Por primera vez en su historia, Agronomía de la UBA pide donaciones para paliar la crisis
Ahora es el momento en el que se ven concretamente los efectos de los recortes presupuestarios que decidió el gobierno de Javier Milei para las universidades. Y es que una de las vacas sagradas de la sociedad argentina hoy sangra por la falta de fondos y tiene que salir a pedir nuevamente ayuda a la comunidad. En su momento, fue para marchar en las calles, ahora es para aportar dinero.
Por primera vez en su historia, la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) recauda donaciones para cubrir los gastos de formación de sus más de 5000 alumnos. “No hay otra salida”, fue lo que dijo la decana Adriana Rodríguez al sitio Bichos de Campo.
Con esa imagen, la Fauba empezó a “pasar la gorra” de forma digital. Fue una iniciativa de docentes y graduados, ante la crisis que se vive puertas adentro de la facultad. “Vemos que hay mucho riesgo para mantener nuestra calidad académica”, dijo la decana, que asegura no haber presenciado una situación similar en su larga trayectoria educativa: Se van profesores, no hay presupuesto para investigar y ni siquiera llegan a cubrir los gastos operativos básicos.
Cabe señalar que el mecanismo de donaciones de la comunidad no es nuevo, y de hecho está contemplado en el reglamento de la UBA. Lo que sí es totalmente inaudito es que se pidan aportes a toda la sociedad para mantener la calidad de la formación. En la Fauba se formaron muchos de los principales productores agropecuarios de la Argentina. El mangazo de algún modo también apuna a ellos.
Donaciones.
Tal como fue diseñado, el esquema de recaudación permite donar las veces que se desee. El monto de referencia está expresado en litros de gasoil, y hay tres niveles de colaboradores. Los “Platino”, serán los que donen 50 litros de gasoil, la categoría de “Oro” es para quienes aporten 20 y “Plata” será reservado para los que paguen 10 litros.
Hoy, tal como se consigna en el sitio de la facultad, el equivalente en pesos es de 50.000, 22.000 y 11.000, respectivamente. Todas las donaciones se canalizarán por esa misma página web y los valores se actualizarán semestralmente.
De hecho, la elección de expresarlo en litros de combustible no es sólo para hablar el mismo idioma que el agro, ya que es una unidad muy común entre los productores, sino también por el vínculo directo que tiene con el destino que tendrán los fondos: Todo lo recaudado será utilizado para seguir financiando los viajes de estudio.
10 ciclos de formación.
Entre carreras de grado y tecnicaturas, la Fauba tiene 10 ciclos de formación abiertos. En todos ellos, asegura la decana, se hacen viajes, porque es el modo que tienen los estudiantes de llevar a cabo sus prácticas, considerando que la facultad queda en plena Capital Federal.
En total, se hacen alrededor de 140 salidas al año, muchas de las cuales son dentro de la provincia de Buenos Aires, pero otras tantas por provincias del interior. Eso explica que el gasto sea elevado y difícil de mantener tras los recortes presupuestarios del Gobierno Nacional. En total, destinan unos 100 millones de pesos anualmente a los viajes.
“Más que un gasto, es una inversión. Si bien nos ajustamos en muchos aspectos, no vamos a renunciar a los viajes de estudio, porque son actividades prácticas muy relevantes para la formación académica” , afirmó Rodríguez.
Para asegurar a los aportantes que los fondos llegaron al destino correcto, el mecanismo contempla el envío de informes semestrales con el detalle de lo utilizado. “Nos parece importante que los que donen sepan para qué lo hacen”, observó la decana respecto a ese esquema de transparencia.
Negociaciones.
Lo que esta situación deja en evidencia es que las negociaciones entre las universidades y el ministerio de Capital Humano no han llegado a buen puerto. Tal es así que, la agrónoma asegura que el diálogo “es prácticamente nulo”, y eso fuerza a que deba optarse por la mendicidad para subsistir.
El presupuesto de Agronomía recibe dos importantes afluentes: los aportes del Estado, para los gastos de funcionamiento, y los recursos propios, que llegan sobre todo por convenios con otras instituciones y organismos. Así y todo, fue tan drástico el corte que propuso el Gobierno, que hoy afirman estar “30% por debajo” de lo que recibían en 2023.
“Lo que más me preocupa este año es la no actualización de los salarios docentes”, observó la decana. En 2024, renunciaron a la facultad no menos de 30 docentes, en su mayoría jóvenes y formados en doctorados. “Es gente muy valiosa que no puede sostener su vida con estos sueldos”, lamentó la funcionaria.
De ese modo, muchos terminan yéndose a universidades de otros países o al sector privado. Si a eso se le suma que la agencia de Ciencia y Técnica ha prácticamente congelado el financiamiento a la investigación, queda en dudas cuánto quedará de esa vaca sagrada argentina en unos años.
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