Creció el consumo de productos de lujo, mientras millones no pueden comprar lo esencial
Productos como alimentos y medicamentos son considerados de consumo no durable, en tanto que los artículos más suntuosos se denominan de consumo durable. El consumo de los primeros cayó un 2,3% a principios de 2025, respecto al 2023, pero los segundos subieron un 36%. Este dato muestra que la sociedad argentina se fragmenta cada vez más.
La política económica que lleva adelante la gestión de Javier Milei está provocando una mayor fragmentación social en todo el país, ya que se da un proceso paralelo en el cual cada vez más personas no llegan a cubrir consumos esenciales como lácteos, carnes y yerba mate, ni cuentan con servicios básicos como agua potable y gas natural, y unos pocos privilegiados acceden a autos importados y a productos de lujo.
Una nota de El Destape señala que un nuevo índice privado de consumo mostró la heterogeneidad que existe en el acceso a bienes durables y no durables en la economía argentina: mientras el consumo de bienes de consumo no durable (productos alimenticios, medicamentos) cayó en febrero del 2025 un 2,3% contra febrero 2023, el de bienes durables creció dos dígitos (+36% interanual). La razón, explican especialistas, es que “la sociedad se está fragmentando cada vez más”.
El gobierno nacional festejó el dato de inflación de abril que se ubicó en 2,8%, que representa una desaceleración de -0,9 puntos en comparación con marzo. Sin embargo, la inflación núcleo (que no incluye estacionales o con aumentos que se van actualizando) quedó en torno al 3,0% por segundo mes consecutivo, en tanto que los regulados solo subieron 1,8%, por la decisión oficial de postergar subas de servicios desde mayo en adelante.
Esta situación, afirma el medio citado, afecta principalmente a los 5,9 millones de personas en nuestro país que tienen trabajos sin protección ni derechos básicos. Otro dato alarmante de la realidad actual es que los mayores de 66 años son el grupo donde más aumentó la actividad laboral en 2024. Según los últimos datos oficiales, de los 78.500 nuevos ocupados, al menos 42.000 son jubilados que necesitan seguir trabajando.
La disparidad en el consumo, surgió a partir de un análisis llevado a cabo por el Instituto Argentina Grande (IAG) desde donde se preguntaron por el incremento en la adquisición de autos de lujo y otros productos importados y la caída continua en el consumo de bienes y servicios básicos. Según indicaron, la disparidad tiene que ver con que “la sociedad se está fragmentando cada vez más”.
“Quienes pueden ahorrar -aún cuando puedan separar un porcentaje más bajo de su sueldo- pueden comprar dólares y acceder más ágilmente a autos, electrónicos y viviendas que suelen estar cotizados en moneda extranjera, mientras tanto, los que no pueden pasar a dólares como ahorro una porción de sus sueldos, luchan mes a mes para cubrir los bienes básicos porque el salario en pesos no muestra ese crecimiento”, describieron.
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