Martes 06 de mayo 2025

“Militares y la CIA recibieron luz verde para ataques”

Redacción 31/03/2025 - 00.13.hs

Una investigación del periódico The New York Times informó que bajo la presidencia de Joe Biden, Estados Unidos estuvo implicado en el conflicto ucraniano contra Rusia de manera más profunda de lo que hasta ahora había sido reconocido. En ese sentido, recordó el carácter indispensable de la inteligencia estadounidense para las operaciones realizadas por Kiev.

 

El medio RT señaló que en la investigación del NYT, basada en decenas de entrevistas con funcionarios gubernamentales, militares y de la inteligencia de EE.UU. y de sus aliados, pone el énfasis en los acuerdos alcanzados en abril de 2022 entre altos cargos militares de EE.UU. y de Ucrania sobre la entrega de datos de inteligencia en la base estadounidense en Wiesbaden (Alemania), que se convertiría en un centro de priorización y planificación de ataques diarios contra objetivos militares rusos.

 

“Esta asociación de inteligencia, estrategia, planificación y tecnología, cuya evolución y funcionamiento interno sólo eran visibles para un pequeño círculo de funcionarios estadounidenses y aliados, se convertiría en el arma secreta de la Administración Biden”, escribió NYT.

 

Ofensivas.

 

Generales estadounidenses y ucranianos planearon juntos grandes contraofensivas y lanzaron ataques de precisión de largo alcance con armas suministradas por Occidente, tanto en la zona del conflicto como más allá, como, por ejemplo, en la península de Crimea, y las “líneas rojas” sobre este tipo de operaciones “seguían moviéndose”.

 

“Una y otra vez, la Administración Biden autorizó operaciones clandestinas que antes había prohibido. Se enviaron asesores militares estadounidenses a Kiev y posteriormente se les permitió acercarse a los combates. (…) Finalmente, los militares, y luego la CIA, recibieron luz verde para permitir ataques puntuales en el interior de la propia Rusia”, señala el informe.

 

La Administración Biden ordenó la creación de la llamada 'caja de operaciones', una zona en el territorio ruso internacionalmente reconocido que los ucranianos pudieran atacar con armas suministradas por EE.UU. y con apoyo de Wiesbaden. Este permiso fue otorgado en mayo de 2024.

 

Línea.

 

Sin embargo, tres meses después, Ucrania lanzó una incursión en la provincia rusa de Kursk, que para EE.UU. “supuso un importante abuso de confianza”. “Cruzaron secretamente una línea acordada mutuamente, introduciendo equipos suministrados por la coalición en territorio ruso, dentro de la caja de operaciones, violando las normas establecidas cuando se creó”, explica el medio.

 

En el informe se precisa que la caja de operaciones se había establecido para “evitar una catástrofe humanitaria en Járkov”, ciudad cercana a la frontera rusa, con población de más de un millón de personas, y “no para que los ucranianos la aprovecharan para apoderarse de territorio ruso”.

 

Washington “podría haber desactivado la caja de operaciones”, pero ello pudo haber conducido a “una catástrofe”, cita el medio a un funcionario gubernamental, según el cual los soldados ucranianos en la provincia de Kursk habrían muerto de haber quedado sin la protección de los misiles de precisión y de la inteligencia estadounidense.

 

Presentada como una victoria por Vladímir Zelenski, y un triunfo de cara a futuras negociaciones de paz, la incursión en ese territorio ruso costó a Kiev la pérdida de más de 70.000 efectivos, según datos del Ministerio de Defensa ruso.

 

Operaciones clandestinas.

 

Si bien al comienzo del conflicto la Administración Biden prometió que no habría "botas estadounidenses sobre terreno ucraniano", la cooperación en Wiesbaden condujo a una flexibilización de esa prohibición. "El Gobierno de Biden autorizó repetidamente operaciones clandestinas que previamente había prohibido. Se enviaron asesores militares estadounidenses a Kiev y, posteriormente, se les permitió acercarse a los combates", afirman los autores de la investigación.

 

En 2023, dentro de la coalición, la opinión predominante era que la contraofensiva sería "la última de la guerra", o sea, los ucranianos proclamarían un triunfo rotundo, o el presidente ruso Vladímir Putin se vería obligado a pedir la paz. "Vamos a ganar todo esto", declaró el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski a la coalición, recordó un alto funcionario estadounidense.

 

A medida que avanzaba el conflicto, el Gobierno de EE.UU. flexibilizó las restricciones al suministro de armas a Kiev, en particular de misiles de largo alcance. En 2024, EE.UU. extendió sus permisos para que Ucrania pudiera llevar a cabo ataques de largo alcance con sus armas en territorio ruso reconocido internacionalmente, proporcionando a Kiev la información pertinente sobre los objetivos. (RT)

 

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