Jueves 25 de abril 2024

No olvidar a Cabezas

Redaccion Avances 28/08/2022 - 09.00.hs

Desde el mes de mayo se puede ver en la plataforma Netflix el largometraje “El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas”. Los hechos, los culpables y la memoria ante todo.

 

Tomás Villarreal D’Atri *

 

En mayo, la plataforma de la N roja estrenó un largometraje titulado “El fotógrafo y el cartero: el crimen de Cabezas”, que, como su nombre bien lo indica, relata el trágico episodio del asesinato de José Luis Cabezas, un reconocido fotógrafo que fue brutalmente asesinado por cumplir con su trabajo. 25 años han transcurrido de aquel brutal homicidio y el documental tiene un claro propósito. En primer lugar, que no nos olvidemos de Cabezas, cumpliendo un importante rol de memoria en nuestra sociedad, y, por otra parte, explicitar quiénes fueron los culpables: el empresario Alfredo Yabrán, como actor intelectual del crimen, y quiénes ejecutaron sus órdenes, la policía bonaerense.

 

Alejandro Hartmann es el director de esta producción, quien ya había trabajado anteriormente para la misma plataforma con la miniserie “Carmel: ¿Quién mató a María Marta?”, donde se explora el misterio en torno al asesinato de la socióloga María Marta García Belsunce en 2002, caso que sigue vigente en la justicia hasta el día de hoy.

 

La dirección y la edición de este documental están muy bien organizados, con un montaje prolijo que vuelve muy ágil a la producción. Esto genera que no aburra en ningún momento ni que se vuelva lento, además que resulta sumamente conmovedor. Es imposible que el espectador no termine de ver este largometraje con un sentimiento de impotencia e indignación al conocer en detalle lo sucedido. La forma del director de contarnos los hechos es a través de entrevistas actuales a varias figuras claves de ese momento –Gabriel Michi (el periodista y compañero de Cabezas, que estuvo con él hasta horas antes del asesinato), la esposa de José Luis, el abogado de la familia, uno de los fiscales del caso, e incluso aparece Eduardo Duhalde–, además del uso de distintos fragmentos de noticieros, fotografías y reportajes contemporáneos al episodio ocurrido. Sin dudas, Hartmann realizó un gran trabajo de archivo e investigación para llevar a cabo su proyecto. 

 

Si hablamos de décadas de corrupción política, negligencia policial y judicial, desigualdad social, etcétera, sin duda ese premio se lo llevan los 90’, con las presidencias de Carlos Saúl Menem. Es en este contexto cuando un joven llamado José Luis Cabezas, ya reconocido reportero gráfico y fotógrafo que trabajaba para la revista Noticias, fue hallado incinerado junto a su auto en medio de la ruta, cerca de General Juan Madariaga y a pocos kilómetros de Pinamar. Este crimen ocurrió en enero de 1997; Cabezas y Michi habían ido a cubrir la temporada de verano en Pinamar, para la revista donde trabajaban, ya que en esta ciudad costera siempre iban a vacacionar importantes figuras de la política y poderosos empresarios. La noche anterior al homicidio, los dos reporteros habían estado en una fiesta de un reconocido empresario, Gabriel Michi se fue no tan tarde, pero José Luis decidió quedarse un rato más. Esta fue la última vez que los compañeros estarían juntos, ya que Cabezas antes de regresar a su casa fue interceptado; lo torturaron de camino hacia la ruta, le dispararon en la cabeza y luego lo quemaron junto a su auto.  

 

La figurita difícil.

 

¿Por qué Cabezas sufrió este cruel destino? Debemos remontarnos a un año antes, hacia el verano de 1996, devuelta en Pinamar, cuando José Luis sacó una fotografía que iba a generar un revuelo mediático y político sin antecedentes. La foto era la de un empresario llamado Alfredo Yabrán, una enigmática figura de la que nadie había obtenido ninguna imagen previamente. Este oscuro personaje, si bien no se sabía mucho de él, era una de las personas más poderosas del país, no sólo porque contaba con el monopolio de los correos, sino que además todo lo que se importaba y se exportaba del país pasaba por sus manos. Tenía mucha relación con Menem, de aquí se entiende que el ex presidente lo defendió hasta el final, incluso cuando se probó su culpabilidad en el asesinato; pero también era el enemigo número uno del ex ministro de economía Domingo Cavallo, quién lo había culpado públicamente de formar parte de una gran mafia empresarial. Es por esto último que el periodismo estaba tan interesado en conocer cómo era y cómo se veía esta persona.

 

El mismo año de la foto a Yabrán hubo otro acontecimiento central para entender por qué ocurrió lo que ocurrió. Cabezas le sacó una foto al jefe de la policía bonaerense, Pedro Klodczyk, para una nota en Noticias que se tituló “Maldita Policía”, donde se denunciaba la enorme corrupción que envolvía a esta institución. A Duhalde, gobernador de Buenos Aires en ese entonces, no le quedó otra que despedir a Klodczyk, sobre todo porque estaba en plena campaña presidencial al haberse separado y enemistado con el presidente. La hipocresía del ex gobernador se volvió evidente, ya que tiempo atrás había expresado públicamente que “en la provincia tenemos la mejor policía del mundo”.

 

No pretendo entrar en tanto detalle, ya que para eso recomendamos ver el largometraje, pero en síntesis, lo que ocurrió fue que por órdenes de Alfredo Yabrán, se contrató a un policía bonaerense llamado Gustavo Prellezo, y este, a su vez, contrató a una famosa banda delictiva llamada Los Horneros, quienes llevaran a cabo el asesinato de José Luis Cabezas. Hubo múltiples policías de Pinamar involucrados y miembros de la custodia personal del empresario, encargados de la logística, sobre todo el jefe llamado Gregorio Ríos. Todo esto salió a la luz después de un gran trabajo de investigación, y luego de una serie de falsas acusaciones, que logró dar finalmente con los verdaderos culpables y conseguir la orden de detención de Yabrán. En 1998, inmediatamente después de ordenarse su arresto, el empresario se atrincheró en una de sus propiedades y cuando ya estaba rodeado y sin salida, decidió quitarse la vida y así evitar enfrentarse a la justicia.

 

El crimen de Cabezas generó un revuelo absoluto en toda la sociedad argentina, además de la indignación por el hecho en sí, había una acumulación de angustia que se venía gestando desde años anteriores con los atentados a la AMIA y a la embajada de Israel, la explosión de Río Tercero, la sospechosa muerte de Carlos Menem Jr. La gente ya estaba cansada de la corrupción política que alcanzaba a todas las instituciones, mientras que la tele mostraba a Menem paseando con sus modelos, en autos de lujo importados y rodeado de personajes más que cuestionables. El documental también afirma que esta tragedia hirió profundamente la imagen de Eduardo Duhalde, quien parecía que iba a ser el próximo presidente, pero que terminó siendo derrotado por Fernando de la Rúa. Duhalde se tomó muy personal el crimen de Cabezas, al punto de afirmar que el gobierno nacional “le había tirado un muerto”, pero la realidad es que su policía fue tan culpable como el mismo Yabrán en el homicidio.

 

No olvidar.

 

Aunque tras los juicios a los implicados se condenó a la mayoría a cadena perpetua, actualmente ya están todos en libertad, dejándonos la sensación de que no pagaron lo suficiente por el horroroso delito que llevaron a cabo.

 

Considero que estos tipos de contenidos son más que necesarios para la sociedad argentina, ya que recuperan episodios claves de nuestra historia relacionados a crímenes, negligencias, violaciones a los derechos humanos, por solo dar algunos ejemplos, en contextos de gobiernos democráticos. La memoria no significa simplemente rememorar un acontecimiento o a personas, consiste también en evitar el olvido, evitar que situaciones así se repitan en el presente y en el futuro. Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Facundo, los adolescentes de la masacre de San Miguel del Monte, son algunos de los casos de injusticias ocurridos en los últimos años y en plena democracia. Por lo que resulta evidente que el papel de la memoria debe afianzarse más que nunca.

 

Cierro con la frase más característica de las movilizaciones en reclamo de justicia y memoria por José Luis: “No se olviden de Cabezas”.

 

* Colaborador. Profesor de Historia - UNLPam

 

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