Rapa Nui, el fenómeno de las estatuas gigantes
Ubicada en medio del océano Pacífico, la isla de Rapa Nui, con sus gigantescos moais (estatuas humanoides de piedra), ha sido objeto durante años de estudios arqueológicos que permitieron reconstruir el desarrollo de una cultura de rasgos únicos en el mundo.
Carmen Esquivel *
La conocida también como Isla de Pascua, de apenas 163,6 kilómetros cuadrados, es un territorio especial de Chile, se encuentra a unos tres mil 800 kilómetros de la parte continental y constituye uno de los principales destinos turísticos de este país.
Hijo de uno de los habitantes originarios de este lugar y reelecto en varias ocasiones como alcalde desde 1992, Pedro Edmunds Paoa conoce como pocos la historia de este lugar y gustoso accedió a conceder una entrevista a Prensa Latina.
“Nosotros tenemos contabilizados actualmente 847 moais porque cuando se secó el humedal del volcán Rano Raraku, donde se fabricaban, adentro se encontró uno más, probablemente de fecha más reciente”, dijo.
Se trata de esculturas monolíticas que alcanzan hasta los cuatro metros de altura, con un peso superior a las 10 toneladas, y cada una de ellas representa a un personaje que existió alguna vez en la historia.
“Aquí la cultura y la religión misma se basa en la veneración y el respeto a los ancestros y por eso ellos decidieron hacer su imagen en piedra”, explicó Edmunds Paoa.
Aunque la casi totalidad de las estatuas esparcidas por el territorio muestran solo la cabeza y el torso, estudios más recientes indican que son mucho más grandes y el cuerpo permanece enterrado.
Preguntado sobre el tema, el alcalde respondió: Es obvio que si tuviéramos que sacar la tierra y despejarlo vamos a ver el cuerpo entero, aseguró.
Nuestro pueblo ya lo sabía, porque la historia se transmite de generación en generación, pero la ciencia tiene que cerciorarse con hechos y cuando hicieron las excavaciones encontraron que lo que cuenta la tradición oral es verídico.
Explicó que las estatuas se construyeron a semejanza de un personaje y las bajaron del volcán de manera vertical, como se hace con un refrigerador, amarradas con cuerdas, y luego fueron instaladas sobre una plataforma, debajo de la cual están enterrados los restos de sus descendientes.
“Entonces si tuviéramos que describirlo en tiempos de hoy esto es como un cementerio donde tienen la imagen de un ancestro en vez de una cruz”.
Con el paso del tiempo, estamos hablando de casi dos mil años, la lluvia y el barro de la ladera del volcán fueron cubriendo la figura, de manera tal que hoy día solamente se ven las cabezas.
Primeros habitantes.
Los primeros habitantes de Rapa Nui provinieron de La Polinesia, y hacia los años mil y mil 500 la “Isla Grande” alcanzó su mayor auge cultural, cuando su población llegó a alcanzar entre 20 mil y 25 mil pobladores, mucho más del doble de la de hoy, que es unos 10 mil.
En esa época deben haberse esculpidos los moais porque era necesaria una población importante para hacer este trabajo a mano y mover estas moles de hasta 12 toneladas cada una por un terreno pedregoso hasta donde están hoy, y con una delicadeza que llegaban en perfecto estado, dijo el jefe edil.
Científicamente hablando, hay mucha información para comprobar que la isla en algún momento llegó a tener una población grande y eso está demostrado en los vestigios arqueológicos.
Consultado sobre el declive de la cultura Rapa Nui, explicó Edmunds Paoa que alrededor del siglo XVII la isla sufrió una carestía de alimentos, probablemente por los cambios que enfrenta el planeta cada cierto tiempo, a veces de mucho calor, sequía y otros de mucha lluvia.
Esa situación llevó a una guerra civil entre las diferentes tribus que produjo una reducción drástica de la población. Se dice que cuando el primer europeo llegó a la isla, en 1722, el marino holandés Jakob Roggeveen encontró una población disminuida y con una carestía y una pobreza tremendas.
Eso se agravó cuando en 1862-1868 flotas de naves peruanas, españolas y chilenas se llevaron alrededor de mil 500 personas como esclavos y finalmente Rapa Nui terminó con 111 personas, según el censo de 1865, y de esas poco más de 100 personas descendemos los rapa nui que tenemos hoy día, explicó.
Patrimonio.
En 1995 la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) decidió declarar como Patrimonio de la Humanidad al Parque Nacional de Rapa Nui, “asentado en una isla que ofrece el testimonio de un fenómeno cultural único en el mundo”.
La sociedad de origen polinesio creó, al margen de toda influencia externa, grandiosas formas arquitectónicas y esculturales dotadas de una gran fuerza, imaginación y originalidad, señaló el veredicto de la Unesco.
Añadió que del siglo X al XVI construyó santuarios y esculpió numerosos moais, gigantescos personajes de piedra que forman un paisaje cultural inigualable y fascinan hoy al mundo entero.
“Yo valoro el hecho de que Rapa Nui haya pasado a ser Patrimonio porque nos sitúa dentro de los sitios históricos a resguardar y respetar por la humanidad, pero también a quererlo y amarlo”, expresó el alcalde.
Señaló que el hecho de estar reconocido por una institución de Naciones Unidas le da una relevancia y un prestigio al sitio, pero también obliga al país a hacerse cargo, a cuidarlo, protegerlo y evitar el vandalismo.
En 2022 un incendio afectó más de 100 hectáreas del parque, incluido el cráter donde se elaboraban los moais, pero hoy ya prácticamente está recuperada la flora y la fauna, dijo el alcalde.
Respecto a las estatuas dañadas, señaló que la Unesco hizo un informe muy detallado de los materiales para repararlas y esos recursos ya están encaminados hacia la comunidad administradora del parque que ha hecho un gran trabajo.
Rapa Nui hoy.
En la actualidad, la isla del Pacífico Sur es uno de los principales destinos turísticos de Chile y un lugar al que muchos en el mundo desean visitar alguna vez, dijo Edmunds Paoa.
“La cultura megalítica, en conjunto con la cultura inmaterial, que es su gente, hacen que ambos se potencien y formen los músculos económicos que tiene Rapa Nui. Sin eso sería una isla más”, aseguró.
No obstante, admitió, no todo el mundo puede llegar, no todo el mundo puede estar porque la isla es pequeña, la infraestructura hotelera también y el aeropuerto tiene capacidad para pocos aviones. Eso un poco ayuda también a proteger y cuidar el sitio Rapa Nui.
Sobre la población local explicó que un grupo importante se dedica a atender a los huéspedes ya que cada casa es un potencial hotel “y yo le recomiendo a los visitantes que vayan allí en vez de a los hoteles porque así conocen a la gente y su idiosincrasia”.
Hay otros que se dedican a la agricultura, basada en vegetales que trajeron los ancestros y que todavía se mantienen; también a la ganadería pequeña, a la pesca y a la artesanía.
Además, hay un pequeño grupo que trabajamos en el área pública dedicados a fiscalizar, ordenar y limpiar. Todos convergemos en un solo propósito que es el de cuidar la imagen para que el visitante se sienta bien, seguro en un lugar que tiene un clima excelente, una hermosura natural que no necesita ponerle flores.
* Prensa Latina en Chile
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