Jueves 25 de abril 2024

El campeón que estuvo al borde del retiro

Redacción 04/03/2023 - 08.53.hs

Simple, humilde, agradecido y con los pies sobre la tierra. Así se demuestra su felicidad Agustín García Basso, defensor de Independiente del Valle de Ecuador, que viene de consagrarse como campeón de la Recopa Sudamericana ante Flamengo en el mítico estadio Maracaná de Brasil.

 

A sus 30 años sumó su primer título internacional pero antes tuvo que atravesar una carrera con altibajos -como todos- que lo llevaron a pensar en dejar de jugar al fútbol de manera profesional. Un técnico, un amigo representante y su familia fueron los pilares fundamentales para que el central con pasado en el fútbol pampeano toque el cielo con las manos.

 

Recién llegado a Ecuador tras gritar campeón en tierras cariocas, García Basso recuerda su pasado como futbolista en La Pampa, en el ascenso argentino y el salto al exterior. "Tuve la suerte de pasar por muchos lugares y soy consciente de que hay que ser agradecido porque cada lugar me dejó algo. Me gustaría trascender con ese mensaje para llegar a los lugares donde me tocó vivir", dice el central campeón en el Maracaná, en una distendida charla con LA CHUECA.

 

"Es una satisfacción muy grande. Estoy muy feliz por todo lo que implica jugar una final contra Flamengo, en el Maracaná, con esa cantidad de gente y con los jugadores que teníamos enfrente. La felicidad es absoluta porque estaba toda mi familia en la tribuna", dice el central que jugó dos años en Deportivo Mac Allister.

 

Madurez.

 

"Este título me llega a los 30 años, después de haber vivido muchas situaciones", dice el futbolista que debutó en la Liga Cultural en el 2007. "Siempre jugué en el ascenso de Argentina y el año pasado me tocó dar el paso que tanto anhelaba que era jugar en el exterior. El Deportivo Cuenca me abrió las puertas del país y tuvimos la suerte de clasificar a una Copa Sudamericana después de muchos años que el club no lo podía hacer", cuenta de su llegada al vecino país.

 

Su buen rendimiento en el Cuenca lo puso en los ojos de Independiente del Valle, un club modelo a nivel sudamericano. "Que Independiente se fije en mí fue increíble porque es uno de los clubes donde todos quieren venir por lo que significa, el trabajo que hace y las instalaciones que tiene. Es un club ejemplo para todos", dice.

 

Esfuerzo.

 

"La felicidad ahora es gigante. Salir campeón en el Maracaná, con todo lo que eso conlleva, es grandioso. Quedamos en la historia", dice un poco más consciente de lo que logró. "Creo que son premios a todo lo que se viene trabajando hace mucho tiempo. Tal vez a los jugadores que son crack les pasa más seguido pero a nosotros los terrenales, los que la luchamos día a día, obtener estas cosas es muy lindo", cuenta el futbolista nacido en Vedia, Buenos Aires.

 

"Me fui de casa a los 14 años. Fue muy difícil en ese momento entender que quería esto para mi vida", reflexiona el marcador central que cuenta que atravesó muchas situaciones adversas. "La luché mucho y ahora me toca vivir este momento en una posición en la que me encanta jugar", agrega.

 

Al borde del retiro.

 

Pese a su corta edad, el futbolista surgido en Mac Allister estuvo al borde de retirarse del profesionalismo. "Llegó un momento en el que estuve a punto de dejar de jugar porque no disfrutaba el fútbol", cuenta y adjudica ello a la posición en el campo que habitualmente ocupaba. "Ya no disfrutaba de jugar de lateral por izquierda, lo sufría", comenta.

 

Su familia, un amigo, un club y un DT le dieron la posibilidad de reavivar esa chispa interior. "Me cambió la cabeza y la manera de vivir el fútbol. Soy de los que piensa que la vida te presenta a la gente en el momento indicado", relata el flamante campeón.

 

"Hablé mucho con mi amigo, que hoy es mi representante, a quien le agradezco siempre al igual que a Quilmes y a Facundo Sava -su técnico en el Cervecero- que me vieron las condiciones y me dieron la posibilidad de jugar en otra posición", resalta.

 

"A partir de ahí me cambió la vida y cada vez que entro a una cancha lo hago con una sonrisa más allá del resultado. Ahora lo disfruto mucho y eso es una satisfacción", se sincera.

 

Enseñanzas.

 

Durante su carrera deportiva, atravesó muchas situaciones que le fueron de sostén para la actualidad. "La vida te va enseñando muchas cosas. Te hace conocer personas de las cuales hay que tomar sus mejores enseñanzas. Aprender todo el tiempo te hace crecer como persona y como deportista. Por eso siempre tomé los mejores consejos de las personas más sabias que se acercaron para darme una mano", cuenta y se ilusiona con poder ser un referente en ese aspecto para los más chicos: "El día de mañana ojalá me toque dar ese consejo a los más jóvenes".

 

La final.

 

Desde lo estrictamente futbolístico, García Basso analiza el partido final por la Recopa, que consagró a Independiente del Valle. "Con la adrenalina del momento uno no se da cuenta del cansancio que carga, pero a de poco va bajando y ahora me duele todo", dice entre risas. "Pensé que iba a estar un poco más tranquilo pero esto es hermoso", analiza.

 

"Se sufrió un poco de más. Prácticamente teníamos todo ahí y en la última pelota ellos encuentran el gol. Después, todo el equipo se puso el overol para jugar treinta minutos más hasta llegar a los penales donde Moisés la rompió con el que atajó y los chicos patearon muy bien", dice.

 

"La merecíamos después de todo el esfuerzo que hicimos. Tal vez en el partido de local merecimos algún gol más pero las cosas se dieron así por algo", sostiene y traza un paralelismo -salvando las distancias- con la final del Mundo entre Argentina y Francia. "Estábamos algo tranquilo y de repente nos meten un gol como pasó con la Selección", dice.

 

"Corregimos muchas cosas y pudimos sacar el partido adelante", analiza y cierra: "Pienso que no nos vamos a dar cuenta de lo que logramos porque fue tremendo todo: ganarle un final al campeón de América con todo lo que eso conlleva".

 

"Tuve un lindo paso por Santa Rosa".

 

García Basso comenzó a jugar al fútbol en Atlanta de Vedia, su ciudad natal. Desde allí, a través de un scouting, Patricio Mac Allister lo captó y lo trajo a jugar a su club. "Lo primero que hizo es cambiarme la posición porque yo estaba encaprichado que quería jugar de volante", dice quien luego dio el salto a las inferiores de Boca Juniors.

 

"Jugué en 2007 y 2008, primero en mi categoría y a los meses me hicieron debutar en Primera", cuenta y recuerda que fue un encuentro ante General Belgrano en condición de local. "Ese día jugué de central en un línea de tres y después, cuando pasamos a jugar con cuatro defensores, jugaba de lateral", comenta.

 

"Fue muy lindo el paso por Santa Rosa, es una ciudad hermosa. También me pone contento como va creciendo el club, mejorando su infraestructura para darle más herramientas a los jugadores para que puedan crecer y tener un paso previo de calidad hasta llegar a un club de AFA", dice y remarca: "Mac Allister forma jugadores y personas".

 

Recuerdos.

 

Sus principales recuerdos en La Pampa pasan por sus vivencias en la casa de la familia Carrasco. "Ellos me ayudaron muchísimo a crecer y siempre estamos en contacto", dice el flamante campeón. Además, repasa que cursó parte del secundario en el colegio María Auxiliadora, donde dice tener "los mejores recuerdos". "Que se acuerden de uno como persona es algo muy lindo".

 

Y reflexiona: "Uno cuando es joven tiene a veces esa rebeldía que lo hace perder un poco la cabeza. No digo que era un rebelde pero hay momentos. Y ahí es importante la educación que me dieron mis padres que fue fundamental, y la ayuda de la familia de corazón que tuve en La Pampa".

 

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