Deuda pública de Argentina ya equivale alPBI de un año
La deuda pública de nuestro país ya representa casi la totalidad del Producto Bruto Interno (PBI) anual, al ascender a 332.247 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Finanzas para el tercer trimestre de 2020. Estas cifras reflejan el fuerte deterioro en dólares sufrido por la producción de bienes y servicios, tras las sucesivas devaluaciones durante los últimos años.
En 2018 el Producto Bruto calculado para Argentina por el Banco Mundial alcanzaba la cifra de 519.900 millones de dólares, pero para finales de 2020 la estimación del PBI nacional estimada por la Secretaría de Finanzas arroja poco menos de 333.000 millones de dólares, lo que representa una peligrosa caída del 36% en dólares en apenas dos años, de toda la riqueza que es capaz de producir el país.
El panorama se presenta complicado también en materia de deuda externa, ya que subió desde el 35% del Producto Bruto que representaba en 2011 hasta duplicarse para el tercer trimestre del 2020. En septiembre de 2019 (un año antes) la deuda sumaba 311.251 millones de dólares, equivalente al 91,6% del PBI. Y en diciembre de 2019 era de 323.064 millones de dólares, el 89,5% del PBI.
Un cien por ciento.
En una década, la deuda con relación al PBI subió del 35,9% en 2011 al 48,6% en 2015, luego al 89,5% en 2019 hasta llegar a septiembre de 2020 con un incremento equivalente al 99,9%. El canje de deuda alcanzado por la administración de Alberto Fernández en 2020 permitió postergar vencimientos, pero no logró reducir mucho el capital adeudado. Según organismos internacionales como el FMI, BID o Banco Mundial la deuda asciende a casi 70.000 millones de dólares, de los cuales unos 45.000 millones de dólares podrían renegociarse este año con el FMI, según los planes anunciados por el gobierno.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, pretende modificar la dinámica de endeudamiento de Argentina. “Durante las últimas cuatro décadas, las reestructuraciones de la deuda soberana a menudo fueron demasiado escasas y tardías: el proceso se retrasa y, cuando finalmente se lleva a cabo, el alivio de la deuda proporcionado suele ser insuficiente para restaurar la sostenibilidad de la deuda y permitir una recuperación económica”, explicó.
Según el ministro, “más de la mitad de las reestructuraciones de deuda soberana con acreedores privados fueron seguidas por otra reestructuración o un incumplimiento dentro de los cinco años”, experiencia que el país tratará de no repetir.
(Télam)
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