, ahora se han lanzado a una curiosa competencia por captar trabajadores extranjeros calificados.

 

Trámites de visa abreviados. Facilitación de permisos de residencia. Cursos de capacitación laboral e idioma. Los recursos de seducción contrastan con la frialdad y el rechazo de hace apenas unos meses atrás.

 

Alemania ya anunció que va a necesitar incorporar unos cuatrocientos mil trabajadores extranjeros por año. Canadá calcula incorporar 1,2 millones de inmigrantes antes de 2023. Israel acaba de concretar un acuerdo para importar trabajadores sanitarios de Nepal. En Australia, las minas, hospitales y restaurantes tienen enormes demandas de personal, por lo que el gobierno ha duplicado la cantidad de visas disponibles (dato de color: un lavacopas en Sydney puede ganar ¡hasta 65 dólares por hora!).

 

Acaso ningún sector de la economía sea hoy tan fluido como el de los "nómades digitales", esto es, trabajadores jóvenes con capacitación en el mundo de la tecnología de computadoras y teléfonos inteligentes.

 

Así que, tal parece, la pandemia no sólo nos habrá regalado la curiosa experiencia de vivir encerrados y solitarios durante meses. También parece que, en forma inminente, provocará una de las migraciones masivas más importantes de la historia humana, que afectará a casi todos los países, y probablemente, a casi todas las familias.

 

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