Lunes 22 de abril 2024

Un gesto que vale destacar

Redaccion Avances 06/01/2023 - 19.00.hs

La mujer contó que la billetera perdida ese día “contenía el sustento de mi hogar y de mi hija para todo el mes. Estaba desesperada”.

 

El hombre recibe los saludos de enfermeras, de algún médico y personal del hospital que pasa a su lado... y un poco llama la atención. ¿Por qué esas felicitaciones?, es la pregunta que le gana al curioso. “Este hombre labura todos los días aquí vendiendo ropa” -medias, bufandas, gorros, etcétera- y “lo que sucedió es que devolvió una cartera que tenía el sueldo completo de una señora y también toda su documentación. Y pasó que cuando la mujer le quiso dar un dinero por su gesto se negó... sólo se prestó a que le saque una foto”, explicó una enfermera a un cronista de La Arena que circunstancialmente estaba en el Hospital Lucio Molas.

 

La mujer que perdió la billetera se ocupó después, en su Facebook, de contar que fue lo que pasó. “Resulta que fui al hospital por una urgencia y con papeles, y en el transcurso (mientras ingresaba) perdí mi cartera. No me di cuenta por el apuro que llevaba, pero una vez dentro ya no la tenía más... y me agarró la desesperación”, contó en las redes Pamela Olguín.

 

Agregó que la billetera “contenía el sustento de mi hogar y de mi hija para todo el mes. Estaba desesperada y juro que me volví loca, porque por más malabares que haga no podría llegar a fin de mes sin mi cartera, donde tenía un dinero importante”.

 

“Ahí estaba todo mi sueldo... me sentí terrible y salí fuera del hospital con la esperanza de que alguien la hubiera encontrado, alguien con dignidad y que me devolviera la cartera...”. Pero no la encontró y casi “las esperanzas ya las tenía perdidas hasta que este señor me dijo: ‘Señora, ¿puede ser que a usted se le cayó esto?’. Y me devolvió mi cartera completa”. En agradecimiento la señora le quiso dar dinero, “pero él se negó. Le pregunté si no se ofendía porque quería sacarle una foto para agradecerle en Facebook”, completó.

 

Julio César Fernández (47) es una persona que se gana la vida vendiendo en el puesto que tiene instalado frente a la entrada del Molas: “Vengo todos los días a las 8 de la mañana y me quedo hasta las 20. Hace unos siete años que estoy aquí, pero antes tuve este mismo puesto frente a la plaza San Martín, por ahí donde está el boliche La Morocha”, precisa.

 

 

Lindo gesto.

 

Por momentos la charla se interrumpe porque son muchas las personas que pasan y lo saludan. Entre ellos uno de los directores del Lucio Molas, Horacio Zalabardo; y también un antiguo trabajador del nosocomio como “El Uruguayo”, quienes se detienen a felicitarlo por el gesto: “Trabajo hace muchos años en el Hospital, y me acerqué a felicitarlo y agradecerle porque no siempre pasa. Es un ‘busca’ de todos los días y vale la pena destacar lo que hizo, porque no cualquiera...”, sostuvo Daniel Morales.

 

Julio César relató que “eran como las 6 de la tarde cuando fui a comprar cigarrillos al kiosco, y cuando volví y me senté para tomar unos mates vi la cartera tirada ahí en el piso. A la mañana anda por aquí muchísima gente, y si alguien pierde algo le sería más difícil encontrarlo, pero a la tarde circulan pocas personas”, indicó.

 

Agregó que dejó la cartera al lado de su mercadería -sobre los tablones que le sirven de mesa- e ingresó al hospital: “Ahí vi una mujer llorando y con signos de desesperación... parece que se le había bajado la presión en ese momento y estaba como descompuesta. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que había perdido la billetera con todo su sueldo y la documentación”, sonríe el hombre al recordar la escena.

 

La emoción de la mujer fue enorme cuando Julio le dijo: “Tranquila señora... ahí está su cartera”. Y efectivamente estaba con todo lo que Pamela había perdido, el dinero y los documentos. La mujer sólo atinó a agradecer y ofreció una recompensa que Julio se negó a recibir. “Eso sí, me pidió tomarme una foto”, dice ahora el hombre.

 

Julio vive con su madre Cecilia Lucero -supo trabajar en Casa de Gobierno (ya está jubilada) y alguna vez recibió un premio porque devolvió dos valiosos anillos que había encontrado-; y tiene un hijo, Emiliano, que también está con ellos pero que en estos momentos se encuentra trabajando de albañil en Telén.

 

A él no le sobra nada, pero tiene bien claro como se debe actuar en determinadas circunstancias. Es cierto que podría esperarse que ese tipo de acciones fueran lo corriente, pero sabemos bien que no es así. Por eso vale la pena destacarlo, y además que reciba como recompensa -al menos- el reconocimiento de quienes saben de su honestidad.

 

 

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