El jefe civil de la dictadura
Julián Zícari en el análisis de las políticas Martínez de Hoz profundiza en la relación entre el plan económico y la represión política, sosteniendo que las transformaciones económicas fueron el verdadero objetivo del genocidio.
Sergio De Matteo *
Los proyectos políticos en nuestro país están en pugna desde la propia Revolución de Mayo; así como los modelos económicos. Cada época tuvo su hegemonía e implementó políticas públicas que beneficiaron a cierto sector y perjudicaron a otro. En ciertas circunstancias el reparto de la riqueza fue en partes iguales, el 50% para los dueños de los aparatos productivos y el otro 50% para los trabajadores. A grandes rasgos subsisten y pelean dos ideas de Nación en la historia argentina, la conservadora u oligárquica, y la industrial o de la representación obrera; así como tres modelos económicos, el agroexportador (Generación del ‘80 y del Centenario), el de la industrialización (sustitución de importaciones) y de la especulación financiera (Dictadura, Menem, De La Rúa, Macri y Milei).
El doctor en Ciencias Sociales y magister en Historia Económica, Julián Zícari, en su libro recientemente publicado (ya lleva una 4ta. edición), “Martínez de Hoz. El jefe civil de la dictadura”, ofrece un análisis exhaustivo y crítico sobre ministro de Economía de la última dictadura y su rol fundamental durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) en Argentina. El autor, que es profesor en las universidades públicas UBA, UNDAV y UNLA e investigador del CONICET, se basa en una investigación minuciosa que incluye los propios escritos, discursos y entrevistas del exministro, así como el contexto histórico y económico de la época. Zícari también es licenciado en las carreras de Economía, Psicología, Historia y Filosofía; además ha publicado en Ediciones Continente los libros “Camino al colapso. Cómo llegamos los argentinos al 2001” (2018), “Crisis económicas argentinas. De Mitre a Macri” (2020) y “Rap de vida de un pibe chorro” (novela, 2023). La editorial Cooperativa Callao publicó su trabajo “Mercado Libre. La empresa más grande de la Argentina y los riesgos de la economía de plataformas” (2022).
La contratapa de la obra nos anticipa que “José Alfredo Martínez de Hoz ha sido hasta ahora la persona más misteriosa y poco estudiada de la última dictadura militar argentina (1976-1983). No solo fue el ministro de Economía que llevó a cabo el brutal endeudamiento del país, la desindustrialización, la reforma financiera, empoderó a los grandes grupos económicos con la patria contratista , aplicó la tablita, creó la plata dulce y demás, sino que también fue el verdadero jefe político del gobierno de facto. Fue el funcionario con más poder del régimen militar, incluso más poderoso que la propia Junta. Así, sacó y puso ministros, gobernadores, funcionarios, marcó el rumbo de la presidencia de Videla y concentró una alta cantidad de atributos que hasta ahora no han sido analizados”. Cierra diciendo que “el libro se propone no solo analizar a Martínez de Hoz y su programa, sino que a través de la voz de los máximos responsables de la dictadura (en entrevistas, declaraciones en la prensa, sus libros de memoria y discursos), se explicitan las metas buscadas por el gobierno de facto”.
Antes de la presentación el próximo jueves 11 de septiembre a las 10 hs en el salón de la Dirección Provincial de Vialidad (Av. Spinetto 1221), organizado por UPCN Seccional La Pampa, dialogamos con el investigador Julián Zícari.
- Habías trabajado en libros anteriores sobre el estallido de 2001 y las crisis económicas de Mitre a Macri, ¿qué agrega está nueva investigación sobre Martínez de Hoz a tus análisis económicos de la Argentina?
- Lo fundamental es tratar de pensar el período en que se generó un quiebre central en la historia económica argentina, en el modelo de acumulación, incluso en el modelo de sociedad que venía funcionando y que a partir de la dictadura va a tener cambios bastante ostensibles, de los cuales hoy todavía los padecemos. Entonces me llamaba la atención la falta de libros e investigaciones sobre la política de Martínez de Hoz; cómo se había estructurado el plan económico, cómo funcionaba, cuáles fueron sus principales características, por qué se hicieron determinadas medidas, por qué se llevaron a cabo. Traté de estudiar en más detalle la política antiinflacionaria, la reforma bancaria, la apertura económica. No había prácticamente nada y me encontré con un desierto bastante grande a la hora de llevar adelante la investigación. El libro nace un poco con la premisa de que uno quiere desanudar o revertir las peores consecuencias de lo realizado por Martínez de Hoz; por lo tanto, primero ha que entender qué pasó, qué es lo que se quebró, cómo se hizo, para poder después desarmarlo. Entonces, un poco eso motivó el trabajo.
- Explicanos la hipótesis que afirma que Martínez de Hoz fue “el verdadero jefe político” de la dictadura, concretado en el poder centralizado en una figura civil.
- El concepto de jefatura política corresponde a tres o cuatro ideas centrales de qué es lo que se entiende por un jefe político. La primera es pensar a Martínez de Hoz como un gran estratega a la hora de dirigir los pasos fundamentales de la realización del golpe y las medidas que se tomaron durante la dictadura. Es el que marcó las líneas directas, los objetivos refundacionales, la idea de que más allá de la llamada victoria militar sobre la subversión era necesario una reforma más profunda de la sociedad. Era quien controlaba el gabinete. Los mismos protagonistas decían que Videla se subordinaba a él; entonces manejaba distintas áreas, hasta la cancillería. Con su táctica logró sacar a todos los rivales políticos al interior del gabinete. En ese sentido, Martínez de Hoz es fundamental, pero, a su vez, es también fundamental porque es el que tomó las decisiones de los grandes hitos, por así llamarlo, las marcas más palpables y consecuencias de la dictadura: aplicó la reforma financiera, controló gran parte del gabinete, hizo la apertura económica, la desindustrialización, la “tablita”, la “patria contratista”. Fue el ministro que empoderó a los grandes grupos económicos, manejó las relaciones internacionales; es el que nos sobreendeudó, el que hizo la reforma sindical, el del quiebre distributivo, es el que implementó la caída salarial, la reforma del Estado, la descentralización administrativa. Bueno, una serie de elementos centrales de la dictadura, que son todos los cambios que quedaron manos de Martínez de Hoz. Y el tercer motivo que podemos decir sobre el jefe político, porque también así era percibido por los protagonistas del contexto, desde la guerrilla, la cúpula militar, las corporaciones empresarias, las grandes potencias económicas, los partidos políticos, la iglesia, el sindicalismo, la prensa. Todos estos actores resaltaban que el que mandaba era Martínez de Hoz. También la jefatura política, como solían decir Borges y Bioy Casares, “ser, es ser percibido”, era como lo percibían los demás. En consecuencia, estas tres ideas permiten entender su poder político.
El programa del Proceso de Reorganización Nacional, que era el objetivo central de la dictadura, se intentó llevar adelante con dos grandes estrategias, ya sea por un lado la represiva, a través de la represión clandestina, el genocidio, las torturas, la violencia, los desaparecidos; y la otra fue mediante la reforma económica, que a mi entender las dos estrategias son igual de importantes. Queda claro que la estrategia represiva, primero, fue llevada adelante por las tres fuerzas armadas, más todas las fuerzas de seguridad, más todas las policías provinciales, más gendarmería, prefectura. En cambio, la estrategia económica fue llevada adelante por una sola persona, que es Martínez de Hoz. A su vez, la reforma, la estrategia represiva, la represión dura, en realidad duró solo dos años; mientras que la reforma económica duró mucho más. Hay que entender que el peso descollante del rol de Martínez de Hoz era muy superior, entonces no sólo se lo puede pensar en tanto el que llevó adelante el programa económico, sino que también el programa político y condujo los pasos centrales durante la presidencia de Videla, durante esos cinco años.
- ¿Cómo se implementaron y qué consecuencias tuvieron políticas económicas como la “tablita”, la desindustrialización y el endeudamiento externo?
- La “tablita” tuvo como objetivo central la supuesta idea de bajar la inflación. El tema que es importantísimo entender, es que esas ideas implicaron, para bajar la inflación, una mayor agresividad en la apertura económica y además un dólar atrasado. Eso empezó a ser una avalancha importadora que hacía que la industria local no estuviera en condiciones de producir, entonces, por un lado se generaba un desastre productivo y, a la vez, las lógicas de especulación financiera, del endeudamiento, en un contexto de abundancia de capitales, de liquidez. Lo cual permitió ir zapando el primer tiempo los grandes baches y problemas que generaba la política de toma de deuda, hasta que, finalmente, esa bola de deuda y el cambio de condiciones internacionales empezaron a generar una explosión, ya sea financiera, bancaria, de deuda productiva industrial, cambiaria. Esa política generaron grandes estragos, terribles, y los más significativos de la herencia final del modelo de Martínez de Hoz. Finalmente, gran parte de esa deuda que, incluso tomada por los privados, iba a terminar siendo estatizada por la dictadura.
- ¿De qué manera esas reformas debilitaron al movimiento sindical y al peronismo?
- Hay que entender que el “Proceso” fue una persecución esencialmente contra el movimiento obrero y contra el peronismo. La idea era terminar con la sociedad peronista y con la fortaleza del sindicalismo existente en el país. Acá se conjugaron las dos estrategias de manera complementarias y solidarias entre sí, por un lado la estrategia represiva, donde estuvo el foco central en generar un gran disciplinamiento social y, sobre todo, el disciplinamiento de la lucha política y sindical.
Entonces, acá no solo se intervinieron los sindicatos, se prohibieron el derecho de reunión, las asambleas, la democracia interna, la participación, sino que fueron asesinados los principales líderes sindicales, fueron desaparecidos. El grueso del aparato represivo y las víctimas recayó sobre el sindicalismo, por lo tanto esto gestó un disciplinamiento y una transformación muy grande. A la vez que se fue modificando la fisonomía económica de la sociedad argentina, así como las pautas distributivas, las pautas de funcionamiento, el quiebre de la industria. Las mutaciones que fue generando al interior de las ocupaciones laborales produjeron una nueva estructura de relaciones de poder, otras pautas distributivas y un disciplinamiento muy diferente. Supeditando a la organización obrera a un rol subordinado en comparación al que ocupaba previamente e, incluso, la hegemonía central del peronismo, que era imbatible electoralmente previo a la dictadura, se perdió. En consecuencia, uno de los cambios más significativos es que, apenas terminada la dictadura, cuando se hacen las primeras elecciones libres, abiertas, transparentes y democráticas, el peronismo es derrotado; algo que nunca antes había pasado. Esto es una de las herencias y consecuencias del programa dictatorial.
- ¿Qué rol jugó la “patria contratista” o la “plata dulce” en la concentración del poder económico?
- La “patria contratista” fue central en la medida que pudieron conseguir una serie de contratos y de prevendas privilegiadas con respecto al Estado; además tuvieron créditos blandos, sobreprecios y compras privilegiadas. A los dueños del capital se les entregaron áreas muy rentables y, a su vez, como comentábamos antes, la estatización de gran parte de la deuda de los grandes actores económicos iba a terminar consolidándolos. No obstante, lo que es interesante hacer notar, es que frente a un contexto general de desindustrialización, regresión económica y quiebre de muchas empresas, algunos empresarios se endeudaron en el exterior, y con ese dinero compraron muchas de estas empresas en quiebra. La inversión no fue porque creciera la economía, sino que desarrollaron una estrategia de multiimplantación sectorial, controlando varios sectores y resortes centrales de la economía que les iba a permitir tener un control muy grande del poder económico en el país. En dicho contexto se supieron mover y, a la postre, ese endeudamiento en el exterior lo iba a terminar asumiendo el Estado. Entonces, esto erigió un nuevo núcleo de poder y también nuevas lógicas de funcionamiento por parte de estos actores en la sociedad, las que terminaron implicando consecuencias y quiebres estructurales en el país.
- ¿Qué similitudes identificás entre el modelo económico de Martínez de Hoz y las propuestas contemporáneas de Menem, Macri y Milei?
- Las similitudes de los modelos económicos tienen una continuidad muy profunda, o sea entre Martínez de Hoz, Menem, Macri y Milei; que son modelos de apertura económica, desregulación, privatizaciones, de descuido del mercado interno, de desindustrialización, de caída del salario, de aumento de las desigualdades, de aliento a la especulación financiera, de endeudamiento. Políticas económicas que se implementan con la represión de los trabajadores, la flexibilización del trabajo, del recorte de derechos. También plantean una estrategia de inserción internacional de manera subordinada a los países desarrollados, de primarización productiva. Todas estas cuestiones centrales, trístemente, se siguen repitiendo en los últimos 50 años y lo que han hecho estos gobiernos es el abandono definitivo del modelo de país industrial, del mercado internista, de soñar con el desarrollo, de soñar con un país más justo, más inclusivo. Al contrario del modelo neoliberal, Argentina había llegado a tener los salarios más altos de América Latina, el mejor tejido industrial y productivo; pero a todo eso lo han ido desarmando y lo continúan haciendo actualmente. Entonces, observamos que las consecuencias son de largo plazo.
* Colaborador
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