El "call center" anti-k
Anguita dialogó ayer con Radio Noticias donde deslizó que las fuentes que pusieron luz sobre el contrato entre Clarín y el publicista Carlos Souto pertenecen al propio holding de medios, propiedad de Ernestina Herrera de Noble. "Reservamos la fuente porque sabemos que el Grupo Clarín puede tomar represalias con sus trabajadores", afirmó.
-¿Le sorprende que usen esta metodología?
-No me sorprende, porque el Grupo Clarín, que está tan interesado en que no se conozca la verdadera identidad de los hijos adoptivos de su directora, está jugando al todo o nada. Por otro lado, han hecho toda una movida judicial en Mendoza para evitar el avance de la Ley de Medios y están con el tema Papel Prensa, también, muy preocupados porque ahora se está sabiendo la verdad de cómo se quedaron ellos y La Nación con esa empresa en plena época de Videla.
"Ley mordaza".
Miradas al Sur reveló que el contrato que une a Clarín y La Ese se inició en octubre de 2009, cuando se trató la ley de medios en el Congreso. Los bloggers rentados por el Grupo debían instalar términos como ley k, ley mordaza, dictadura o corrupción. "Por ahí, un oyente de radio dice: 'Y bueno, cada tanto hay un llamadito que es sospechoso' -reflexionó Anguita-. Pero éstos lo hacen de modo sistemático, llaman a las radios o evitan que otros puedan llamar, saturando las líneas. Están distorsionando algo, que, se supone, es un derecho conquistado por los lectores o por los oyentes, para utilizarlo a favor de los grandes grupos. Tenemos comprobado que Clarín contrata a La Ese y le paga, no sabemos cuánto, para hacer esta actividad tan injusta".
-¿Es una actividad lícita?
-Hay una serie de cosas que, supongo, rozan el delito, porque a estos muchachos y chicas jóvenes, además de darles los mensajes escritos por "creativos", les dan nombres y DNI de personas para que se puedan inscribir en aquellos portales que requieren la acreditación de la propia identidad de la persona. Es decir, falsean identidad.
La tribuna.
Anguita relató un episodio ocurrido el viernes en el call center de La Ese. Una encuesta virtual en Criticadigital.com, el sitio web del diario Crítica de la Argentina, otorgaba dos opciones de votación para sus lectores. La primera: que los hijos adoptivos de Herrera de Noble, Marcela y Felipe, eran rehenes del Grupo; la segunda: que ambos estaban extorsionados por el gobierno nacional. "Iba triunfando la primera opción, entonces, Souto hizo que sus empleados dejaran de hacer lo que estaban haciendo para intervenir frenéticamente en esa encuesta hasta darla vuelta", narró.
Para el periodista, ese tipo de acciones está, también, orientado a influir en el ánimo de los trabajadores de Clarín. "Así logran que se sientan acompañados por la tribuna. Les están escribiendo el diario de Yrigoyen a sus propios trabajadores, porque ya muchos se están yendo, muchos saben que ya tienen sus teléfonos pinchados (por la propia empresa)... Tenemos información muy fehaciente de que cada vez hay más empresas de seguridad privada que están controlando a los trabajadores del Grupo y esto lo hacen saber para que ellos se sientan controlados", afirmó.
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