Domingo 24 de agosto 2025

Una voz colectiva por el río Atuel

Redaccion Avances 24/08/2025 - 09.00.hs
Instituciones reclaman el pago de regalías. Archivo La Arena 19/04/1973.

En la década de 1970, distintas voces se unieron para defender los derechos pampeanos sobre el río Atuel. Estos reclamos dieron inicio a la Comisión Popular de los Ríos Interprovinciales Pampeanos (COPDRIP), una organización que nucleó diferentes ciudadanos y ciudadanas comprometidos por la causa.

 

Karen Iveth Pereyra *

 

La COPDRIP nació el 11 de abril de 1973 en la ciudad de Santa Rosa, durante una reunión en la que participaron representantes de diferentes organizaciones políticas, gremiales y sociales (D’Atri, 2016). Se compartía un solo objetivo: unir fuerzas para reclamar por el agua del río Atuel, que, tras la inauguración del dique de embalse El Nihuil en Mendoza en enero de 1948, había dejado de correr libremente hacia La Pampa.

 

El impulso inicial para formar la COPDRIP fue la aprobación del Decreto 1560/73 del Poder Ejecutivo Nacional. Esta normativa autorizó a La Pampa a cobrar la percepción del 5 % de las regalías por la energía hidroeléctrica producida en el embalse El Nihuil. Es decir, Mendoza debía pagar a La Pampa un porcentaje del dinero obtenido por usar el río Atuel, que pertenece a ambas provincias, para generar electricidad. El decreto no solo fue importante por reconocer el derecho de La Pampa al cobro de estas regalías sino también al considerar al río Atuel como interprovincial. Esta situación se contradecía con uno de los argumentos históricos de Mendoza, que sostenía que el río era “exclusivamente mendocino”, porque, según la provincia, no tenía un caudal constante y solo llegaba a La Pampa durante crecidas extraordinarias.

 

El decreto fue reiteradamente rechazado por la provincia de Mendoza. Incluso, un dictamen de la Subsecretaría de Energía Eléctrica de la Nación recomendó al gobierno nacional acceder al pedido de Mendoza de dejar en suspenso la aplicación del decreto. Frente a esta situación, autoconvocados y autoconvocadas de la ciudad de Santa Rosa decidieron reunirse de inmediato en la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Producción para conformar un movimiento que defienda los derechos de La Pampa.

 

La reunión tuvo lugar el 11 de abril de 1973. Allí se dispuso crear una comisión provisoria integrada por “Juan Carlos Paz, Raúl D’Atri, Antonio Berhongaray, León Nicanoff, Edgar Morisoli, Julio Colombato, e instituciones como La Sociedad Agrícola, Ganadera, el Club de Leones, el Rotary Club y partidos políticos como el Frente Justicialista de la Liberación, el Partido Socialista popular, el Partido Intransigente y la Alianza Popular Revolucionaria”. Se coincidió en la necesidad de formar un movimiento “dispuesto a desarrollar una acción permanente contra los despojos perpetrados al patrimonio pampeano y a lograr el reconocimiento de derechos hasta ahora soslayados o burlados” (COPDRIP, 2004). Pocos días después, el miércoles 18 de abril, se fundó la Comisión Pro Defensa de los ríos interprovinciales, luego llamada Comisión Popular de los Ríos Interprovinciales Pampeanos.

 

Alzar la voz.

 

Al poco tiempo de su formación, la COPDRIP comenzó a presionar a las autoridades nacionales para hacerse escuchar. Su primera acción fue durante la visita del ministro de Educación de la Nación, Gustavo Malek, a Santa Rosa. La comisión organizó una manifestación callejera y le entregó al funcionario una declaración titulada “El Grito del Salado”. Poco después, envió un telegrama al gobierno de facto de la Nación, Alejandro Lanusse, al ministro de Obras Públicas, Ing. Gordillo, y al subsecretario de Energía. En el documento se expresó: “exigimos el inmediato cumplimiento del Decreto 1560/73. La Pampa no permitirá un nuevo despojo”.

 

La defensa pampeana por el agua no se limitó solo al río Atuel. Otros ríos, como el Salado, también forman parte de la cueca Río Desaguadero -Salado- Chadileuvu - Curaco. El río Desaguadero, que transita de Norte a Sur, desde las provincias de La Rioja y San Juan, y luego con la denominación de río Salado, sirve de límite entre las provincias de San Luis y Mendoza, hasta ingresar a la provincia de La Pampa a la altura del paralelo 36. En La Pampa escurría hacia el Sudoeste hasta recibir su último afluente, el río Atuel.

 

Propuestas y desafíos.

 

La siguiente acción organizativa fue una asamblea realizada el 24 de abril en las instalaciones del Club Estudiantes. Allí se aprobaron diferentes medidas de fuerza como apagones de luz, cortes de rutas nacionales, paros generales, e incluso se amenazó con no pagar impuestos nacionales hasta que se reconociera la deuda por las regalías. La propuesta más desafiante fue pedir la renuncia del gobernador de facto, Ángel Trapaglia, si el Decreto 1560/73 era anulado o modificado.

 

También se les exigió a las autoridades provinciales que intimaran judicialmente a Agua y Energía Eléctrica para que pagara la deuda por las regalías del dique de embalse El Nihuil. Para tal cometido, la COPDRIP solicitó audiencias al gobernador interventor de facto, Ángel Trapaglia y, con la vuelta a la democracia, al gobernador Aquiles Regazzoli. En las actas de la comisión se evidencia un trabajo constante y organizado para recopilar información, antecedentes y documentos que respalden sus gestiones ante las autoridades nacionales y provinciales.

 

Otra acción importante tuvo lugar el 20 de mayo, cuando se realizó “La marcha del Salado”. La manifestación recorrió la ruta 143, y, al llegar al viejo puente de madera del río Salado, se realizó el acto seguido del grito “el río Salado no será robado”.

 

Aunque la marcha fue exitosa, las reuniones con las autoridades provinciales no lograron avances significativos.

 

El 26 de agosto, el titular de la empresa nacional Agua y Energía, Carlos Pertarrieu, recibió a una comisión de la COPDRIP, pero las negociaciones siguieron sin resultados. La siguiente gran movilización fue el 21 de octubre, cuando se realizó otro acto multitudinario de reafirmación de los derechos sobre los ríos interprovinciales en el oeste provincial, en el marco de la Semana de La Pampa. La marcha comenzó en la localidad de General Acha y terminó en Puelches, con cerca de 800 personas participando. La manifestación buscó reafirmar los derechos de los pampeanos sobre la cuenca del río Salado.

 

Finalmente, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación resolvió a favor de La Pampa por el pago de las regalías. Frente a esta conquista, en sus actas la COPDRIP destacó que el triunfo sobre: “el cobro de las regalías hidroeléctricas de El Nihuil, constituye un triunfo de la movilización popular. Dijimos muchas veces que a los pueblos nada se les regala, todo lo que consiguen lo consiguen con lucha. Y porque el pueblo de La Pampa se movilizó y luchó consiguió ganar esta primera batalla, sin que ello importa haber logrado la victoria final. (…) la COPDRIP se propone un doble objetivo: primeramente, aportar los proyectos de los senadores pampeanos presentados en el Congreso de la Nación para dar fuerza de ley a las sueltas desde El Nihuil, y en segundo lugar propiciar ante los organismos pertinentes la sanción de un estatuto regulador de los ríos interprovinciales” (COPDRIP, 1973).

 

Las hazañas de la COPDRIP continuaron a través del tiempo, siempre comprometidos con el reclamo por los derechos pampeanos, sin temor de incomodar a quienes no cumplieran con sus demandas. Reconocer las personas que formaron parte de esta lucha y las diferentes acciones que llevaron a cabo es fundamental para rescatar la historia de nuestro patrimonio histórico de luchas pampeanas. Gracias a estos esfuerzos, poco a poco se consolidó una de las frases más avasallantes de nuestra lucha como provincia “el río Atuel también es pampeano”. No solo se logró continuar con el cobro de las regalías por la producción hidroeléctrica de El Nihuil, sino que también se logró institucionalizar el reclamo popular por los ríos. Hoy, la Fundación Chadileuvú, creada en 1984, sigue siendo la heredera fiel de esa lucha, una expresión ciudadana que continúa defendiendo los recursos hídricos de La Pampa.

 

Este artículo pertenece al Programa de Comunicación Pública de las Ciencias Sociales del Instituto de Estudios SocioHistóricos de la UNLPam.

 

* Profesora y Licenciada en Historia, Especialista en Historia Regional, UNLPam.

 

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