Oscar Pintor: imágenes que cuentan
Fue un verdadero protagonista de la fotografía de los 80, hasta que abandonó la actividad al sentir que ya nada lo inspiraba. Cuando una inundación en su casa deterioró cajas con negativos y fotos, descubrió un nuevo mundo creativo.
ROMINA MARASCHIO*
Las casualidades han sido determinantes en la vida de Oscar Pintor. Este sanjuanino que hoy tiene 67 años decidió estudiar arquitectura en la misma ciudad donde nació y fue ahí cuando descubrió su gusto por la fotografía.
Años después, cambió la arquitectura por la publicidad y el diseño gráfico y se instaló en Buenos Aires para no irse nunca más. Comenzó trabajando en varias agencias de diseño y haciendo fotografía publicitaria hasta que a comienzos de los 80 instaló su propio estudio de publicidad.
Consolidación.
Después de conocer la obra de grandes fotógrafos europeos y latinos y de hacer fotografía en su tiempo libre, decidió apostar fuerte a esta vocación.
"Recién a los 40 años empecé a trabajar en fotografía de expresión personal y es ahí donde empiezo con mi obra", explicó Pintor en una entrevista previa a su visita a Santa Rosa.
"Yo siempre hice una foto directa, es decir, trabajo directamente con la realidad, para encuadrarla y darle otro significado. Como decía un famoso fotógrafo, fotografiar una piedra pero que resulte más que una piedra", define Pintor.
Durante sus primeros tiempos, el blanco y negro fueron una constante en sus fotos, que tenían como ejes temáticos al paisaje y los interiores urbanos y rurales.
Después de trabajar 15 años intensamente en la fotografía y de sentir que era su gran pasión, Pintor no encontró más motivos para activar su cámara. "Se me apagó la lamparita en el entusiasmo de producir. Me seguía sintiendo fotógrafo, pero no producía", explica.
Hallazgo.
La fotografía de Pintor siempre se basó en la estética del hallazgo, en el juego de buscar y encontrar 'la foto'. Y un día de febrero de 1997 hizo otro descubrimiento que determinó su regreso a las exposiciones y las fotogalerías.
"A las 6 de la mañana me desperté inquieto con el ruido de la lluvia y la sensación de que algo no estaba bien. Bajé la escalera y me di cuenta que la casa estaba inundada. Un ruido de agua que caía a chorros me indicaba que se estaba llenando el sótano y yo miraba sin creer lo que estaba pasando", recuerda.
"Llegó el momento de pintar la casa y se amontonaron las bolsas de residuos para tirar. Una de ellas contenía una caja en la que había archivado gran cantidad de fotos familiares; rollos de negativos, transparencias color, copias papel blanco y negro y color. Era una masa informe que recuperé de la inundación y dejé secar con la idea de salvar algunos negativos. Antes de deshacerme definitivamente de esa bolsa llena de imágenes borroneadas y pegoteadas les eché una última mirada", continúa.
Oscar tomó la lupa y empezó a entrar lentamente en un sueño lleno de formas, colores y recuerdos entrañables. "Volví a experimentar ese vértigo que sentía al encontrar 'la foto' en la plancha de contactos -revive-. En esas fotos, simples y comunes fotos familiares, algunas ni siquiera disparadas por mí, rescaté mi historia familiar, una historia paralela a mi historia con la fotografía. Es como si en esas imágenes estuviese todo lo bueno y lo malo que pasaba a mi alrededor mientras yo hacía 'mi obra'".
Aquel hallazgo asombró a Pintor, que lo interpretó como "una señal", y volvió a encontrarle un sentido a la fotografía "ahora cargada con color y diseño".
Milagroso.
Cuando comenzó a mirar con detenimiento, Oscar quedó fascinado por las fotos del álbum de familia afectadas por rasgaduras, manchas y alteraciones de todo tipo. Fue entonces que pensó en las posibilidades de intervención que ofrece hoy la tecnología digital y realizó un registro de cada pieza. Después usó diferentes alternativas; superpuso fotos, alteró su color y contraste, les incorporó elementos visuales o algún texto. Así, construyó nuevas imágenes en las que confluyen los daños producidos por el agua y el paso del tiempo con sus propias intervenciones. Otro fotógrafo de trayectoria como Juan Travnik destaca que "esta obra reciente de Pintor muestra un giro importante en su planteo estético. Se dejó atrapar por esta nueva forma de expresarse que lo motivó, de una manera difícil de explicar racionalmente, como aquellas imágenes blanco y negro de la primera época".
"Encontré ese material que estaba destruido por el agua, lo encuadré y resultó otra imagen. En el fondo también es la estética del hallazgo", explica Pintor.
El resultado de aquella metamorfosis que tuvieron las fotos deterioradas por el agua y luego reconstruidas forman la muestra "Restos de una inundación", que traerá a Santa Rosa el próximo viernes 25 de septiembre.
Experiencia.
Después de su consolidación como fotógrafo en los '80, después del intervalo de diez años sin producir y del regreso con el hallazgo de las fotos pasadas por agua... ¿qué moviliza hoy a Oscar Pintor a seguir produciendo fotografía?
"Trato de volver otra vez a encontrar y encuadrar eso que a través de la fotografía adquiere otro sentido, otra emoción. Es poder encuadrar algo que para el observador común pasa de largo frente a un paisaje o un detalle, y donde el fotógrafo ve algo más", reflexiona.
Pero para ver un poco más allá que el resto de los mortales se requiere un entrenamiento. Y Pintor lo sabe. "No me gusta discriminar -aclara-, pero siempre digo que los fotógrafos vemos un poco más que el resto de la gente. A veces se consiguen cosas y a veces se falla. Cuando el espectador se emociona con una imagen, creo que el fotógrafo consigue el objetivo".
La obra de Pintor abarca desde retratos hasta paisajes, con y sin gente. "Si algo me llamó la atención, hago la foto", dice. Y ante la pregunta ¿hay alguna foto que no haría?, reflexiona un momento y responde: "no hago fotos donde tenga que pedir permiso a alguien para hacerla. No me gusta, tengo mucho pudor en robar la foto. No tengo ese impulso que tiene el fotoperiodista por ejemplo. Yo veo la imagen y, si no la puedo hacer en ese momento, vuelvo. Es un tipo de fotografía más pensada, más elaborada, en el sentido de que no es el instante".
Tendencias.
A la hora de definir las tendencias estéticas actuales de la fotografía, Pintor explica: "ha derivado en una onda muy conceptual, donde el hecho fotográfico se toma apenas como una herramienta para decir otras cosas, más sofisticadas, se aleja bastante del tipo de fotografía directa que me ha gustado hacer a mí, donde la realidad está ahí, sin tocar, sin manipular".
Asegura que no reniega de esa tendencia y que le gustan muchas cosas modernas "cuando tienen una idea atrás, cuando está bien realizada, porque no hay límites para el arte".
Al comparar la fotografía digital y la analógica, Pintor opina que "el hecho de cambiar la herramienta no significa nada. Es mucho más práctico hacer la foto, verla y tenerla en el momento, pero lo más importante es la imagen, no cómo se hizo". Y explica que sigue disfrutando "tanto una copia hecha en papel analógico, que es muy distinta de la copia que se hace en papel digital, pero que también tiene su encanto".
Del interior.
Nunca olvida su origen sanjuanino y eso hace que Oscar Pintor tenga una mirada más amplia del país y del oficio. Considera que no hay diferencias entre el trabajo de un fotógrafo de Buenos Aires y del interior, porque "es una actitud mental" y asegura que "el que tiene la pasión de la fotografía y de encontrar la imagen lo hace en cualquier lado. Eso sí, en Buenos Aires hay mucha influencia y, si uno quiere, puede ir a exposiciones y muestras todos los días".
Justamente por eso Pintor dice que valora mucho el trabajo de los fotógrafos del interior. "Sé cómo es el contexto artístico, cultural, social en el interior. Yo casi valoro más a quien hace una obra en el interior que a los fotógrafos de Buenos Aires".
A la hora de hablar de su rutina de trabajo que lo lleva a buscar y encontrar 'la foto', Oscar explica: "trato de ir con la cámara por la vida y que me sorprenda la imagen. Cuando viajo estoy más abierto y concentrado en buscar la imagen. Buenos Aires tiene un ritmo del que es difícil sustraerse, por eso siempre que puedo me tomo un tiempo para hacer alguna escapada".
Ese tiempo que se da Pintor para viajar lo traerá a Santa Rosa. Aquí presentará su muestra "Restos de una inundación", hablará con los fotógrafos locales y seguramente dejará que alguna imagen lo sorprenda para capturar con su cámara y hacer de ese momento una eternidad.
* Licenciada en Comunicación Social
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